Esta semana fue intensa para el tema político electoral a nivel mundial, nacional y local pero sobre todo fue una semana importante para las mujeres y para el feminismo sufragista.
El triunfo de Joe Biden y Kamala Harris (esta última, será la primera vicepresidenta de los Estados Unidos), pone en primer plano de la política norteamericana a las mujeres y reconoce su lucha a lo largo de la historia. Visibiliza a un tipo de mujer en especial, aquella que es migrante y de color, dos grupos cuyos derechos han sido históricamente vulnerados en norteamerica.
En su primer mensaje, la vicepresidenta Harris dijo tener la esperanza de que cada pequeña niña que estuviera viendo su discurso, viera que su país es un país de posibilidades y es que definitivamente, los tiempos han cambiado. La vicepresidenta Harris marca el antes y el después en política para las mujeres estadounidenses, y también para las mujeres del mundo, pues nos da el ejemplo de que cualquier techo de cristal que aún siga impuesto para frenar el crecimiento de las mujeres y el sentido de la igualdad como derecho humano, va a caer.
Su llegada da esperanza a las mujeres de todo el mundo por lo que seguramente veremos que el nuevo gobierno de Estados Unidos, se impregne de perspectiva de género en todos sus espacios y políticas públicas ya que nada menos, tienen al mundo como testigos de una transformación que se espera sea visible en los primeros 100 días de su gobierno.
Por otro lado, a nivel nacional fueron aprobados por el INE los lineamientos para lograr la paridad de género en las candidaturas a los gobiernos estatales, lo que ha suscitado una discusión nacional a favor y en contra. Más allá de este debate que seguramente será calificado en los tribunales, lo importante es que con cada elección las medidas afirmativas ligadas al principio de paridad, van obligando al sistema político mexicano a abrir más espacios de representación pública para ellas y en este mismo sentido; también a nivel local la semana pasada se aprobaron lineamientos para garantizar el principio de paridad en las postulaciones al legislativo local y a sus 11 municipios.
Con estas novedosas reglas, veremos procesos electorales en toda la República cargados de representación femenina al menos en un 50% en relación con los hombres.
Nuestro mundo se está transformando y este año ha sido crucial para repensarlo y establecer una nueva relación social, económica y política entre la ciudadanía y los gobiernos. Estamos justo en un cambio generacional porque, hagamos un poco de memoria y detengámonos a mirar con ojo crítico por ejemplo, dos películas de la niñez (al menos de la mía) con las que se educó una generación entera: E.T. y Hook. Si hacemos cuentas no hay mujeres protagonistas, los protagonistas son los varones, más grandes o más pequeños pero los hombres son quienes determinan el curso de las historias y cuando las vimos hace 20 años, nos parecía lo normal, lo que debía ser. Hook igualmente, cumple con todos los estereotipos que nos han mantenido relegadas del mundo público. Sólo hombres luchan, los hombres son libres, los hombres pueden decidir y son exitosos, en cambio las mujeres son la sombra “de” o consecuencia “de” en relación con la figura masculina.
Los retos que enfrentaremos como sociedad a nivel local, nacional e internacional nos están invitando a conciliar y a trabajar en unidad por la igualdad, sin dejar a nadie atrás. Hoy, como lo dejó ver la nueva Vicepresidenta norteamericana, tenemos más mujeres líderes y figuras femeninas aspiracionales con las que nos podemos identificar. Mujeres que antes no se pensaban poderosas ni se sabían empoderadas pero que al tener la oportunidad de prepararse, la han tomado y se han dado cuenta en el camino, cuán importante es estar unidas y reconocer las luchas históricas de otras mujeres que sin duda nos han dado la posibilidad de hacer de la igualdad no sólo un número.
En esto último quisiera hacer especial énfasis pues la paridad según algunas voces expertas sobre el feminismo, se ha constituído como un espejismo de la igualdad ya que no basta ser 50 o más en porcentaje en congresos o municipios, esta representación debe servirles a las mujeres en la construcción de una gobernanza con perspectiva de género transversal, que trastoque la cultura y la manera de pensarnos como una sociedad plural respetuosa de los derechos humanos sobre todo de las mujeres.
Ahora bien, no perdamos de vista que tanto la vicepresidenta de Estados Unidos como las mujeres que tomen el poder público a raíz de las votaciones del 6 de junio próximo a nivel federal y local en México, tendrán el reto de enfrentar las secuelas que nos deje la pandemia (si es que para junio se ha controlado) las cuales, afectan y afectarán con mayor fuerza a las mujeres sobre todo a aquellas en situaciones de vulnerabilidad, por lo que se deben prever programas y soluciones realistas ante la reconstrucción mundial que se nos avecina.
Los retos serán sin duda enormes para hombres y mujeres, por ello debemos tener la seguridad sobre a quienes vamos a elegir para enfrentar nuestros problemas públicos, pues deberán hacerlo desde la mayor empatía y la ciudadanía debe hacer conciencia desde ahora mismo, que la mitad o más del total de representantes, serán mujeres, pues a eso es a lo que estas reglas, lineamientos, medidas etc., están apostando, a romper los techos de cristal.