La polémica del dióxido de cloro en la pandemia  - LJA Aguascalientes
24/11/2024

  • Para unos es sinónimo de peligro y para otros un aliado contra el coronavirus y otras enfermedades. Las autoridades de salud no han avalado su uso como medicamento

 

EMEEQUIS/Emiliano Ortiz

 

El dióxido de cloro es una sustancia que ha ocasionado posturas encontradas entre la población y en algunos profesionales de la salud durante la pandemia de Covid-19. Es un químico que ha sido mencionado como sinónimo de peligrosidad y hasta de muerte, aunque, para otros, en ciertas presentaciones, es un aliado que puede paliar, no sólo el coronavirus, sino otras enfermedades. 

“Es un compuesto químico que efectivamente sí sanitiza, sí hace una cierta desinfección, pero es de uso industrial”, explica la doctora Isabel Ramírez, neumóloga del Hospital General Ajusco Medio, de la Secretaría de Salud de la Ciudad de México. 

En tanto, para Marián Díaz Calvete, nutrióloga clínica de la Universidad Anáhuac, el dióxido de cloro es una sustancia que puede consumirse, pero en las dosis adecuadas: “No porque traiga la palabra cloro significa que sea un cloro como tal. Este gas, a la hora que tú te lo tomas, se disocia en oxígeno y en sal común y oxigena el cuerpo”.

La oxigenación es la clave que ha llevado a científicos, como al alemán Andreas Kalcker, uno de los principales promotores del dióxido de cloro, a recomendar su consumo como alternativa médica; sin embargo, su propuesta ha sido rechazada por diversas organizaciones de salud, por considerarla imprecisa, falta de datos, bibliografía no justificada y por presentar casos con pacientes escogidos de forma arbitraria.

La nutrióloga Díaz Calvete explica: “¿Qué te va a hacer el dióxido de cloro si lo tomas en las cantidades necesarias? nada. Tu sangre va a estar en un PH mucho más alcalino y entre más alcalino tengas el cuerpo, menor es la probabilidad de desarrollar cualquier patógeno extraño”. La dosis recomendada, de acuerdo con la especialista, no rebasa los 10 mililitros al día diluidos en un litro de agua.

Existe un dispositivo que contiene dióxido de cloro y que según la empresa que lo vende no representa riesgos para la salud. Es una tarjeta que desinfecta el ambiente mediante la dispersión gaseosa de la sustancia. “La manera en la que My Air Shield ocupa el dióxido de cloro, es justo la manera en la que está certificado y está comprobada su efectividad, pero también estamos por encima de lo que puede ser considerado efectivo y eficaz a la hora de combatir todos estos patógenos que podemos encontrar en el aire”, comenta Óscar Carreón, CEO de Ingeniería Biomédica para la Salud. 


“Es una tarjeta sellada. Cuando tú la abres, tiene orificios respiratorios que permiten que las perlas dentro del paquete reaccionen con el ambiente. Es una reacción de oxidación que permite la liberación del dióxido de cloro, que es un gas. Así es como se empieza a liberar alrededor de la persona que está utilizando la tarjeta”, explica Patricia Niño González, encargada legal y asuntos regulatorios de My Air Shield. 

Agrega que la tarjeta tiene la capacidad de cubrir “las superficies de las personas, como pueden ser su celular, sus manos, su piel, su ropa, su cabello”.

 

“No hay evidencia científica”

En México, la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) explicó en un comunicado que “no ha autorizado ningún registro sanitario de medicamentos que contenga en su formulación la sustancia denominada Dióxido de Cloro, Clorito de Sodio o sus derivados, por lo que su uso representa un riesgo a la salud (…) Actualmente no se cuenta con estudios que evalúen su seguridad y efectividad y no hay protocolos de investigación registrados que avalen su uso clínico”.

También el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, quien está a cargo del manejo de la pandemia en México, expresó que es una sustancia carente de análisis, “no existe evidencia científica, ni en México ni en el mundo, que muestre que el dióxido de cloro es un producto eficaz. No es un producto autorizado por las autoridades sanitarias ni de México ni de ningún otro país”.

 

Posibles efectos

Sin embargo, para Arturo Mercado, habitante de la Ciudad de México, consumir dióxido de cloro ha representado una mejoría para su salud, “empecé a tener mejor rendimiento físico, duermo mucho mejor. Algunos conocidos me han dicho que es producto de limpieza, que es tóxico, que te puedes hasta morir, pero hasta ahorita sigo con vida”. 

Arturo lleva cinco meses consumiéndolo: toma 10 mililitros al día mezclados en un litro de agua que él mismo prepara. “Yo consumo dióxido de cloro porque realmente investigué a detalle. La verdad quedé muy sorprendido con los resultados que empecé a ver. Ha sido una de las mejores decisiones que yo he tomado en mi vida y ya es cuestión de cada quien si lo consume o no”. 

“Es importante mencionar que no es dañino para la salud porque no se acumula. La EPA, que es la United States Environmental Protection Agency, dice que no deja residuos tóxicos en el cuerpo”, declara Díaz Calvete, y agrega que “la dosis letal es 292 miligramos por kilogramo de peso que, poniendo un ejemplo, una persona de 70 kilos, tendría que tomar 20 litros para que se muera. Imposible”.

En contraposición, para la neumóloga de la Secretaría de Salud capitalina, el dióxido de cloro “no es un medicamento. Existen reportes de gente que ha empezado a tomarlo y empiezan con una intoxicación: náuseas, vómito, diarrea y también hay pacientes que han tenido falla renal”.

 

Lo mejor es documentarse

El uso de la tarjeta que contiene esferas de dióxido de cloro y sanitiza los espacios en los que se encuentra la persona que la porta, ha ganado adeptos debido a la preocupación latente en las personas por no contagiarse, “aquí estamos hablando de la constante fluidez de generar dióxido de cloro en un nivel menor que no es dañino para el cuerpo humano porque es 10 veces más bajo”, afirma Michael R. M. Jensen, CEO y fundador de My Air Shield Limited. 

El dióxido de cloro se comercializa principalmente en redes sociales y se encuentra como CDS, MMS, OxiClo, entre otros nombres. Cuesta entre 400 y 500 pesos. En el país, ha habido en los últimos meses dos manifestaciones convocadas a por la Coalición Mundial Salud y Vida (Comusav), la Asociación Médicos por la Verdad y Humanos por la Verdad, en las que al grito de “¡Sí hay cura, no es la vacuna!”, los manifestantes se expresan a favor del uso del dióxido de cloro como tratamiento médico.

Para Arturo, quien lo consume a diario, lo mejor es documentarse al respecto: “No dejarme llevar por los comentarios de otras personas también me llevó a ir decidiendo a hacer esa separación de información falsa e información verdadera. No me he muerto, me siento mucho mejor, con más energía”, finaliza.

La Organización Panamericana de la Salud (OPS) no recomienda utilizar productos con base en dióxido de cloro o clorito de sodio por vía oral o parenteral (intravenosa, intraarterial, intramuscular y subcutánea) en pacientes con sospecha o diagnóstico de Covid-19 y ni en ningún otro caso, porque no hay evidencia sobre su eficacia. La ingesta o inhalación de estos productos podría ocasionar graves efectos adversos. 

 

@elemisor


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