Cuando las cosas no están yendo exactamente como lo planeamos, hace bien detenerse a reflexionar. Pensamientos sobre nuestros sentimientos, actitudes y deseos vienen a la mente, sus efectos en nosotros y en nuestra relación con los demás. Quisiera aprovechar un pequeño momento, no coincidentemente en la semana del día mundial sin auto, justo para esto, para reflexionar sobre el papel del automóvil en nuestras vidas urbanas.
Después de más de 100 años en nuestras calles, creo que se han desvanecido las simples promesas de libertad de los autos, ya no son la novedad de antes. Y quizá podríamos ver de una manera un poco objetiva los efectos de los autos en las ciudades. Aquí algunos datos:
- Los autos privados generan alrededor de 18% de las emisiones de Dióxido de Carbono en el país.
- En el año 2010, se gastaron 76,600 millones de pesos del erario en subsidiar el precio de la gasolina.
- En 2008, se estima que 14,000 personas murieron por problemas de salud relacionados a la contaminación local producida por la combustión de gasolina.
- Se registran alrededor de 24,000 muertes al año y 40,000 personas quedan en algún estado de discapacidad y 750,000 son heridas debido a los accidentes de tránsito.
Sin ser demasiado extensivo, me parece que los datos son claros sobre el problema al que nos enfrentamos como ciudad y país.
A pesar de esto, resulta un tanto contradictorio que por décadas en Aguascalientes se haya hecho un gran esfuerzo por promover el auto sobre todos los otros medios de transporte y calidad de vida de los habitantes. Es más, caminar cada vez es más complicado. Hoy en día se hace un gasto millonario en eliminar los semáforos de segundo anillo, y con esto dificultando el cruce de esta avenida (y los puentes peatonales no son una alternativa real, no por nada se han empezado a denominar como antipeatonales) ¿Por qué nos parece difícil pausar el tránsito por unos segundos para que las personas puedan cruzar? ¿Por qué parece que es razonable pedirles a estas que caminen casi 30 minutos para poder llegar a un semáforo y pasar al otro lado de la vía? Ante esto no es sorpresa que sigamos relacionando el auto con la libertad personal.
Es necesario que nos planteemos que ciudad queremos tener, cuáles son las prioridades y las necesidades que se tienen que resolver. Y creo que la finalidad debe de ser una ciudad que genere felicidad, aunque para esto, atendiendo también aspectos variados, entre estos los económicos, sociales y ambientales. Y si leyeron los datos expuestos al principio de la columna se darán cuenta que el uso masivo del auto difícilmente representa una solución, incluso se perfila como problema. Sin embargo, otros medios de transporte como los autobuses, la bicicleta y la movilidad peatonal justamente logran ciudades más ecológicas, equitativas, con economías más sólidas y con ciudadanos más felices.
Hay esperanza en el cambio, está sucediendo. Justo en el día mundial sin auto, donde cualquier otro día no acontecía absolutamente nada, se observó a una inocente niña jugar alegremente en un bebeleche pintado con gises, se consiguió la transformación de un espacio residual en uno fértil para la felicidad. Y claro, esto no fue coincidencia, pues fue fruto de la colaboración entre el Ayuntamiento de Aguascalientes por medio del IMPLAN y organizaciones civiles como el grupo de jóvenes arquitectos, yo también fui participe por medio de Urbes. Lo importante fue que, con esta sencilla intervención táctica, se recuperó por un día un sitio subutilizado en José María Chávez equina con Pimentel, se desató el potencial transformador de una ciudad más humana.
Y justamente quiero que nos quedemos con esto, con la evidencia de que el cambio real es posible. No estamos destinados a ser una ciudad de autos, tráfico, ruido y contaminación. Si decidimos que queremos una urbe de espacios públicos, de lugares para pasear, socializar y sobre todo para ser felices, es posible construir ese nuevo Aguascalientes. No hay que desaparecer los autos, solo plantearnos hasta que punto nos afectan más que los beneficios que generan.
El conjunto de las acciones individuales se convierte en la cultura. Si cuestionamos lo suficiente y creamos el cambio en nuestro alrededor los podremos lograr, no estamos solos en este sueño. Y, si se demostró que esa intervención táctica fue un éxito ¿Qué espera el ayuntamiento de Aguascalientes para hacerla permanente? Ese sería un pequeño, pero sólido paso en regresarle la humanidad y felicidad a Aguascalientes.
Fuentes
ITDP. (2012, marzo). Transformando la movilidad urbana en México. http://mexico.itdp.org/documentos/transformando-la-movilidad-urbana-en-mexico/