Conversando con el maestro Marcellett/ El banquete de los pordioseros  - LJA Aguascalientes
24/11/2024

La semana pasada tuve la oportunidad de conversar largo y tendido con el nuevo director de la Orquesta Sinfónica de Aguascalientes (OSA), el maestro Lanfranco Marcelletti, esto fue el pasado martes después del ensayo para al segundo concierto que dirigió como titular de la OSA para ser transmitido por la frecuencia de Canal 26 de Radio y Televisión de Aguascalientes y las plataformas digitales del ICA.

Pues así fue que después del segundo ensayo de este programa en el que, dicho sea de paso, presentó la celebérrima Fanfarria para el hombre común que el compositor estadounidense Aaron Copland dedicaba al ejército aliado durante la Segunda Guerra Mundial, una obra sólo para percusión y metales. La Serenata para alientos, Op.7 de Richard Strauss, una obra de juventud y muy interesante además de poco probable en el trabajo creativo de Strauss, considerando el hecho de que su producción musical es fundamentalmente de óperas y poemas sinfónicos frecuentemente con orquestas de gran formato. Después las Danzas Folklóricas Rumanas de Bela Bartok, evidentemente con trazos nacionalistas perfectamente perceptibles y evidentes. Y finalmente la Sinfonía No.49 en fa menor La Passione de Franz Joseph Haydn, a quien se atribuye, con todo merecimiento, la creación del lenguaje sinfónico.

Una vez terminado el ensayo nos sentamos cómodamente a conversar en las butacas de la nueva Sala de conciertos de la Orquesta Sinfónica de Aguascalientes. Me habló de sus planes, perspectivas y expectativas que tiene al asumir con toda libertad y convicción el compromiso de dirigir una de las mejores orquestas de México. Estuvo durante ocho años, lo que equivale a dos períodos, dirigiendo la Orquesta Sinfónica de Xalapa, considerada como la decana de todas las orquestas de México.

Hablamos, entre otras cosas, de las posibilidades reales de la nueva sede de la Sinfónica de Aguascalientes. Se ha derramado mucha tinta y se han invertido muchas horas en conversaciones sobre el tema de la evidente mala acústica de este bello inmueble, pero sobre todo, de qué hacer con él, no es posible dejarlo ahí como un elefante blanco, o bien, darle un uso diferente para el cual fue creado, su destino final es ser una sala de conciertos y que sea un hogar digno de nuestra máxima entidad musical y no que la OSA ande por ahí, como judío errante buscando un lugar para ensayar. Así que teniendo ahí esta nueva sala, hay que buscar la forma de solucionar, al menos de forma inmediata, el problema de la sequedad de su sonido y darle el uso para el que fue creada.

El maestro Marcelletti me hablaba de la Sala Tlaqná, sede de la Sinfónica de Xalapa y que originalmente tenía también algunos problemas con la acústica, para darle solución al problema se dispuso de un techo móvil y que dependiendo de su disposición permite variantes en el resultado final del sonido dependiendo del repertorio que habría de ejecutarse en cada concierto. Claro, esto supone una inversión de la que en este momento de contingencia no se dispone, así que siendo creativos se han buscado y encontrado alternativas diferentes, entre ellas, y sin duda la más práctica es la amplificación del sonido, aunque hay que ser muy precisos en el trabajo de sonorización y hacer varias tomas en las grabaciones, finalmente son audiciones a puerta cerrada cuyo fin último es la transmisión por Canal 26 de televisión y las plataformas digitales del ICA, así, con varias tomas se puede conseguir el mejor sonido.

Una de las cosas que más me llamaron la atención de lo que me decía el maestro Marcelletti es que se ha encontrado con una excelente sala de grabación como no se ha encontrado otra en todo el país, e independientemente de su uso como una sala de conciertos, definitivamente también puede funcionar muy bien como sala de grabación para orquestas.

La charla, más que entrevista, giró en torno a muchos temas, entre ellos el tipo de repertorio al que hay que recurrir en estos tiempos de contingencia sanitaria, y no solo estamos hablando de la música barroca, que se adapta muy bien a estas características y requerimientos de salud para poder conservar la sana distancia entre los músicos en el escenario, sino a música que se ha hecho a lo largo de toda la historia. En la música contemporánea, por ejemplo, hay un universo inagotable de posibilidades en lo que a repertorio se refiere, incluso en México hay muchos compositores con obras que se prestan perfectamente a este tipo de circunstancias, Federico Ibarra, Eugenio Toussaint, Armando Luna, recuerdo en este momento su maravilloso Pasatiempo concertante para piano y ensamble instrumental, Samuel Zyman, Mario Lavista, entre otros. 

Finalmente, considerando que esto algún día tendrá que terminar porque nada dura para siempre, y que la llamada “nueva normalidad” es cualquier cosa menos una normalidad, en todo caso un sometimiento de deshumanización al que nos están obligando a riesgo de afectar nuestra salud, –esto es un comentario estrictamente personal–, el maestro me decía que el escenario tiene las dimensiones adecuadas para el centenar de músicos necesarios para una sinfonía de Bruckner o de Mahler y yo me sentí entusiasmado como un niño con juguete nuevo, sucede que el maestro Marcelletti es un Bruckneriano y un Malheriano recalcitrante, casi como yo, o incluso igual que yo, excelentes noticias, más allá del gusto personal, es un repertorio propio de orquestas de primer nivel, como la OSA. 

Fue entonces que vimos el reloj, transcurrieron casi dos horas y a mí se me había olvidado que aquello era una entrevista, me sumergí en la plática sin oponer resistencia, y fue entonces que me di cuenta que tenía la grabadora en mi mano.


Bienvenido maestro Marcelletti, esta es su casa.


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