- Conversación con Juan Manuel Villalobos sobre La peor parte
- Mis relatos están marcados por lugares, incluso lugares que no conozco, esa obsesión con el viaje, con los espacios, los lugares distintos
Un escritor viajero, un escritor que observa las particularidades de los mundos periodísticos, artísticos. Un escritor que reconstruye con paciencia las voces y la psicología de sus personajes, un escritor que se detiene en los recovecos de sus historias, en los intersticios de la realidad. Así es como podría definir a Juan Manuel Villalobos (Ciudad de México, 1972), un escritor suigéneris, dentro del universo literario mexicano, ya que ha publicado dos de sus libros fuera de México: la novela La vida frágil de Anette Blanche, fue publicada por la editorial argentina Losada en 2005. Esta novela aún no se ha publicado en nuestro país. Su más reciente volumen de cuentos, La peor parte, también tiene una historia similar, ya que fue publicada en este año 2020, por la editorial independiente mexicana Librosampleados, pero antes se había publicado también por una editorial argentina con el título de Las dos Besson y otras almas (Campo de niebla, 2018). Un extraño caso dentro de la literatura nacional.
Pero tal vez esto se deba a que el autor mexicano pasó trece años viviendo y trabajando en el extranjero. Lo cual le dio una óptica, una visión distinta, tanto del mundo editorial, como de las posibilidades narrativas de sus historias.
La peor parte, el más reciente libro de cuentos de Villalobos, nos descubre un autor maduro, serio, reflexivo, conocedor de las artes y de las estructuras formales de la literatura. Un autor que nos regala un libro anfibio, en donde la crónica y el perfil, se conjuga con la narrativa literaria pura y dura. La peor parte es un libro que sabe, que evoca, a autores argentinos, europeos. Podríamos decir, de hecho, que Villalobos es un autor que nos suena diferente, porque se alimenta de otros mapas literarios. Un autor que recorre otros caminos literarios, y que, por lo mismo, nos descubre una manera excéntrica, distinta de abordar los problemas literarios.
El tratamiento que le da el autor a los temas que conforman La peor parte, es un tratamiento es singular, distinto, a lo que podemos encontrar regularmente en las apuestas literarias de muchas editoriales mexicanas. En Villalobos encontramos una visión pausada, reflexiva sobre los hechos. Los personajes de los cuentos de La peor parte son comedidos, pueden contar sus historias sin falsas algarabías, sin falsos victimismos. Son personajes que, como nos dice el autor, han sopesado, han reflexionado sus palabras, sus historias. Y eso se nota en estas historias que nos hablan de soledad, de sufrimiento, de violencia, y que son contadas desde diferentes ciudades del mundo,
Juan Manuel Villalobos es editor, periodista, y autor también del libro de cuento Alguien se lo tiene que decir (Tumbona, 2012) y además fue antologador del libro Con la sangre despierta (Sexto Piso, 2009), que nos comentó en entrevista que “El libro se publicó hace dos años, en la editorial Campo de Niebla, una editorial de Argentina, con el título de Las dos Besson y otras almas, después de un largo periplo, en donde encontró un editor en Argentina. El acuerdo era que el libro se pudiera publicar después en México. Y acá encontré a Librosampleados, a través de un conocido que nos puso en contacto. Y pasó algo similar a lo que había pasado en Argentina, que el editor leyó el libro, le gustó y empezamos a platicar para llegar al acuerdo. Se cambió el título, y trae un cuento más que el de la edición argentina, y además hay un trabajo editorial. A diferencia de mi anterior libro de relatos, Alguien se lo tiene que decir, publicado por Tumbona, este libro tiene una larga historia, ya que estaba trabajando en una novela, que al final nunca vio a la luz, porque entendí que en realidad no tenía una estructura de novela, pero sí existían personajes y situaciones que me parecían sumamente ricos, con los que yo quería seguir trabajando. Entonces, algunas historias de lo que conforman el libro, son producto de un trabajo específico, y escribí otras historias, pero ya pensando en publicar un libro de relatos. Por lo que me resulta muy complicado decir cuánto tiempo me llevó escribir este libro, pero podríamos decir, que se escribió en cuatro años con muchas pausas.”
Javier Moro Hernández (JMH): Me gustaría ahondar en el tema del manejo de personajes de tus cuentos: Algunos parecen tener una biografía, con fecha de nacimiento y de fallecimiento, en algunos casos. Eso nos contextualiza en un momento determinado, específico ¿Cómo tomaste esa decisión estilística para la construcción de estos personajes?
Juan Manuel Villalobos (JMV): A mí me parece que es un coqueteo entre la ficción y la no ficción, ya que mi formación es el periodismo, estudié y trabajé como periodista, y después incursione en la literatura, y con esto quiero decir es que soy un apasionado de la no ficción, y en este libro hay varios relato, justo como La peor parte, por ejemplo, o la historia que sucede en el estadio de Heysel, en Bruselas, que es una historia que sucedió, al margen de que la cuente desde una óptica ficcional. Entonces, a ponerle nombre y a encabezarse con nombre y apellido y fechas de nacimiento, me parece que era una manera de tirarle un anzuelo al lector y jugar con las posibilidades de la verdad, que es algo que hacemos un poco los escritores, pues creo que la literatura está conformada de ficción y ni ficción, sin ningún objeto de engaño. Pero también creo que fue un atrevimiento y de una forma de buscar originalidad, pues a veces la literatura se convierte en algo muy plano, y en este libro, muchos relatos están encabezados por un personaje, entonces me gustó darle título al cuento con los nombres de esos personajes, aunque no sean ficcionales, porque por ejemplo esta Juliette Binoche.
JMH: En este juego de no ficción y de no ficción, tiene como elemento narrativo central la idea del viaje, la idea del movimiento de los personajes, casi todos están viajando o viviendo en el extranjero. Es decir, el viaje ocupa un lugar central dentro de estos relatos.
JMV: Me gusta escribir mucho sobre ciudades, y eso lo he descubierto poco a poco, no es que tenga el objetivo prefijado de hacerlo, porque desconocemos muchas cosas cuando escribimos, no sabemos a veces cuáles son nuestras temáticas o nuestras obsesiones, o por lo menos no lo sabemos con una claridad brutal. Ahora puedo ver como se hermanan algunas historias entre este libro y mi libro anterior, podemos tener el caso de la violencia, el caso de una violación que se relata en uno de los cuentos de La peor parte, también está el tema de los periodistas, además del tema del viaje. Sin duda alguna porque el viaje es algo que me ha marcado, he vivido fuera de México por varios años, y eso te alimenta para crear universos ficcionales posicionados en otros lugares, muchos de mis relatos están marcados por lugares, incluso lugares que no conozco. El punto es esa obsesión con el viaje, con los espacios, los lugares distintos.
JMH: Resulta interesante esta visión sobre el viaje, teniendo en cuenta de que en México se escribe mucho desde el aquí, desde nuestra realidad. El tema puede ser el narco, la violencia o la autoficción, pero en muchas novelas, el escenario es México.
JMV: Entonces creo que es ahí en donde se debe aprovechar la experiencia personal, para construir otro enfoque, otro acercamiento. Si lees mis libros anteriores transcurren fuera de México. En el libro de relatos anteriores hay varios relatos que transcurren en Australia, que es una estancia que me marcó, y entonces a la hora de escribir esos relatos, me retraje a esa experiencia para escribir.
JMH: El tema del periodismo es otro tema central, hay editores, fotógrafos, obviamente periodistas. Es un tema que se engarza con el viaje, ya que hacen periodismo fuera de México.
JMV: Eso se delata con lo que comentaba anteriormente, de que me formé como periodista y de editor, y entonces es un mundo que conozco, aunque no a la perfección, y que además me ha enriquecido en mi vida literaria, porque me ha permitido conocer a personas, temáticas de trabajo, lugares, que se han terminado convirtiendo en obsesiones, y aunque si bien no todos los cuentos tienen personajes cercanos o vinculados con el periodismo, sí creo que de alguna u otra manera están engarzados los personajes con el mundo periodístico, que es un mundo en donde me siento cómodo, y que me permite retratar la profesión, ya que creo que el periodismo me parece una profesión muy digna, pero que mal hecho puede dejarnos ver a personajes siniestros, pero no trato de hacerlo desde una perspectiva de juicio, no es mi idea hacer una crítica, pero creo que hay personajes que en realidad reivindican el periodismo.
JMH: Pensaba en el primer cuento, Adiós en el metro Fontana, en donde creo que hay otro tema a lo largo del libro, esto, es un libro de viajes, pero también es un libro que nos habla del regreso, de recuperar la memoria. En ese sentido, hay una sensación de nostalgia, ya que los personajes parecen estar recuperando elementos de su vida pasada. Este cuento en particular creo que le da el tono al libro.
JMV: Justo son los temas que me pueden obsesionar, y que hemos repasado, y que son el viaje, los lugares, las ciudades, el periodismo, y también es la nostalgia de lo perdido, de una etapa que ya no existe, que ya pasó, de tratar de entender el cómo los personajes, en este caso, toman decisiones desgarradoras, y cómo el narrador, muchas de las veces, se queda con ese sabor agridulce de la vida, de la nostalgia, de la pérdida, y de la reflexión final sobre qué es la vida y en dónde nos encontramos. Hay momentos, en dos historias diferentes, en donde los personajes regresan a su pasado, que buscan entender sus casas anteriores, que quieren visitar sus escuelas, o la chica sueca que dice que no sabe si viviría lo mismo o tomaría las decisiones después de saber lo que le pasó. Todo es como un regreso, entre comillas, al origen. Creo que al final eso es lo que hace al libro contener las historias desde la nostalgia, desde el amor, desde la pérdida, desde la reflexión, ya que para que los personajes puedan obtener eso, tienen que haber tenido reflexión interna.
JMH: Quería preguntarte por el tema de la violencia que también mencionaste, pero que también se encuentra enmarcado en el tema del viaje. En el cuento de “Aunque haya pasado esto”, Monika nos confesará la violencia de la cual fue objeto. Conoceremos así sus heridas y entrar en esos recuerdos pueden conmover brutalmente a los lectores.
JMV: Aquí debo confesar algo que es curioso y es que el tema de la violencia es algo que siempre aparece en lo que escribo. Es terrible, pero siempre hay una muerte, una violación, siempre hay violencia. Aunque es un tipo de violencia diferente, no es la violencia del narco, pero a veces es la violencia cotidiana. En el libro la violencia está en ese cuento, pero también está en el cuento de Adiós en el metro Fontana, está en el de Matrimonio. En esos cuentos que te menciono hay violencia y muerte, pero también creo que es parte de lo que configura la vida. Aunque debo decir que, aunque son temáticas fuertes, no están retratadas desde el voyeur, sino desde una reflexión en ese sentido. Pero sin duda alguna es uno de los temas que me obsesionan, pero trató de retratar desde una perspectiva distinta. Es una violencia distinta, diferente, porque de cierta manera también es vista desde una perspectiva vengativa, por ejemplo, está la prostituta de Madrid, que también es un retrato de la violencia que significa el hecho de tener que haber dejado su país, e ir a un antro, y solo tiene pequeños momentos de placer, que es cuando se regresa sola caminando a su casa por la noche. Entonces sí creo que son temáticas que están ahí permanentemente, pero tampoco creo que uno lo haga a propósito, son temáticas que nacen, que lo obsesionan a uno.
JMH: Este es un libro que tiene muchas referencias a la literatura y al mundo del arte. Está el cuento de Dormir es humano, que es un cuento que puede engarzar el mundo del arte y el periodismo. Pero podemos abordar el mundo de la creación, del arte, desde una perspectiva más humana, y hasta cierto punto descarnada.
JMV: Estaba pensando que me parece que abordó ciertas temáticas socialmente reconocidas, a partir de un ojo crítico, es decir, no enaltezco a los artistas ni a los escritores, todo lo contrario, los trató de hacer humanos, y en todo caso, ahí hay una crítica a ese mundo del arte, que es el mismo al que pertenezco, pero es una crítica subversiva a ese mundo. En este caso, el relato que comentas, nos cuenta la historia de un pintor que quiere salirse de ese mundo que ya conoce y que ve que el reconocimiento no surge del trabajo, sino de un reconocimiento cultural, sobre la que él tiene que lidiar, y le cuesta mucho trabajo. Al mismo tiempo hay una crítica interna a ese mundo del arte, superfluo, falso, en donde vale más cómo lo haces las cosas. Pero en el mundo del arte es difícil encontrar a los propios artistas, que los mismos escritores critiquen su propio gremio, pero a mí me gusta hacerlo porque lo conozco.