- De las 46 mil defunciones hasta el 30 de julio, sólo 14 corresponden a migrantes, según cifras oficiales. Los especialistas dudan que esto sea cierto, porque a las personas en tránsito les resulta casi imposible seguir los protocolos de salud.
“Muere el primer migrante por Covid en Tapachula”, titularon los medios locales de Chiapas la noticia sobre un hombre de 60 años, migrante originario de Cuba, que había muerto a finales de mayo en una casa de la colonia las Américas.
Lorenzo, dijeron sus vecinos, tenía síntomas visibles de Covid-19. No se supo más. El caso de este hombre, sin embargo, no aparece en las estadísticas que la Dirección General de Epidemiología actualiza todos los días para informar de los nuevos contagios y las defunciones registradas en el país.
No se sabe si las autoridades locales de uno de los estados que recibe anualmente a miles de migrantes en su paso a Estados Unidos, a veces perseguidos por la inseguridad y la desigualdad, certificaron el caso como Covid-19; tampoco hay un seguimiento sobre qué pasó con el cuerpo de Lorenzo.
Al otro lado del país, Baja California, otro de los estados caracterizados históricamente por la presencia de miles de migrantes y deportados, registró su propia historia en la prensa local: un migrante haitiano con síntomas de Covid-19 había fallecido en el Hospital de la Cruz Roja de Tijuana, según dio a conocer el 15 de junio Wilner Metelus, presidente del Comité Ciudadano en Defensa de los Migrantes Naturalizados y Afromexicanos.
El activista denunció que, pese a los síntomas visibles del migrante, no había certeza de que fuera Covid, porque no se le había realizado una prueba, como no se hace con el resto de los migrantes.
Sainsirise Josiet tenía 34 años al momento de morir, estaba esperando para solicitar asilo en Estados Unidos. Su caso tampoco forma parte de las estadísticas oficiales sobre coronavirus, que hasta el 30 de julio contabilizaban 46 mil muertes por el virus SARS-CoV-2.
Ambas muertes son sólo un registro del porqué de una pregunta que ronda la mente de activistas de la migración: “¿Cuántos migrantes han muerto realmente de Covid?”.
Un análisis de las estadísticas de la Dirección General de Epidemiología, realizado por EMEEQUIS, muestra que, de forma oficial, el gobierno mexicano sólo ha registrado el fallecimiento de 14 migrantes por esta enfermedad.
Apenas tres salvadoreños, dos guatemaltecos y uno de cada uno de los siguientes países: Canadá, Chile, Cuba, España, Estados Unidos, Grecia, Haití, Honduras y “otro”.
Hay también un estadounidense y un suizo que están en espera del resultado de la prueba, así como cinco migrantes de Venezuela, Honduras, Nicaragua y dos de Estados Unidos cuya prueba dio negativo.
“Parece una buena noticia que estén identificadas poca cantidad de personas fallecidas como migrantes, pero se tiene que dudar, sobre todo, porque para los migrantes es muy difícil de llevar a cabo las medidas previstas para contener la pandemia”, dice el doctor en sociología Juan Antonio del Monte, investigador de El Colegio de la Frontera Norte (El Colef).
POBLACIÓN EN RIESGO
Cuando se decretó emergencia sanitaria en México y se arrancó el 21 de marzo con la jornada de Sana Distancia, la mayoría de los albergues para migrantes del país optaron por cerrar sus puertas.
Según relató a EMEEQUIS en abril pasado el Padre Patricio Murphy, que dirige la Casa del Migrante en Tijuana, apostaron por proteger la salud de todos los que quisieran quedarse dentro e impedir que nuevos migrantes se integraran a los albergues. La única ayuda era brindarles comida a través de las ventanas.
Esto, explica el Dr. Del Monte, es uno de los factores de mayor riesgo para la población migrante que se quedó en las calles –y que sigue llegando a los puntos fronterizos, aún en medio de la pandemia– porque ven mermada su alimentación y se incrementa el riesgo, ya alto, de adquirir una enfermedad, no sólo Covid.
“Están doblemente expuestos, antes de la pandemia ya era una crisis humanitaria, el Covid sólo vino a empeorar el panorama”, dice el investigador, que monitorea la situación de los migrantes en calle y que ha detectado en sus viajes en coche un aumento de la población migrante en la vía pública en Baja California.
Se ha tenido –asegura– un extremo cuidado de no mencionar el tema migrante porque “evidentemente, para los gobiernos, no es un tema prioritario en medio de la crisis sanitaria”.
MÁS DE 100 MIL MIGRANTES EN RIESGO
En mayo pasado, más de 40 organizaciones presentaron un estudio llamado “Propuestas de alternativas a la detención para la población migrante y solicitante de asilo en México durante la pandemia del Covid-19”, en el que señalaron la falta de información pública sobre el número de personas migrantes en riesgo.
Según sus cálculos, los migrantes –incluyendo a familias, adolescentes y niñez no acompañada– son más de 100 mil personas en condición de riesgo y extrema vulnerabilidad en la pandemia por Covid.
Se trata de todos aquellos que están a la espera de pedir protección a los Estados Unidos, de los cuales, al menos 10 mil no tienen documentación migratoria y son vulnerables a una detención. También los que están en espera bajo el protocolo “Quédate en México”, atentos a sus audiencias en EU; se calculan 20 mil.
Así como personas deportadas por intentar cruzar ilegalmente la frontera hacia EU, originarias de México, Guatemala, Honduras y El Salvador. Hasta el 9 de abril se contaron 10 mil.
Y, por último, los 60 mil solicitantes de asilo que están regados por todo el país, muchos en detención migratoria y albergues, cuartos y departamentos rentados. Tan sólo 20 mil, como Lorenzo, en Tapachula, Chiapas.
Estos números, sin embargo, son conservadores. El investigador de El Colef, Dr. Del Monte, explica que los números que están al alcance son los oficiales, pero que hay muchos otros migrantes con estatus migratorio irregular, que no están dentro de los estándares oficiales.
SÓLO 310 MIGRANTES CON COVID
Las estadísticas analizadas por EMEEQUIS muestran otra cara de la falta de información. Desde el inicio de la pandemia, en todo el país se han contabilizado 370 mil 179 contagios –que se cuentan sólo a partir del resultado positivo de una prueba y que no contemplan a las defunciones–, de los cuales sólo 310 son de migrantes.
La cifra completa de contagios acumulados, ya con decesos incluidos, es de 416,179 hasta el jueves 30 de julio, de acuerdo con las autoridades de salud.
La mayor cantidad de contagios por Covid corresponde a hondureños (51), estadounidenses (41), venezolanos (36), cubanos (33), colombianos (26), salvadoreños (18) y guatemaltecos (12).
Las organizaciones de la sociedad civil advierten que esto es un síntoma de que no se están considerando los derechos básicos de esta población y denuncian la falta de coordinación de autoridades federales y estatales.
Sobre las muertes, el Instituto Nacional de Migración dijo a esta revista digital que no tienen registradas defunciones a causa de la Covid en sus centros de detención. La Secretaría de Relaciones Exteriores tampoco ha informado sobre el tema. Lo mismo ocurre con los gobiernos locales como Baja California, Tamaulipas, Chiapas, Tabasco.
En contraste, la SRE informó en junio pasado que se tenían registradas las defunciones de mil 308 connacionales en territorio estadounidense, así como del esfuerzo por repatriar los cuerpos de los fallecidos. En cambio, sobre las defunciones de migrantes en territorio mexicano y el destino de sus cuerpos, la información es nula.
En México, los migrantes no mueren de Covid.
@AleCrail
