La sombra que se cierne sobre Luis Videgaray - LJA Aguascalientes
21/11/2024

APRO/Mathieu Tourliere

 

Mientras el mundo político de México se cimbra y especula sobre las cloacas del sexenio pasado que Emilio Lozoya Austin destapará ante la Fiscalía General de la República (FGR) –para reducir su condena–, Luis Videgaray Caso, el brazo derecho del expresidente Enrique Peña Nieto, tiene serias razones para preocuparse, porque jugó un papel central en los casos de corrupción que motivaron el arresto y la extradición del exdirector de Petróleos Mexicanos (Pemex).

La compra fraudulenta de la planta de fertilizantes Agronitrogenados a Altos Hornos de México (AHMSA) y la operación de obras otorgadas a la constructora brasileña Odebrecht –dos casos en los cuales Lozoya es acusado de cobrar sobornos por 12.5 millones de dólares– se concretaron gracias a créditos multimillonarios otorgados por Nacional Financiera (Nafin) y el Banco Mexicano de Comercio Exterior (Bancomext), cuyos consejos de administración estaban presididos por Videgaray Caso.

En el capítulo “Banca de Inversión” de su informe anual de 2015, Nafin presumió las líneas de crédito que otorgó a varios planes estratégicos de Peña Nieto ese año. Entre ellos figuraban tres proyectos de Pemex, entonces dirigido por Lozoya Austin: un crédito de 390 millones de dólares para “rehabilitar y poner en marcha” la planta de Agronitrogenados –que estaba en estado de “chatarra”–, 280 millones de dólares para continuar la construcción de la planta Etileno XXI y 240 millones de dólares para el gasoducto de Los Ramones.

El contrato de Etileno XXI, cuyos anexos implicaban condiciones muy desfavorables para Pemex, fue adjudicado a ­Odebrecht durante el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa, pero concretado en el de Peña Nieto; el de Los Ramones dio las obras del gasoducto a la constructora brasileña, y la supervisión de las obras a la empresa española OHL.

Acorralado, Lozoya negoció con la FGR y prometió 12 videos con 16 horas de grabación en los que exhibirían el pago de sobornos a legisladores que aprobaron la reforma energética, un tema de primera importancia para el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien fue un firme crítico del paquete de reformas estructurales de su antecesor.

Dicha reforma impulsada por Peña Nieto fue operada por Videgaray y Lozoya. Las grandes promesas de la reforma energética terminaron en un desastre industrial, marcado por una lenta agonía de Pemex durante el sexenio de Peña Nieto. Según la Auditoría Superior de la Federación, la empresa productiva del Estado cerró 2018 con pérdidas patrimoniales de 1 billón 7 mil millones de pesos y una deuda de 2 billones 82 mil millones –85% más que en 2014–.

En su investigación sobre la red internacional de corrupción de Odebrecht, la justicia de Brasil recopiló evidencias de que la constructora pagó sobornos a Lozoya durante la campaña presidencial de Peña Nieto, de la que Videgaray era coordinador; Carlos Fadigas, exdirector de Braskem –filial que construyó Etileno XXI–, declaró que acompañó “tiempo completo” la campaña del candidato mexiquense.


En aquel entonces, Lozoya y Videgaray eran amigos y operaron de la mano algunos proyectos impulsados desde Los Pinos durante los primeros años del sexenio de Peña Nieto. Sin embargo, su amistad se fue deteriorando hasta llegar a una abierta hostilidad. 

Lozoya renunció a Pemex a principios de 2016.

 

Y Salinas Pliego…

Con la llegada de Andrés Manuel López Obrador a la Presidencia fue evidente que los excompañeros de Lozoya lo dejaron solo para enfrentar las acusaciones de corrupción.

A medida de que el exdirector de Pemex era acorralado por la justicia mexicana, mandó señales de advertencia a sus antiguos aliados y empezó a correr la voz de que él no movía un dedo en Pemex sin el visto bueno de Peña Nieto y Videgaray.

Durante la primera mitad de 2019 el abogado Javier Coello amagó en repetidas ocasiones con citar a comparecer al primer círculo de Peña Nieto, incluyendo al propio exmandatario. El 26 de junio del año pasado, semanas antes de que Lozoya huyera a España para evadir a la justicia mexicana, Coello declaró que documentaría el papel de Videgaray en el “saqueo” de Pemex.

En aquella ocasión el abogado, acostumbrado a los casos polémicos, recordó que en el tema de Agronitrogenados –en el que Lozoya supuestamente cobró un soborno de 3 millones 400 mil dólares de Alonso Ancira Elizondo, el dueño de AHMSA–, la compra se concretó sobre la base de un avalúo realizado por el Instituto de Administración y Avalúos de Bienes Nacionales, institución que responde a la autoridad hacendaria.

Si bien Coello abandonó en junio último la defensa legal de Lozoya –por “diferencias” sobre la decisión de aceptar su extradición–, Videgaray tiene otros motivos de preocupación con la extradición de su amigo: desde marzo de 2019 la FGR también está investigando la adquisición a sobreprecio de la empresa Fertinal por parte Pemex, la cual también se concretó gracias a los créditos de Nafin y Bancomext.

Emilio Lozoya, ahora colaborador de la FGR, tiene la película completa sobre Fertinal, caso que involucra al multimillonario Ricardo Salinas Pliego y a su socio Fabio Massimo Covarrubias Piffer.

Lozoya también tiene en mente los esquemas financieros y bursátiles que Videgaray y el exsecretario Gerardo Ruiz Esparza diseñaron con la empresa OHL durante la gubernatura de Enrique Peña Nieto en el Estado de México, parte de los cuales terminaron en presuntos sobornos detectados por las autoridades españolas. 

La FGR recibió denuncias sobre el presunto uso de esos mismos esquemas para financiar la campaña de Peña Nieto, pero no pasó nada.


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