APRO
La Unidad de Integridad del Atleta (AIU por sus siglas en inglés) acusó por una segunda infracción a las reglas antidopaje a la marchista mexicana Guadalupe González por manipulación al haber presentado documentos, pruebas y testigos falsos, luego de haber dado positivo por trembolona.
Este nuevo señalamiento podría derivar en una sanción de ocho años adicionales para la deportista mexicana, tal como ocurrió en febrero último con el nadador chino Sun Yang, e incluso de por vida por una segunda ofensa al Código Mundial Antidopaje.
Apenas la semana pasada, el Tribunal de Arbitraje del Deporte (TAS) confirmó la suspensión de cuatro años que en mayo de 2019 le impuso la AIU a la subcampeona olímpica.
Manipulación
Tras el fallo, la AIU, órgano de la Federación Internacional de Atletismo (World Athletics, antes IAAF) resolvió acusar otra vez a la atleta con base en el artículo 2.5 del Código Mundial Antidopaje que se refiere a la manipulación o intento de manipulación de cualquier parte del proceso del control de dopaje.
“Toda conducta que altere el proceso de control del dopaje, pero que no se halle incluida de otra manera en la definición de métodos prohibidos. El término manipulación incluirá, entre otras cosas, obstaculizar o intentar obstaculizar a un oficial de control del dopaje, la entrega de información fraudulenta a una Organización Antidopaje o la intimidación o intento de intimidación de un potencial testigo”, señala el Código Mundial Antidopaje.
La gestión de resultados es también parte del proceso y lo que la AIU considera es que en su defensa ante el Tribunal Disciplinario por haber dado positivo en un control realizado en 2017, González presentó documentos falsificados y pruebas falsas, así como testimonios de testigos falsos para demostrar que comió 200 gramos de picaña, filete y tacos al pastor los tres días previos a cuando le tomaron la muestra de orina.
Además, en la audiencia que tuvo ante el juez chileno Juan Pablo Arriagada, Lupita y sus abogados (Luis Fernando Jiménez y Víctor Espinoza) dijeron que también había consumido hígado en Las Güeras (un puesto callejero cerca del Centro Ceremonial Otomí) y presentaron como testigo al dueño del local, Leonardo Granados.
Testimonio falso
Las facturas fueron hechas a modo para demostrar que comió en un Picanha Grill, cuyo dueño, Eduardo Tager Palos, declaró que cerró su restaurante hace cuatro años. Asimismo, una amiga de Lupita González testificó que ella la acompañó a comer en dicho lugar, lo cual es falso.
Luis Fernando Jiménez ha insistido en que si la defensa se basó en presentar evidencias falsas es porque la atleta fue la primera en mentir puesto que no comió tacos al pastor, picaña ni filete, sino sólo unos tacos de longaniza en Las Güeras.
Las pruebas, documentos y testigos falsos fueron presentados en la audiencia que se llevó a cabo en Londres el 17 de abril de 2019 y a la cual la atleta no asistió.
Guadalupe González podría denunciar por la vía penal a los abogados que fabricaron las pruebas, lo cual de acuerdo a las legislaciones en algunos países se considera un delito.
El abogado Víctor Espinoza demandó a la deportista a quien le exige un pago de 417 mil pesos más IVA para completar el pago de 60 mil dólares que le cobró por llevar su caso.