La claridad - LJA Aguascalientes
25/11/2024

  • Entrevista a Marcelo Luján, ganador del VI Premio Ribera del Duero
  • Cinco cuentos de factura impecable, historias que dentro de la literatura resultan placenteras, intensas, fascinantes, mientras que trasladadas a nuestra vida serían para echarse a correr

 

El autor argentino Marcelo Luján (Buenos Aires, 1973) fue galardonado con el VI Premio Ribera del Duero por su libro de cuentos, La claridad. El jurado de esta sexta edición, que estuvo presidido por el escritor Fernando Aramburu, cuyas obras han sido traducidas a más de treinta idiomas, valoró la minuciosidad narrativa y la mirada perturbadora de Marcelo Luján, proyectadas en un libro muy persuasivo, que pone de manifiesto un cuestionamiento del idioma y una poética del desarraigo. En palabras de Fernando Aramburu, “estos cinco cuentos, de factura impecable, invitan a una experiencia de lectura no exenta de una gustosa perversión, al inquietarnos con unas historias que dentro de la literatura resultan placenteras, intensas, fascinantes, mientras que trasladadas a nuestra vida serían para echarse a correr.” El galardón de 2020 debería haberse hecho público en el mes de marzo, pero la crisis sanitaria como consecuencia de la Covid‐19, obligaron a demorar el acto de entrega de un premio que tradicionalmente se presenta en la Feria del Libro de Madrid. Es la primera vez que el libro ganador está ya editado y publicado en el momento de la rueda de prensa.  

El Premio Internacional Ribera del Duero fue convocado en 2008 por el Consejo Regulador, durante el XXV Aniversario de esta Denominación de Origen. El certamen literario, de carácter bienal, está organizado en colaboración con la Editorial Páginas de Espuma. Los ganadores del Premio han sido: Javier Sáez de Ibarra, Marcos Giralt Torrente, Guadalupe Nettel, Samanta Schweblin y el escritor mexicano Antonio Ortuño, quien fue el más reciente galardonado por su obra La Vaga Ambición.  

Marcelo Luján, quién vive desde 2001 en Madrid, es autor de los libros de cuentos Flores para Irene (Premio Santa Cruz de Tenerife 2003), En algún cielo (Premio Ciudad de Alcalá de Narrativa 2006) y El desvío (Premio Kutxa Ciudad de San Sebastián 2007)  y además ha publicado también libros de prosa poética Arder en el invierno y Pequeños pies ingleses, y las novelas La mala espera (Premio Ciudad de Getafe de Novela Negra 2009 y segunda Mención del Premio Clarín 2005), Moravia y Subsuelo (Premio Dashiell Hammett 2016, entre otros), nos comentó en entrevista vía telefónica que se sentía: “Abrumado por la noticia, pero para mí es un placer grandísimo poder estar conectado con México, que es un país al que los argentinos le tenemos muchísimo cariño, no solamente por el Mundial del 86, sino por un montón de cuestiones que pasaron durante la Dictadura argentina, ha sido un país súper solidario con nosotros. 

Javier Moro Hernández (JMH): ¿Cómo te sientes con esta noticia de ser el Ganador del Premio Ribera del Duero?

Marcelo Luján (ML): Un poco aturdido, lo debo confesar, porque con este tema de la pandemia, el fallo fue en marzo, a mí me lo confirmaron en marzo, pero solo unos días después se decretó el estado de alarma, todo el mundo cambió, se quedó todo paralizado, a la espera, con la incertidumbre de que no sabíamos nada, entonces intenté desconectar, trabajar el libro con la editorial, aprovechar para eso, y en las últimas semanas se reactivó todo, se fijó la fecha para dar a conocer el fallo, entonces hubo un segmento de tiempo que mi cerebro olvido, y ahora estoy cayendo de vuelta en lo que significa para mi carrera este Premio, que han ganado autores tan buenos, autores que leo y admiro, y formar parte de este palmarés es casi apabullante para mí, es un honor estar aquí. El objetivo al final es que se lea el libro y creo que con el Premio va a despertar mayor interés. 

JMH: Quería preguntarte por La Claridad, que nos contaras un poco de estos primeros cinco cuentos, a los cuáles se ha sumado ahora un bonus track. Quería que nos contarás de los temas que les dan forma a los cuentos.

ML: No me voy a cansar de repetir nunca que, para nosotros como latinoamericanos, el cuento es un género que amamos, pero, sobre todo, que necesitamos como escritores, que no podemos escapar de él. Esto es algo que en Latinoamérica se entiende perfectamente, y si nos fijamos en los ganadores del Premio, el componente latinoamericano es apabullante, los finalistas de este año también tuvo un componente muy alto de escritores de América Latina, y sinceramente después de varias novelas, necesitaba como autor, escribir cuentos, ante la sorpresa de mis editores, yo necesitaba escribir cuentos, necesitaba devolverle al género todo lo que me dio en la adolescencia con un ben libro de cuentos y entonces fue un reto personal sacar un libro con coherencia, con armonía, que no fuera un conglomerado de cuentos, y esa idea fue el punto de partida, con el reto de no usar textos anteriores, quería el trazo actual, y escribí cinco cuentos desde cero, y eso fue una gran dificultad, porque terminas un cuento largo y te quedas sin nada. Fue una locura, tarde más de tres años, y no saque libros en ese tiempo, y todo el mundo me creía chiflado. Pero ese era mi objetivo y me lo tomé como un reto. Quería hacer cuentos largos, me sentía seguro, me sentía seguro de mantener la tensión, utilice un elemento anticipatorio, todos los desenlaces están en futuro, y eso genera tensión y una retroalimentación con el lector, y pues los temas tienen que ver con el género negro, mis últimas novelas están escritas en el género, me siento muy cómodo ahí, contando el mal, ese que nos acecha afuera, del que no podemos escapar como individuos. Pero también me gusta componer estas historias en escenarios blancos, para ponerles un color, y de ahí La Claridad, escenarios muy cotidianos, en donde no esperamos que llegue el mal, en donde creemos que estamos a salvo, que me parece que es un poco lo que nos pasa allá afuera. 

JMH: Quería preguntarte por la relación que tiene la literatura argentina con el cuento, por un lado, y con los géneros negros y fantástico, tenemos a Borges, a Cortázar, autores que han estado coqueteando entre las fronteras de los géneros. Es muy interesante la idea que nos planteas del cuento como un género que amamos en América latina, pero que además aborda estos temas, estos territorios. 


ML: No podemos escapar de la tradición literaria en la que estamos educados, es imposible, y además es absurdo pretender escapar. Me vine a vivir a España después de haber estudiado en la universidad, y esto lo quiero enlazar con la enorme cantidad de autores latinoamericanos que están escribiendo desde España, está generando una literatura mestiza, preciosa, híbrida, muy interesante el debate que están planteando ahora, porque cada autor escapa como puede de este castellano que lo rodea, sin olvidar nunca las raíces, porque no se puede hacer, porque es nuestra educación, somos nuestras primeras lecturas, somos nuestra tierra, nuestros paisajes, nuestros barrios, en donde crecimos, entonces se está gestando una cosa muy buena, muy interesante, con la enorme cantidad de autores latinoamericanos que están escribiendo desde España, pero de la tradición no se puede uno escapar, de Borges y Cortázar no puedo escapar, están al lado mío todo el tiempo, pero también tengo a Rulfo y a García Márquez, eso somos nosotros. Una literatura mestiza, porque yo creo que mestizaje es lo mejor que le puede pasar a la raza humana, en todos sentidos, y me parece que lo que está pasando en la literatura es una suerte de mestizaje, una mezcla ineludible, que a veces es rechazada, pero que al final es buena, porque mejora el origen, y entonces por eso hablo de mestizaje, que es un concepto más genético, pero me gusta meterlo allá como abordaje. 

JMH: Abordar el cuento después de varias novelas, me imagino que representó un reto narrativo importante. La condensación de las ideas y el proceso de escritura es distinto y complejo al mismo tiempo. 

ML: Mis primeros tres libros publicados eran de cuento, que además ganaron premios, pero eso fue cuando era joven y más valiente. Mi primera novela fue mi cuarto libro, y entre en medio escribí algunos libros de prosa poética, que es mi máximo acercamiento a la poesía, a la cual respeto y leo, pero no me atrevo. Y aunque escribía cuentos, para algún periódico, alguna revista, no me había vuelto a sentar a escribir un libro de cuentos desde hace muchos años, pero necesitaba realmente enfrentarme al género con madurez, y claro, cambiar el chip del de novela al cuento es duro, porque los procedimientos son distintos. Pero recurrí a la tradición, y a los planteamientos de los maestros. Te digo, a mí me gusta muchísimo Juan Rulfo, lo considero uno de los grandes de Latinoamérica. Fue un reto, pero consideró que el cuento es parte de mí y quería volver a las fuentes, quería ver el origen. 

JMH: ¿Cómo fue que decidiste mandar el libro al Premio Ribera del Duero, después de varios años, en los que como nos cuentas, no habías mandado libros a concursos?  

ML: Lo que pasa es que el Ribera del Duero es un premio de nivel superior, y eso lo marcan los ganadores anteriores, está Antonio Ortuño, Guadalupe Nettel, Samantha Schweblin, grandes autores contemporáneos. Pero también fue un poco una casualidad, porque como te decía, estuve tres años con este libro, lo terminé en el verano del año pasado, pero me anime y lo mande con total escepticismo, que es como hay que mandar todos los textos a concursos, y más a un concurso como el Ribera del Duero, que es una competencia de un nivel muy alto, en donde una está en competencia con escritores muy sólidos, pero también de eso se trata. Pero me anime porque confiaba mucho en el texto, sabía que era algo muy difícil de hacer, porque casi no tiene sentido hacerlo, confiaba mucho en el texto. 

Además, publicar en Páginas de Espuma que es una editorial consolidada de cuentos, lo que nos habla de la salud del género. Parte del Premio, y parte del prestigio que tiene este Premio, es que te publique la mejor editorial del mundo de cuentos, sin ninguna duda, y eso es parte importante del prestigio que tiene el Premio Ribera del Duero. Además, por suerte tenemos una editorial como Páginas de Espuma, que, desde Europa, está haciendo del cuento magia, y también tenemos la suerte como una denominación de origen como Ribera del Duero, se una a enaltecer el género del cuento. Así que muy contento por ganar este Premio y poder hablar con ustedes y platicar sobre La Claridad, que espero que pronto se pueda leer en México.


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