Víctor Hugo Salazar Ortiz
Movimiento Ambiental de Aguascalientes A.C.
El 28 de junio se conmemora en el mundo el día del árbol; no obstante, en México no hay una fecha específica en el calendario, sino un día, y este es el segundo jueves del mes de julio, así lo decretó el presidente Adolfo López Mateos en 1959. Este año se conmemora el día del árbol el 9 de julio. En estos días (internacional y nacionalmente) se acostumbra hacer plantaciones, la mayoría de las veces sin conciencia del compromiso que eso conlleva, pues, quien planta un árbol debe comprometerse a darle seguimiento a su proceso de crecimiento, lo que lo obliga moralmente a velar por su seguridad, puesto que planta un ser vivo, es como si se trajera un hijo al mundo. Como ya se ha señalado en este espacio, está demostrado que las reforestaciones o plantaciones son acciones ecocidas porque se plantan cientos o miles de árboles que con el paso del tiempo mueren, sólo se usan para la foto. ¿Quién tiene un hijo para tomarse una foto y luego lo abandona? Es por ello que Movimiento Ambiental de Aguascalientes ha presentado otra propuesta: Rescatar árboles nativos resilientes. A continuación, explico cuáles son estos árboles.
Seguramente usted ha visto que en los baldíos, camellones, banquetas y orillas de las carreteras de nuestro estado crecen arbustos de varios tipos llenos de espinas y suelen generar molestia a los que, por distracción, se topan accidentalmente con ellos y se espinan, entonces la reacción es arremeter contra éstos con un palo, un machete o hasta con desbrozadores, comúnmente llamados “moscos”. Este tipo de arbustos son cortados por el ciudadano común y por los responsables del mantenimiento de las áreas verdes en nuestro estado “para evitar que provoquen un daño a las personas”.
¡QUÉ! ¿Un daño a las personas? Déjenme decirles que esa es una percepción muy equivocada, pues esos “arbustos espinosos” son árboles nativos resilientes, ¡sí! á r b o l e s, específicamente huizaches y mezquites. Cuando pensamos en árboles limitamos nuestra imagen de ellos a troncos anchos, altos y una copa con follaje, pero pocas veces pensamos que un árbol alcanzó esa dimensión a través de un ciclo de vida, es decir, primero fue semilla, luego una planta (plántula) que comienza a crecer y a ensanchar su tronco; eso en su primera etapa de vida (cinco años aproximadamente). La mayoría de los árboles llenan sus ramas de follaje conforme crecen; esto no ocurre con los huizaches y mezquites, pues éstas se expanden con enormes espinas y hojas diminutas, mientras que, en el centro de ellas existe uno o varios fustes (troncos) que van engrosándose y por medio de éstos el árbol va obteniendo altura de manera lenta y paulatina. Las espinas no tienen como objetivo dañar a nadie, son hojas modificadas, resultado de una adaptación evolutiva de las plantas a climas áridos, que impiden a éstas perder su hidratación a través de la transpiración. Recordemos que todo ser vivo respira y las plantas no son la excepción. Sí ¡las plantas son seres vivos que respiran! Lo hacen a través de minúsculos poros en la superficie de las hojas, llamados estomas, y éstos regulan el intercambio de gases entre la planta y la atmósfera. En el caso de las plantas típicas de las regiones áridas, las hojas de las plantas se transformaron en espinas y no tienen estomas, lo que evita que suden y poder conservarse hidratadas.
Un árbol con estas características es el Huizache. Su nombre proviene del Nahuatl, que significa “Huele a Miel”. Este árbol puede llegar a medir hasta 12 metros de altura, pero inicia su proceso de crecimiento como arbusto rastrero lleno de espinas, lo que provoca que la gente lo corte. POR FAVOR ¡DEJE DE HACERLO! Al contrario, ayúdele a crecer utilizando la “técnica de entutoramiento de árboles” porque ese arbusto espinoso en su jardín o banqueta, está destinado a convertirse en un árbol, pero no lo consigue porque los humanos (su peor enemigo) lo cortan cada vez que se le ocurre salir. Pero ¿sabe qué? Por más que lo corte y lo corte, ¡volverá a salir! porque ese es su destino por naturaleza, crecer allí donde salió, no es un animal que se pueda mover y desplazarse a otro sitio. El Huizache estaba allí antes de que su casa se construyera, y me atrevería a decir que sus raíces son más profundas que los cimientos de su vivienda (si es que tiene, porque las inmobiliarias sólo ponen planchas de concreto y sobre ellas construyen). Para evitar que vuelva a salir tendrá que sacarlo desde la raíz, y ésta está muy profunda porque absorbe el agua de los mantos acuíferos; pero no se asuste, crece hacia abajo, así es que sus raíces no levantan la banqueta y mucho menos su casa. La prueba de ello es que aunque usted ve un pequeño conjunto de ramas espinosas, en lo profundo hay raíces que llevan años o décadas adaptándose a ese lugar. No luche con el/los huizache(s), hágase su amigo, nos conviene a todos porque son árboles que amortiguan la temperatura, retienen CO2, fijan nitrógeno en el suelo y esto hace que mejore y sea más fértil, lo que los convierte en nodrizas de muchas otras especies nativas, entre ellas el mezquite.
El mezquite es el árbol más robusto de nuestra región gracias a un milenario proceso de adaptación. Pero corre el mismo riesgo que el huizache, ya que también inicia su proceso de crecimiento como un arbusto espinoso que alcanza una altura máxima de 50 cm durante su primer año de vida debido al desarrollo natural de raíces pivotantes, esto es, una raíz que busca los mantos freáticos o aguas subterráneas; una vez que las encuentra comienza a engrosar su tronco una pulgada y a crecer 50 cm. por año hasta alcanzar los 6 o 9 metros en promedio, dependiendo de las condiciones hidrológicas. De esta manera, el mezquite es un indicador natural de aguas subterráneas, pero además es un enorme proveedor de nichos ecológicos.
El fruto característico de estos árboles son vainas. Las del huizache no son comestibles para el ser humano debido a que su sabor es amargo; por el contrario, la vaina del mezquite sí es comestible, posee un sabor dulce, además propiedades alimenticias y medicinales.
El árbol nativo no crece en nuestro jardín, banqueta o avenida, por error o para molestarnos, crece allí porque éste era su hábitat antes de que nosotros lo invadiéramos, sólo lo está recuperando debido a su capacidad de resiliencia. Tener un árbol nativo cerca de tí es una bendición más que una maldición. Tienes que dejar de ver sólo sus espinas y apreciar todos los beneficios que tiene su existencia para la comunidad, humana y no humana.
Para fomentar el proceso de conocimiento y el compromiso de salvaguardar la mayor cantidad de árboles nativos resilientes, este jueves 9 de julio “día del árbol en México”, Movimiento Ambiental de Aguascalientes en coordinación con la Secretaría del Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable (Semadesu), comenzaremos con el entutoramiento y rehabilitación de este tipo de árboles en los camellones de 3er anillo Oriente entre Gerónimo de la Cueva y Av. Constitución, actividad que esperamos se continúe indefinidamente y motive a otras Secretarias y Dependencias (en especial vivero municipal y parques y jardines) a contribuir en el rescate y rehabilitación de este tipo de árboles, en vez de seguir haciendo plantaciones, bien intencionadas, pero poco o nada benéficas para los árboles plantados y para el medio ambiente. También esperamos que la ciudadanía aprenda a identificarlos y cómo se cuidan, porque como ya se dijo, crecen por toda la ciudad, ellos ya estaban aquí antes que nosotros, y si pudimos comenzar a vivir aquí es porque nos prepararon el terreno. Lo justo es que ahora nosotros los ayudemos a recuperar este espacio que era y debe seguir siendo suyo.
