APRO/Rosalía Vergara
Los fallecimientos por Covid-19 en la Ciudad de México se triplicaron, en comparación a las muertes cotidianas por cualquier enfermedad, reconoció el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, en una entrevista para The Washington Post.
De acuerdo con la nota difundida por el diario estadounidense, el funcionario se refirió a este cálculo como parte de un primer estudio detallado sobre las vidas cobradas por el virus SARS-CoV2, causante de Covid-19, el cual, dijo, pronto se dará a conocer a la opinión pública.
Hasta el 1 de julio, en la capital del país se habían registrado 6 mil 642 muertes vinculadas a este virus, según datos oficiales.
El especialista mexicano, quien actualiza las cifras entre contagiados, recuperados, casos sospechosos, casos confirmados y defunciones, en una conferencia de prensa diaria a las 19:00 horas, el estudio analiza las muertes detectadas de marzo a mayo con el mismo periodo de los últimos años.
“¿Cuántas personas han muerto ahora?”, se preguntó y se respondió: “Esta estadística, que todavía estamos refinando, es aproximadamente tres veces más”, señaló.
Las cifras del aumento de muertes –la revista Nexos publicó que 27 mil 394 personas fallecieron de marzo a mayo–, incluyen a quienes sufrieron ataques cardiacos por la falta de tratamientos debido a la ocupación hospitalaria por Covid-19 y quienes fueron o no diagnosticados porque algunos nosocomios carecían de personal o muchas murieron en sus casas o poco después de haber sido ingresados a un centro de salud, sin una prueba confirmatoria.
Este número, aún no calculado por las autoridades sanitarias, es significativa por ser mayor que las cobradas por los brotes de influenza más fuertes en el país. “Es alto o extremadamente alto en comparación con lo que queríamos”, indicó.
De las cifras confirmadas –28 mil 510 muertos por Covid-19–, el funcionario las atribuyó a que muchas víctimas fueron a los hospitales hasta que se sintieron gravemente enfermos, por las condiciones de comorbilidad, como la hipertensión, la diabetes y la obesidad, enfermedades crónicas que afectan al 80% de los pacientes con Covid-19.
“La contribución relativa a la letalidad de la epidemia es un desastre”, comentó. Atribuyó esto a la popularidad del consumo de comida chatarra y bebidas azucaradas.
Una estricta cuarentena, como en países como España, no hubiera sido posible en un país como México, con una profunda desigualdad y “vívidos recuerdos del gobierno autoritario” –como refiere The Washington Post–, hubiera sido, según López-Gatell “tan adversa económica y socialmente que habría terminado en una confrontación social doméstica”.
Resaltó que el cierre de escuelas, oficinas gubernamentales y el bloqueo de 70 días se basó en la persuasión y se logró una disminución de la movilidad del 60% a nivel nacional.
Contrario a las críticas a la forma como las autoridades mexicanas han enfrentado a la pandemia, el funcionario defiende su postura respecto a la reducción de la velocidad de la epidemia a la mitad, en comparación a países como Italia o España y ganaron tiempo para evitar la saturación hospitalaria.
En lugar de un brote rápido y explosivo se obtuvo uno largo y lento, explicó.
Además, reconoció que los mensajes de salud pública del gobierno mexicano no han logrado convencer a muchos mexicanos.