APRO/Juan Carlos Cruz Vargas
El Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP) reveló que de 2013 a 2020 el gasto público en infraestructura se ha desplomado 40%, en términos reales, al tiempo que las tasas de pobreza superaron el 40% de la población y el crecimiento del país se ubicó en 2% en promedio.
De 2010 a 2020, el gasto público en inversión de las 17 funciones restantes se contrajo 68%, en términos reales. #InfraestructuraEnMéxico pic.twitter.com/HtwyJd9aH3
— CIEP, A.C. (@ciepmx) June 23, 2020
En un reporte titulado Infraestructura en México: Prioridades y deficiencias del gasto público, el CIEP puntualizó: “Esta caída en el gasto impacta en el desarrollo económico y humano de la población, a través de carencias energéticas, sanitarias, educativas y de vivienda”.
Las consecuencias son transversales en cada uno de los sectores que requieren inversión en infraestructura.
Puntualizó que en la última década el número de camas disponibles en el sector salud para brindar servicios se redujo a la mitad. México pasó de 1.8 camas por cada mil habitantes en 2010 a 0.9 en 2020, mientras que el gasto de inversión en la materia se contrajo 57.2% en los mismos años. El mayor recorte se presenta en la Secretaría de Salud (SSA), que cuenta con un total de tres mil 635 camas fuera de operación.
En el caso de la energía, el CIEP detectó que a pesar de que dicho sector recibe 47% de todo el gasto de inversión pública, de 2010 a 2018 la producción energética nacional disminuyó 30%.
En contraste, las tarifas no han disminuido y la participación porcentual de las energías renovables en la generación eléctrica total se mantiene por debajo de 18%.
Según el documento, en la última década 15% del gasto de inversión en energía se ha destinado a pagar pensiones y pasivos. De 2015 a 2018, precisó, el gasto en infraestructura del sector disminuyó 52% respecto a 2014.
Cabe destacar que a partir de 2015 la oferta energética doméstica ha sido menor que la demanda.
También en los últimos 10 años el gasto de inversión en educación se redujo en promedio 4.8% real cada año. En particular, el gasto en infraestructura educativa tuvo un recorte promedio anual de 16.3% real, ya que la inversión se ha dirigido principalmente a gasto de capital diferente de obra pública y se ha delegado mayor responsabilidad a estados y municipios para la construcción y mantenimiento de escuelas.
En lo que respecta a la vivienda, cuyos recursos financian el mantenimiento y mejoramiento a través de la provisión de electrificación, extensiones de cuartos y mejora de cocina, entre otros, concentra 24% del gasto público total de inversión en 2020, del que 98% se transfiere a las entidades y municipios.
Es el segundo sector con más recursos públicos de inversión y también costea obras de infraestructura relevantes al entorno inmediato de las viviendas; por ejemplo, drenaje, alcantarillado, agua potable, alumbrado público, calles y vialidades.
Sin embargo, advirtió el CIEP, estos recursos son insuficientes para contribuir a mejorar las condiciones de vivienda en los estados más vulnerables del país.
Aunque entre 2010 y 2020, Guerrero, Oaxaca y Chiapas concentraron 35% de los recursos para infraestructura en vivienda, son estos mismos estados los que presentaron más carencias entre 2010 y 2018.
En este contexto, el director general del CIEP, Héctor Villarreal, sostuvo que “la caída en el gasto en obra pública se debe a que el espacio fiscal se ha reducido año con año, al aumentar los pasivos y obligaciones financieras del Estado. La crisis actual sólo profundiza una tendencia previa”, remató.