En Estados Unidos, los migrantes chilenos, guatemaltecos, uruguayos, costarricenses y mexicanos se vuelven todos una sola familia latinoamericana, se dan la mano porque el lugar a donde llegan es hostil y está lejos de los suyos.
Este próximo 7 de septiembre la comunidad latina residente en el «norte» hará una marcha para frenar la aplicación del E Verify promovido por Janet Napolitano, secretaria de Seguridad Nacional en contra de los migrantes y por el contrario exigirle al presidente Barack Obama que traiga a colación la reforma migratoria.
En esta marcha van a participar alrededor de 120 organizaciones y entre esas estará representado Aguascalientes con Juan Pérez, integrante de la Asociación de Migrantes Organizados (AMOR) que junto con sus compañeros como un acto de solidaridad, recabaron firmas entre los familiares de migrantes o personas que en algún momento fueron hacia Estados Unidos para unirse a la petición de que se analice y autorice la reforma migratoria pendiente, lo más pronto posible.
De acuerdo a experiencias anteriores, como en el 2006, esperan que a la convocatoria respondan entre 100 mil y 500 mil personas de diferentes nacionalidades, unos pertenecen a alguna de las organizaciones de diferentes condados del estado de Illinois, otros más participan de manera individual.
Según José Landaverde, principal promotor de estas marchas de protesta y coordinador de la Misión de Nuestra Señora de Guadalupe, el E Verify que es la ley antimigrante promovida por Napolitano, entrará en vigor a principios de septiembre y lo que ellos quieren es precisamente detener que esto suceda, porque con esta nueva medida práticamente podrían deportar a todos los migrantes sin documentos.
A través del E Verify todas las empresas serán obligadas a tener una máquina donde el trabajador tiene que verificar su mica para saber si es legal o no; si no es ciudadano allí mismo irá migración.
Los principales objetivos de esta marcha es manifestar la inconformidad por el E Verify, por la presencia de los policías de migración en las calles de la ciudad de Chicago, así también exigir el respeto de los derechos humanos para los detenidos y sobre todo dejarle claro al presidente Obama que si no cumple con su promesa de campañ, ellos no apoyarán su reelección. «si no hay legalización, no hay relección porque esa reforma es indispensable para detener la división de las familias y las deportaciones».
Los migrantes esperan que esta manifestación pública tenga un efecto positivo y que cuando menos el presidente emita una orden ejecutiva para detener las deportaciones porque contrario a lo que los latinos se imaginaron con la llegada de Obama, la cacería de indocumentados se ha recrudecido, hay policías migratorios en las calles de las ciudades, los indocumentados son detenidos con mayor frecuencia, al no tener documentos se vuelve inmediatamente susceptible para ser regresado a su país de origen.
«La misión ahora está dedicada a sacar personas de la cárcel y monitorear los arrestos de los paisanos que se ha incrementado en el estado de Illinois. Antes no se veían policías de migración patrullar zonas de Chicago y hoy es común verlos en las calles, la situación se ha puesto más crítica».
Los últimos hechos por los que han sido detenidos los migrantes ilegales es principalmente manejar sin licencia o buscar trabajo, aunque también hay algunos casos de paisanos que conducen bebidos sin tener aseguranza y licencia; otro tipo de arrestos registrados es cuando las autoridades de seguridad tienen el registro de algún fugitivo que están buscando, los perseguidos se cambian de domicilio para no ser localizados por las autoridades, pero si migración localiza a otra familia les pide sus documentos y si no los tiene inmediatamente se vuelven susceptibles para ser deportados. De las detenciones que tienen conocimiento en la misión, el 50 por ciento termina en deportación.
Cuando un migrante es detenido no solamente padece la angustia por ser deportado sino que además en su estancia de encierro no recibe un trato justo, no le ponen a disposición traductores, no le permiten que vea a su abogado cuando él lo requiere y en algunos casos tampoco le dan acceso a la atención de salud, incluso hay quienes tienen enfermedades crónicas y han fallecido dentro de las cárceles.
Los más deportados son los hombres, pero hay ocasiones en que les pasa a ambos padres y dejan a los hijos «desamparados», en cualquier situación la misión apoya a las familias que se quedan allá con alimentos, ropa, vivienda y en ocasiones los ayudan también en los trámites necesarios para volver a reunirse, ya sea en sus países de origen o en alguna otra ciudad en Estados Unidos, si es que se arriesgan nuevamente a entrar como ilegales.
Claudio Gaete Tapia es chileno, llegó a Estados Unidos a los nueve años como exiliado porque su padre fue preso político y a él le tocó vivir todo el movimiento de la dictadura, la represión y la tristeza de dejar su país, él también trabaja para la misión como maestro de inglés y a la par imparte clases sobre la estructura de gobierno desde el municipal hasta el federal; es así como los migrantes aprenden cómo defenderse y exigir sus derechos cuando las autoridades van a buscarlos.
Al trabajar de cerca con los indocumentados se ha dado cuenta que el segundo lugar de indocumentados en Estados Unidos son los polacos, pero en realidad el racismo se da más con las personas latinas, «para ellos cualquier persona es latina, mexicana y no tiene documentos, aún siendo ciudadano.
Ahora ya han burocratizado más el proceso de deportación y las familias son divididas».
«Acá todos somos latinoamericanos, todos somos hondureños, todos salvadoreños, la comunidad no está con los brazos cruzados porque al curzar la frontera el sueño se convierte en un tipo de pesadilla y es muy triste porque los migrantes no son criminales, son sólo migrantes y su delito fue buscar un mejor nivel de vida».
En Estados Unidos se discrimina a los migrantes latinos e ignoran las razones por las que ellos dejan sus países y se van a un lugar diferente, con una lengua distinta y muchas dificultades, pero van a buscar trabajo porque en sus lugares de origen no hay. Claudio Gaete comentó que en el caso de los europeos no los detienen con tanta facilidad porque si es un gringo después le ponen una demanda.
De Chile extraña la cordillera, el desierto y el mar, él nació en un pueblo minero y cuando después de mucho tiempo volvió a su país de origen lo encontró distinto, la situación lo obligó como a los demás a forjar lazos con los demás migrantes y poco a poco ellos miran cómo se forja una solidaridad entre la américa morena, comparten sus alegrías, pero también sus tristezas, el hecho de volver a sus países, sus lugares de origen no son los mismos, ellos tampoco, pero ellos desde allá seguirán manifestándose porque es su derecho, son la fuerza laboral y cultural en un país donde el centro es el consumismo.
