- Una turba estuvo a punto de linchar a funcionarios federales en la ciudad de Ojinaga, al tiempo que el gobernador de Chihuahua lanzaba chistes en Twitter sobre el famoso BOA. ¿Quién azuzó a los agricultores?
EMEEQUIS
Mientras la ciudad de Ojinaga ardía, el gobernador Javier Corral cotorreaba en Twitter. Y es que nadie pude negar que la aparición del famoso BOA (Bloque Opositor Amplio) resultó muy atractiva para los “conspiradores” involucrados, quienes salieron en tropel a comentar ironías o, en algunos casos, desmentir su participación en un supuesto frente que pretende hacer tropezar al presidente Andrés Manuel López Obrador.
La mañanera presidencial apenas calentaba motores cuando Corral lanzó su primer gracejada: “En la Torre…. Ya nos descubrió @JesusRCuevas!!!! Por lo pronto el Pte. @lopezobrador_no podrá negar que vamos a tener un jingle muy sonoro y pegajoso. #EsLaBoa… EsLaBoa! Seguimos en Rojo! Si los distraen, por lo menos disfrútenla!!”.
Pero mientras Corral andaba de chistoso, un zafarrancho protagonizado por una turba de agricultores del municipio de Ojinaga estuvo a punto de linchar a funcionarios federales, encabezados por Juan Carlos Loera de la Rosa, delegado de Programas para el Desarrollo del gobierno federal en Chihuahua. El episodio incluye camionetas en llamas y secuestro exprés de integrantes de la comitiva.
Las llamadas para proveer información o para solicitar apoyo no llegaban al teléfono del gobernador, quien andaba con las manos en el Twitter, donde lanzó su segunda ocurrencia, ampliamente festejada por los presuntos miembros de la mafia opositora: “#ÚltimaHora: Comparto imagen de #LaBOA, cuyo origen y autenticidad de la misma, también es desconocida. #EsLaBoa… EsLaBoa”.
En tanto, en los pasillos del Palacio de Gobierno no la pasaban tan a todo dar. El secretario de Gobierno, Luis Fernando Mesta, tuvo que estar echándole un ojo al time line de su jefe y otro al conflicto que estuvo a punto de adquirir dimensiones más graves.
Allá en el estado grande cuentan que el delegado Loera de la Rosa iba directo a una trampa, cuando acudía a una supuesta mesa de diálogo con agricultores que se oponen la extracción de agua en la Presa Luis L. León, conocida como Presa “El Granero”, de la cual se surten para sus cultivos y actividades pesqueras, pero en realidad el ambiente en la zona había sido calentado por los personeros del gobernador Corral.
Sobrecalentamiento
El gobierno de México debía cumplir con un acuerdo internacional de aguas que tiene con los Estados Unidos, trámite que se efectúa cabalmente cada año, desde 1944. Pero resulta que, en esta ocasión, operadores del gobernador sobrecalentaron la región con múltiples versiones, las cuales incluían la maliciosa especie de que otros estados, como Nuevo León y Tamaulipas, se habían negado a ceder parte de sus aguas, y entonces, decían, “que se joda Chihuahua”.
El asunto tiene su complejidad. Conagua explicó desde semanas atrás que su propósito es cumplir con el Tratado de Límite de Aguas. La dependencia aseguró que el volumen de agua para los agricultores de Ojinga estaba garantizado para el presente ciclo agrícola, y para continuar con las actividades pesqueras de la zona.
No los convencieron. Los agricultores cerraron desde el fin de semana los accesos al puente internacional Ojinaga, que conecta con la ciudad de Presidio en Texas, para obligar al diálogo con Blanca Jiménez Cisneros, titular de la administradora hídrica federal; el delegado Loera y el senador Cruz Pérez Cuéllar.
Por cierto que el alcalde de Aldama, Miguel Rubio, lamentó la decisión de Conagua y anunció que se sumaría a la defensa del agua de los chihuahuenses.
Quince presidentes municipales han presentado controversias constitucionales ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) contra el gobierno federal por tomar decisiones unilaterales sobre recurso hídricos de Chihuahua.
Omar Bazán, diputado (local) del PRI, llamó al gobierno de Javier Corral Jurado a sumarse a la defensa de Chihuahua. Pero Conagua anunció que iniciaría la extracción de agua el 7 de junio, razón por la cual los agricultores cerraron de inmediato los accesos al puente internacional. Lo que detonó la ira de la región fue que la Guardia Nacional estaba protegiendo la presa.
Con un ambiente así, el ataque a la comitiva del Gobierno Federal era un asunto de tiempo, propiciada por la gente del gobernador panista.
“Papel institucional”
A la par que iba creciendo el conflicto, la gobernador interpretó su “papel institucional” y dijo que de plano acompañaba al gobierno federal en esta ocasión. Que Chihuahua no puede oponerse a tratado alguno porque, dijo, “la proporción que se entrega es más favorable para México que para el vecino país”.
Pero hay versiones de que fue el gobierno estatal el que solicitó la presencia del cuerpo castrense, y que fue el diputado panista Mario Mata Carrasco el que atizó la ira de los inconformes en las semanas previas.
Mata Carrasco ha sido uno de los diputados federales consentidos de Corral, y uno de sus operadores más incondicionales. De hecho, es de los pocos diputados federales a cuyos informes anuales acude el mandatario, y con frecuencia lo consulta en temas hídricos, pues Mata fue responsable de esa área en el ayuntamiento de Chihuahua, de 2016 a 2018. Ahora se ha visto al legislador muy activo en el tema de la presa en conflicto.
Detrás del activismo de Mata, se dice, está la promesa del gobernador Corral de hacerlo candidato al gobierno de la capital del estado o de darle una posición de relevancia en Palacio. Lo cierto es que Mata ya convenció a los más crédulos de que es un “ministro sin cartera”.
Incluso asistió a la reunión de este martes acompañando a la comitiva del delegado federal, Juan Carlos Loera, que llegó con René Almeida, secretario de Desarrollo Rural; Joel Gallegos, director de Gobierno, y el diputado local Jesús Villarreal, además de los alcaldes de Ojinaga, Coyame y Aldama.
Querían “calarlo”
Mata se comunicaba constantemente con sus personeros fuera del Palacio Municipal de Ojinaga, mientras se abortaba la “mesa de diálogo”. No hay indicios, sin embargo, de que estuviera en los planes “linchar” efectivamente al funcionario federal, sino sólo “calarlo”.
Pero la turba se desbordó, voltearon la primera camioneta y exigieron que cerraran el agua y después negociaban, o bien, nadie saldría de las instalaciones municipales. Cuando el delegado quiso salir, la muchedumbre lo arrastró y por poco pierde más que la camisa que le desgarraron. Regresó al interior del edificio del ayuntamiento en una angustiosa maniobra de sus cuidadores, que lo arrebataron a la muchedumbre. Y ahí se quedó, mientras las llamas danzaban siniestramente sobre las vidrieras del palacio municipal de Ojinaga.
Los manifestantes voltearon otra camioneta propiedad de la Secretaría del Bienestar. Luego una tercera, y le prendieron fuego. Uno de los vehículos vandalizados era en el que viajaba el delegado, otro en el que se transportaba Pedro Torres, responsable de comunicación social, y el otro de la delegada regional en Ojinaga, Elisa Franco.
Tras los hechos, Morena Chihuahua acusó efectivamente al diputado Mario Mata Carrasco (PAN), consentido del gobernador, de azuzar a los agricultores y a otros grupos contra el gobierno federal, a partir de una campaña de desinformación.
Por la tarde, exhortó al gobernador para que ofreciera garantías de seguridad a los servidores públicos atrapados en el Palacio Municipal de Ojinaga. Pero fue hasta las tres de la mañana cuando Corral dijo: “Ahora sí, mándenles lo que piden”. Ya no estaba ni el velador. Un puñado de manifestantes resguardaba la puerta de la alcaldía.
Entonces llegaron unas 60 unidades de la policía estatal. Loera y el resto de funcionarios fueron trasladados así a la capital del estado. A deshoras. También “liberaron” el puente internacional.
El punto es, según nos dicen, que nadie salió ganando nada. Aunque ese día, el góber Corral se la pasó bomba en el Twitter.
@emeequis