Y si mejor nos preguntamos ¿cuándo hemos estado unidos?; es algo así como el término de “resocialización”: no podemos resocializar a alguien que nunca ha tenido las condiciones para socializar o estar integrado en la sociedad. Entonces ¿se puede dividir algo que no está unido?
El problema no es ignorar la historia para repetir la tragedia; el problema es ignorar la historia de uno mismo y estar convencido de que no lo ignoramos. El problema es ignorar que la sociedad ha sido mantenida dividida desde su origen; primero en clanes, luego en pueblos, posteriormente en naciones y religiones, y finalmente en apatía e indiferencia. El problema es ignorar que la manera de debilitar y someter a una sociedad es dividirla, crear divisiones políticas, culturales, raciales o religiosas, con tal de que nos mantengamos ocupados en enfrentamientos mezquinos, distraídos en atacarnos, en destruir los lazos y las amistades (que mejor momento para la “Susana” y sus distancias), y evitar que se unan contra el verdadero enemigo común: los que nos dividen; quienes, posteriormente lucharán contra los opositores, para generar la percepción de ser necesario para mantener el orden y garantizar la forma de pensar de una supuesta mayoría.
Primero fueron los salvajes, siguieron los súbditos, después los desviados, más tarde los revolucionarios, luego los comunistas y judíos, siguió el régimen innombrable, continuaron los conservadores, regresamos a los delincuentes, después los terroristas, más tarde los “chairos”, luego los “fifís”, y ahora todo lo que sea contrario es enemigo del Estado. “Si no estás conmigo, estás contra mí”, un discurso que no es de México, sino constante en todos los países de nuestro globo (recordar la Ley Patriótica después del 11 de septiembre).
El ser humano es sumamente programable. Cualquier primera información que recibe, regularmente la cree, la toma como veraz y la hace suya. Para el ser humano es muy fácil prejuzgar y difícil salir de ese prejuicio. Para el ser humano es más fácil obtener conocimiento de su filtro prejuicioso de percepción, que el conocimiento real. Y es gracias a eso como se le divide para vencerlo, para someterlo. Y en las últimas semanas, meses, años, siglos, esto ha ocurrido: divide y vencerás. Se divide desde que se prepara el camino; se hace ver a unas personas como cerradas, conservadoras y manipuladoras; a otras como ignorantes o huecas; a unas más como las populares y salvadoras; y a otras como títeres de proyectos de terceros. Para esto se utilizan todos los medios necesarios para dividir; se crean movimientos de reacción contra determinadas ideologías y se hace creer que surgieron libremente de la sociedad, o se infiltran en aquellos que son manifestaciones legítimas de las personas; se utilizan las redes sociales, masivas o espacios públicos para enfrentar, agredir, difamar, descalificar, destruir familias, personas, amistades sin sustento o evidencias.
Se crean discursos para tratar de defender como libertad de pensamiento o expresión la intolerancia, el discurso de odio y la discriminación, y generar una consciencia colectiva de que todos tenemos la razón, y que a la vez nadie la tiene. El doble lenguaje genera doble pensar; el doble pensar genera confusión, y la confusión puede ser encaminada a lo que alguien quiere. Bien lo sabía Joseph Goebbels, ministro para la Ilustración Pública y Propaganda en el régimen nazi. Se es corrupto y se alega que el otro es corrupto. Se enfrenta a los jóvenes, por ser los más fáciles de persuadir, y hacerles creer que lo saben todo, y que lo que no coincide con su pensamiento es inadecuado o falso. Se difunden notas cortas, contradictorias, que hablan de fraudes, compra, maquinaciones, duda, y más duda para que la ignorancia siga en pie. Se generan más enfrentamientos y se emplean algunos medios para impactar en tiempo real; se usa a tecnología para crear falsedades, pues a final de cuentas nadie verifica la fuente y todo se cree. Se crea más incertidumbre y se provoca compras de pánico para fortalecer la construcción de la realidad, y hasta los medios de naciones extranjeras ayudan a incrementar la división.
Se emplea la necesidad, los sentimientos, el miedo, la ignorancia, para dividir y mantener la división, pues sin estas distracciones podrían unirse y sería complicada la manipulación. Entre más distraídos, mejor divididos y controlables; ni cuenta nos damos de cómo el poder se sigue traspasando entre unos pocos desde que se originó ésta historia. Y lo mejor; se hace creer que fue nuestra decisión, que nosotros elegimos ser, pensar, cuestionar y estar así… Democracia: de demos (pueblo) kratos (gobierno) ia (cualidad): gobierno del pueblo. Gobernar: de gubernare (en sus orígenes pastorear a las reses; luego se dijo que venía de guiar o dirigir navíos). Pueblo: de pubes, populus (conjunto de jóvenes capaces de manejar las armas, pero no de gobernar). En conclusión: la democracia es pastorear a los que pueden ser peones, pero no tienen aptitud de dirigir; y seguimos viviendo en Mouse Land.
En la película “Bichos: una aventura en miniatura” (Estados Unidos, 1998), existe una escena en la cual las langostas están dentro de un sombrero que hace las veces de un bar, y el personaje Molt (el mudo, un súbdito) le pregunta al líder Hopper (tolva, ley del embudo), por qué es necesario regresar a la isla de las hormigas, si ni siquiera les gusta comer el grano que les roban. Hopper reacciona molesto y en su respuesta dice que una hormiga se atrevió a retarlo, y si bien es poca cosa, si una se rebela, todas las demás lo harán pronto: “las hormigas nos superan en número de cien a uno, y si llegan a averiguarlo, ¡adiós a nuestro estilo de vida!; esto no es por la comida, es para mantenerlas alineadas, ¡es por eso que volveré!”.
Aclaro que para toda esta reflexión, mi única fuente fue la intuición. Pero lo más preocupante es que este texto lo escribí en el año 2012, casi nada tuve que modificar para presentarlo en el 2020. Así que prefiero equivocarme, a ser profeta…
