Otro zarpazo a la Ruta de la Amistad - LJA Aguascalientes
23/11/2024

Judith Amador

 

CIUDAD DE MÉXICO (proceso).- La construcción de un puente para el tránsito vehicular en Periférico Sur y Canal Nacional, en Cuemanco, provocó el rechazo no sólo de ambientalistas que advierten sobre los impactos en áreas naturales protegidas de Xochimilco, sino de los propios habitantes y organizaciones civiles, quienes interpusieron un amparo para detener las obras.

Desde su inicio, los trabajos pasaron por alto que en el entorno, sobre avenida Periférico, se encuentra la monumental escultura Puertas al viento, que la mexicana Helen Escobedo (1934-2010) realizó para la Ruta de la Amistad, convocada por el artista plástico Mathias Goeritz como parte del Programa Cultural de las Olimpiadas de México 68.

Mediante un amparo, vecinos de las delegaciones Coyoacán, Iztapalapa, Tlalpan y Xochimilco lograron la suspensión de las labores el 24 de mayo, pero el martes 2 de junio esa suspensión fue revocada por el juez Quinto de Distrito en Materia Administrativa del Primer Circuito, Juan Carlos Guzmán Rojas. Y se dio al gobierno de la ciudad un plazo de cinco días para establecer mecanismos que eviten algún daño ambiental.

Así, el mismo martes se reiniciaron los trabajos –a cargo de la compañía Impulsora de Desarrollo Integral, SA de CV (IDINSA)– para la nueva vialidad, de 23 mil 242 metros cuadrados de superficie de rodamiento y un costo de 680 millones de pesos, dada a conocer en septiembre de 2019 por la jefa de Gobierno Claudia Sheinbaum junto con otros dos proyectos viales.

Patrimonio tangible

Apenas en octubre de 2018, la Ruta de la Amistad –que Goeritz planeó con el espíritu festivo y fraternal de las Olimpiadas Culturales ideadas por el arquitecto Pedro Ramírez Vázquez– fue declarada Patrimonio Tangible de la Ciudad de México, como legado urbano y artístico para el mundo. El entonces secretario de Cultura, Eduardo Vázquez Martín, subrayó que el decreto de declaratoria es un instrumento jurídico para su protección.

Pero este símbolo del arte contemporáneo parece condenado desde su nacimiento por una falsa idea del progreso y la modernidad que ha privilegiado el uso del automóvil, permitiendo a la vez que su sede original, en el tramo de San Jerónimo a Canal Nacional de Periférico Sur, fuera invadida por torres, anuncios espectaculares, y enormes puentes y segundos pisos.


Ello obligó a que el Patronato Ruta de la Amistad, AC, creado en 1994 para hacerse cargo de la conservación de las 22 esculturas de igual número de artistas representantes de 18 países que conformaron el conjunto, propusiera su traslado a dos tréboles: El primero, en la esquina de Periférico e Insurgentes; y el segundo, en Insurgentes y Viaducto Tlalpan.

Puertas al viento de Helen Escobedo, y Señales de Ángela Gurría, que cierran la Ruta de la Amistad, son las dos únicas obras de mujeres.

Proceso buscó al ingeniero Juan Carlos Fuentes Orrala, director general de Construcción de Obras Públicas de la Secretaría de Obras y Servicios (Sobse) del gobierno capitalino, para saber qué sucederá con la primera de ambas estructuras, pues la vía de Cuemanco se está realizando sin protegerla y destruyendo por completo el espacio que la rodeaba.

Restaurada a principios de 2018 por el Grupo Peña Verde, se buscó dar a la figura escultórica un entorno amable y natural con la siembra de plantas de maíz en el terreno donde se encuentra, pero todo fue arrasado para instalar ahí un paradero de microbuses.

El Patronato Ruta de la Amistad no ha cejado en sus intentos para hacer frente a la nueva obra pública y enfrentar las afectaciones que desde hace años recaen sobre el monumento. Su presidente Luis Javier de la Torre cuenta que cuando los microbuses llegaron se acercó a Andrés Lajous Loaeza, secretario de Movilidad de la Ciudad de México (Semovi), quien “jamás nos hizo caso, no le importó la pieza”. Le respondió que no podía actuar porque no sabía de quién eran los terrenos. Incluso, añade, hubo disposición de los microbuseros para trasladarse a otros espacios que ellos mismos adecuarían, pero el funcionario no aceptó.

Decidieron acudir entonces con el secretario de Cultura de la ciudad, Alfonso Suárez del Real, quien junto con autoridades del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) propuso continuar con el proyecto del traslado de la obra planeado desde 2012, cuando se construyó el segundo piso del Periférico. Un recorte presupuestal obligó a suspender ese plan y dejó varadas tanto la pieza de Escobedo como la del francés Olivier Seguin, Anónimo.

Suárez del Real reiteró ahora al reportero Armando Ponce de Proceso que se tiene previsto colocar la obra en el conjunto de tréboles de la avenida Insurgentes. Y añadió que el cuidado de la Ruta está a cargo totalmente del Patronato “que ha hecho un trabajo extraordinario”, aunque el gobierno capitalino la haya declarado Patrimonio Tangible y con ello adquiriera un compromiso para su preservación, como dijo en su momento su antecesor Vázquez Martín.

Cuando se comenzó a hablar de la construcción del paso vehicular de Cuemanco, De la Torre pensó en la posibilidad de concluir el traslado. Para ello se acercó al titular de Obras y Servicios, Jesús Antonio Esteva Medina, quien –según él– se mostró totalmente abierto y receptivo. Incluso dio “su palabra” de que el tema se resolvería.

La insistencia del Patronato, sin embargo, se condicionó a que el monumento se moviera antes del inicio del puente, no sólo para que ambos trabajos se hicieran con tranquilidad, sino para evitar el riesgo de algún daño. Pero las obras comenzaron, y con ellas las protestas de los habitantes de las delegaciones mencionadas y de especialistas, como el doctor Luis Zambrano, del Instituto de Biología de la UNAM.

El investigador recordó (en entrevista con el diario Reforma) que Xochimilco, junto con el Centro Histórico de la Ciudad de México, fue declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO desde 1987, y que obras como el puente ponen en juego esa designación.

Además, cuestionó el estudio Manifestación de Impacto Ambiental (MIA), al cual consideró “una justificación forzada” para realizar la obra, cuando debería ser una herramienta de protección ecológica:

“Es una MIA muy pobre, con muchos errores técnicos. Es evidente que fue hecha con prisas.”

FIN…


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