Ciudad Juárez, Chih. (Proceso).- Entre presiones de cámaras empresariales, manifestaciones y pérdida de empleos, Chihuahua camina rumbo a la reanudación de actividades de las industrias automotriz, aeroespacial, minera y de la construcción, consideradas esenciales en los lineamientos federales para el retorno a la llamada “nueva normalidad”, publicados el jueves 14.
Aunque el discurso del gobernador de Chihuahua, Javier Corral Jurado, sigue dándole prioridad a la salud de los trabajadores, no ha hablado de las empresas que continúan sus operaciones sin atender las indicaciones federales, y la Secretaría de Salud estatal ha invisibilizado la cifra de contagios de covid-19 entre los 300 mil empleados de maquiladoras en Ciudad Juárez.
La última actualización de ese dato es del pasado 29 de abril, cuando el director médico de la Zona Norte, Arturo Valenzuela Zorrilla, confirmó la muerte por coronavirus de 17 operadores de esa industria, aunque otros empleados aseguran que la cifra real es mucho más alta.
Durante este mes Corral Jurado ha sostenido reuniones con representantes de las cámaras de los sectores productivos de Chihuahua, las cuales advierten de serias afectaciones económicas en caso de que las actividades industriales y comerciales sigan paralizadas.
El miércoles 20, el presidente de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra) en Juárez, Jesús Manuel Salayandía Lara, pidió no “satanizar” a las maquiladoras y advirtió que las autoridades “atrasaron la reapertura hasta el 1 de junio y de nuevo la van a atrasar porque tienen miedo; y entre más la alarguen se va a complicar más el problema económico”.
También negó que haya brotes de covid-19 en las plantas productivas y trató de justificar la proporción de contagios confirmados en la industria de la transformación: “En un pueblo de pescadores, cuya principal actividad económica es la pesca, los principales contagiados van a ser pescadores. Si te vas a un pueblo que es minero, los mineros van a ser los contagiados. Aquí, la industria de transformación es la principal”.
El mismo día, el coordinador ejecutivo del gabinete estatal, Jesús Mesta Fitzmaurice, informó que la contingencia sanitaria ya ocasionó la pérdida de 18 mil 19 empleos en Chihuahua entre marzo y abril, de los cuales 5 mil 564 corresponden a Ciudad Juárez.
El funcionario detalló que la mayor parte corresponde a la industria de la transformación, con 5 mil 500 empleos perdidos, seguida por la prestación de servicios (3 mil 985) y la construcción (2 mil 803).
El llamado del presidente de la Canacintra local se suma a los de la Industria Nacional de Autopartes, la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz y la Asociación Nacional de Productores de Autobuses, que buscan reanudar las actividades en los estados de Chihuahua y Puebla.
Mediante sendas cartas dirigidas a los gobernadores de esos estados, los representantes de las asociaciones advirtieron que de no reiniciar la operación de las plantas aumentarán el desempleo, la pérdida de confianza y la falta de competitividad.
Las presiones para reabrir la industria automotriz se intensificaron con la dilación en la reapertura de las plantas en México, la cual se esperaba para el lunes 18, a la par de la reapertura gradual de las grandes empresas estadunidenses, como General Motors, Ford y Fiat Chrysler.
En cambio, el acuerdo para el regreso gradual de las actividades sociales, educativas y económicas en todo el país interrumpió los preparativos para la reapertura industrial con el anuncio de un sistema de semaforización que, aun después del 1 de julio, no permitiría la reactivación total de las industrias.
Tras la publicación del acuerdo federal, el gobierno de Chihuahua anunció las medidas aprobadas por el Consejo Estatal de Salud para adaptar la metodología de semaforización a las características de la pandemia en la entidad.
La medida considerará indicadores como la ocupación hospitalaria, la tendencia de contagios, la medición de los casos activos y el porcentaje de contagios positivos.
Tras la fase preparatoria, en la etapa 1 (que comienza el 1 de junio), los trabajadores vulnerables, como personas mayores y con enfermedades crónicas, continuarán en aislamiento y las maquiladoras con más de 500 empleados por turno deberán contar con un transporte especial que permita la sana distancia.
En todos los lugares de trabajo se aplicarán pruebas serológicas (o rápidas) al personal, se restringirá el uso de áreas comunes y los turnos de trabajo deberán modificarse para que no exista demasiada interacción social. La mayoría de las empresas del ramo ya adaptó su infraestructura para cumplir esas medidas.
En la etapa 2 se permitirá la apertura de nuevos sectores económicos si la Secretaría de Salud lo considera viable, y al llegar a la etapa 3 todas las empresas podrán operar. Será la Secretaría de Salud local la que se encargará de determinar la fase en la que se encuentra el estado.
En estos días Chihuahua registra sus cifras más altas de contagios. Sólo entre el martes y el miércoles de la semana pasada se reportaron 100 casos nuevos.
El municipio de Juárez, con la mayor parte de las plantas de industria automotriz en el estado, es la región más afectada por el covid-19, con mil 14 de los mil 665 casos confirmados. Asimismo, es la ciudad con más muertos por esa enfermedad, con 237 de los 292 fallecimientos en la entidad.
El gobierno de Chihuahua atribuye el incremento a que la entidad alcanzó la “meseta” en la curva estadística de contagios (una estabilización en la parte alta) y a que la capital del estado estaría entrando a su etapa más crítica, es decir, al pico estadístico.
Miguel Silerio