Hipócrita es quien mete la basura bajo la alfombra para aparentar que hace lo correcto: barrer y dejar bien limpio un espacio. Pues bien, de manera hipócrita, soterrada y cobarde hay quienes aprovechan la atención que las y los hidrocálidos tenemos concentrada en la pandemia, para actuar con vileza conforme a sus propios intereses.
Centro de mujeres, violentadores hombres. En Aguascalientes existe, desde la pasada administración estatal, un Centro de Justicia para Mujeres que inició muy bien, pero a poco está mal, realmente muy mal. El problema se origina en que el nombramiento de la dirección de lo que debería ser un oasis para las mujeres, recae en el fiscal estatal, cuando debiera ser nombrado por el poder legislativo para encontrar el mejor perfil y evitar compromisos con la fiscalía.
Tras un largo periodo sin titular en el Centro de (In)justicia para Mujeres, con lo que el fiscal de Aguascalientes Jesús Figueroa Ortega demostró el desdén que tiene por el organismo; fue nombrada la educadora y no abogada Blanca Esthela Montoya, cuya primer acción fue tomar un curso de feminismo básico en que fue condiscípula de la joven empresaria Irene Coronado, testigo de sus irónicos comentarios sobre las justas luchas y causas en favor de la justicia para las mujeres.
Blanca Esthela Montoya tuvo el desatino de cuestionar en redes sociales en marzo de este 2020, en plena efervescencia social por el feminicidio de una niña de 9 años y el de una joven de 26 que fue desollada; a las activistas que descalificó pues “no son los modos de actuar” desacreditó ante el dolor que mostraba entonces la sociedad.
Hoy, Blanca Esthela, azote de las mujeres que buscan justicia en Aguascalientes, se cobija en la pandemia que nos llena de angustia y, sabedora que los medios de comunicación están ese tema; despide sin piedad a una decena de comprometidas colaboradoras del centro, a través de un par de varones que dicen ser “el jurídico” del propio organismo y que se encargan de amenazar e intimidar a las despedidas para buscar lo que todo violentador: el silencio ante la agresión.
COVIDjada por la pandemia, la educadora metida a justiciera comienza a hacer lo que no sabe: administrar justicia para las mujeres. Esta pluma realiza a la comunidad feminista un llamado urgente pues, el que es buen juez por casa empieza y no podemos las feministas comprometidas de Awitas ser testimoniales ante los actos de la educadora-procuradora. Ya de por sí no debimos permitir que una inexperta tomara tan importante responsabilidad en sus manos, luego le dejamos pasar sus públicas burlas ante los feminicidios y que acudiera a tomar un curso básico de lo que debería conocer a profundidad. El Centro de Justicia para las Mujeres fue un logro de nuestra lucha por una vida libre de violencia y Blanca E. Montoya está barriendo ahí la basura para meterla bajo la alfombra. Cobijada en la terrible pandemia, la profesora Montoya está ensuciando nuestra casa.
Novena semana de COVID-19. Comienza la semana en Awitas con números que son una vergüenza, estamos arribando a los mil contagiados (937) y seis muertes más a la semana anterior para sumar veintinueve. Una treinta de familias hidrocálidas se llenaron de dolor por la pérdida de aquella(o)s a quienes amaron y esta cocina tiene un moño negro en la entrada por su luto que también es nuestro.
Otro COVIDjado. En las últimas de esta cocina, señalé a algunas y algunos que aprovechando la necesidad de una economía estatal constreñida por el coronavirus; se lanzaron a las calles de Aguascalientes para hacer campaña política favorable a su imagen, a través de la entrega de artículos sanitarios, alimentos, tinacos y dinero en “efe”. Esta pluma destacó entonces que Arturo Ávila, excandidato por Morena a la capital del estado, lo hacía con algo de recato al no presentarse personalmente a repartir dádivas electorales.
Pues ahora resulta que el “recatado” Ávila, es uno más de los COVIDjados que, confiado en que nadie lo sorprenderá en el chantaje que pretende hacer de la opinión másiva; sube a su muro conmovedoras y falsas historias para entrar a la liga de la justicia COVID-19, aquí una muestra de ello.
Una lideresa de colonia priista, aprovecha que es conocida bajo esas siglas y ofrece una despensita a su vecina, para no hacerle el desaire la confiada vecina de nombre María de Jesús Sánchez le recibe el paquete, pero le es tomada una fotografía a la entrega ¿el motivo de la foto? ¡Es para comprobar la entrega! Se le informa.
Días después, el hijo de la señora María de Jesús Sánchez, encuentra en el muro de Arturo Ávila, la fotografía de su señora madre recibiendo la despensa con el siguiente y enternecedor texto (procure no llorar mi lectora-lector): Una de las preocupaciones más grandes que se pueden tener es que en casa se tenga lo necesario, para María de Jesús Sánchez esta situación a veces es una posibilidad (sic) porque desafortunadamente a su esposo lo despidieron del trabajo (¡snif!). Pero la adversidad no los ha derrotado (¡Yea!), al contrario, cuenta que en esta pandemia pudieron verse más como un equipo, un par de aliados (¿Quiénes serán el par de compinches, perdón de aliados?) que están salvando el barco (¡Eureka, barco salvado!).
Infortunadamente, nunca falta el que le hace agua al barco salvado y el hijo de la bien intencionada receptora de la despensa avileña, le hace llegar al salvador Ávila lo siguiente: Oiga, le aviso que mi señor padre no está desempleado, como Usted lo publicó en su página de Facebook, sino que es jubilado. También le informo que Ud. está incurriendo en violaciones a la Ley Federal de Protección de Datos Personales en Posesión de Particulares al no cumplir con los principios de dicho ordenamiento, pues mi señora madre no autorizó el uso de su imagen y su nombre, ni sabía que la despensa venía de su parte, pues se la entregó la jefa de seccional del PRI. Supongo que sabe que el uso de redes sociales implica una responsabilidad, que el manejo de la información también.
¿Qué es lo que pide el hijo de la señora María de Jesús, sorprendida por su chapulina vecina? Una disculpa pública por el uso indebido de su imagen y su nombre, así como la aclaración que ni está en estado de necesidad, ni su padre es un desempleado. Yo agregaría en lo personal que Arturo Ávila también nos dejara claro quiénes son los dos en la alianza que menciona, qué barco es el que está salvando valerosamente y por qué las líderes de colonia priistas están en la entrega de sus despensas, pero supongo que ya es pedir demasiado y sólo me sumo a la justa solicitud de disculpa pública que ya le fue solicitada al propio Ávila.
Como estas dos anteriores, muchas injusticias se cometen a la sombra de la pandemia. Las y los cobardes embozados en cubrebocas actúan a hurtadillas cuando todas y todos nos encontramos concentrados en el combate a la temible enfermedad. Desde esta cocina daremos cuenta de aquello que logre conocerse, pues, la villanía actúa de noche y no suele dejar huella.
¡Nos vemos en la próxima!