El director y crítico de cine francés Francois Truffaut era prolífico creador de frases ingeniosas, atacando a su amigo-enemigo Jean Luc Godard, dijo “El Cine es mejor que la vida” porque en las películas, todo se resuelve. Está muy claro entonces que el cine es evasión. Desde la primera proyección hasta la actualidad las personas van al cine, o ven los filmes en la tele para alejarse de la realidad que le resulta difícil de aceptar. El 25 de Mayo de 1977 se estrenó Star Wars, con un éxito inimaginable. El director George Lucas, nunca esperó que su película de fantasía extraterrestre fuera a tener tal impacto mundial. Sobre todo cuando apena 8 años antes la cinta 2001: Odisea del Espacio había resultado tan afortunada que muchos cinéfilos (me incluyo) pensamos que el cine de temas espaciales cambiaría para siempre. Pensamos que ahora sería así, con argumentos científicos posibles, con tecnología creíble y sin monstruos ridículos. Entonces aparecen Lucas Skywalker (en España le dicen Trotacielos) y Han Solo acompañados de muñecos de peluche, marionetas de vinilo y alebrijes de todos tamaños y son un éxito mundial. En ese año en Sudamérica gobernaban tiránicamente el Presidente Videla en Argentina, Pinochet en Chile y Stroessner en Paraguay, asesinando a miles de civiles opositores. ETA mataba militares y transeúntes con sus atentados terroristas por toda España. Los golpes militares estaban a la orden del día, asesinando a sus presidentes e instalando tiranías militares en Congo, Somalia, Etiopía y varios más. En México iniciaba su gobierno el Presidente López Portillo en medio de una crisis financiera que no tenía antecedentes. Y ante este panorama mundial, la gente se olvidó de los problemas y atiborró las salas de cine para olvidarse de los conflictos cotidianos y evadirse en la fantasía de naves espaciales imposibles y héroes inconcebibles. Era mejor ir al cine que andarse preocupando por los conflictos mundiales. Tota, el cine es mejor que la vida. Bien, pues 43 años después la situación no ha cambiado. Una impredecible pandemia que ha arrasado en Asia y Europa llega a América y en México, gobernantes y gobernados no se deciden a tomar el asunto en serio, las medidas de prevención se tardan y la virosis entra de lleno, ocasionando miles de muertos y contagiados. Parecería que esto nos provocaría una actitud de reserva que nos llevaría encerrarnos en casa y ausentarnos de lugares públicos. Nada de eso. Por principio de cuentas el país se revela como un irresponsable en las medidas higiénicas. La gente no deja de acudir a lugares públicos y realiza eventos innecesarios como fiestas y reuniones de amigos. La pandemia crece. La Presidencia autoriza que se abran las puertas de bares y cantinas, que los expendios vendan cerveza y se forman largas filas para compras las bebidas y consumir en los antros. La gravedad de la enfermedad no importa, ni preocupa, ni interesa, nuestro pueblo busca la diversión y persistir en sus viejas costumbres. La evasión sigue siendo el recurso. Ante la amenaza, es mejor la evasión que la confrontación. En cuanto se abran los cines, tendremos llenos a reventar. Porque al cine es mejor que la vida, los bares y cantinas son mejor que la realidad.