En estos días de encierro por la pandemia que padecemos cada quien ha buscado diferentes formas de encarar la situación. Al margen de trabajar desde la casa, el simple hecho de no poder, -o no deber dicho más correctamente-, salir, frecuentar lugares como museos, galerías, teatros, salas de cine, cafés, visitar amigos, en fin, tuvimos la necesidad de acompañar el confinamiento con algo que realmente nos llene.
Te voy a confesar algo, en realidad yo no noté mucha diferencia en mi ritmo de vida como lo acostumbro, a lo que por necesidad nos vimos obligados a hacer; en realidad no salgo mucho salvo a los conciertos, ya sea de la Sinfónica, de Polifonía universitaria o cualquier otro tipo de evento de este mismo perfil, por supuesto lamento mucho que los teatros y salas de concierto estén cerrados, pero bueno, son cosas necesarias y hay que acatar las disposiciones de nuestras autoridades.
La ópera El barbero de Sevilla de Gioachino Rossini se canceló y no sé si se tenga la oportunidad de posponerla, entiendo que ajustar y empatar las agendas de los cantantes solistas, coros, orquesta, director, en fin, representa un verdadero problema y no sé qué sucederá pero fue una verdadera desgracia no haber podido disfrutar de este evento que marcaba el regreso de la ópera, llamada con toda justicia y merecimiento el arte total, a Aguascalientes, claro, esto no quiere decir que no pueda regresar en otras fechas con este mismo u otro título del inagotable repertorio operístico, pero por lo pronto nos quedamos con las ganas de disfrutar de esta representación que es una de las más interpretadas de Rossini.
Por otro lado esta situación lamentable de la pandemia vino a arruinar, si no completamente, si al menos en grandes dimensiones, el año Beethoven. Fue necesario cancelar casi por completo el ciclo de conciertos con música de cámara, que hablando de Beethoven no es cualquier cosa, en el Sótano Stallworth, de hecho solo se realizó uno con un cuarteto de cuerdas formado por integrantes de la Orquesta Sinfónica de Aguascalientes, pero los tres restantes programados tuvieron que cancelarse aunque tuvimos la oportunidad de verlos por redes sociales, por cierto que el ICA trabajó con gran acierto al utilizar las diferentes plataformas digitales y redes sociales para la difusión del arte y la cultura, lo cual, por supuesto celebramos y felicidades al Instituto cultural de Aguascalientes por el programa de ICA Alternativo.
Pero en este confinamiento al que se nos invitó a todo el pueblo, todo el mundo, de hecho, tuvimos la oportunidad de valorar, sobre todo para quienes dudaban, o siguen dudando, de la importancia del arte y la cultura, lo que realmente representa esta actividad en nuestras vidas, en lo personal, no podría haber librado estos días de encierro si no fuera por la música, por los libros, el buen cine, no tengo idea qué habríamos hecho sin este recurso de incuestionable valor.
Sabemos que ante cualquier situación de crisis y ante cualquier eventualidad lo primero que se hace desde las esferas del poder, y esto lo hemos visto en la actual administración federal, se reduce el presupuesto a la cultura, se cancelan programas y proyectos, concursos y convocatorias que favorecen y enriquecen la oferta cultural y el quehacer de artistas y creadores en diferentes disciplinas, y evidentemente, proveer de arte y cultura es un beneficio para la sociedad, me parece algo incuestionable. En este caso ante la difícil situación que estamos pasando, ¿qué habría sido de nosotros sin esta invaluable alternativa que nos propone la cultura?
Mira, te voy a decir una cosa, yo considero que el arte y la cultura deben ser igualmente importantes en los programas de gobierno como lo son la seguridad pública, la salud y la educación, de hecho la formación artística es o debería ser parte integral de la formación académica de una persona y no como un accesorio aparte que se ve como opcional. Sí, ya sé que más de una persona se estará rasgando las vestiduras con mis comentarios, y pagará recompensa por mi cabeza, no lo dudo, ya me ha pasado antes pero no me importa, asumo ese riesgo, de cualquier manera yo seguiré pensando así, y si tengo la oportunidad, expresándolo, por fortuna, sé que muchos lo comparten.
Lo he comentado antes en este y otros espacios, pero no está por demás reafirmarlo, estoy convencido de que el contacto cercano y frecuente con las artes nos hace mejores seres humanos, el simple hecho de que el arte, en sus diferentes disciplinas tenga la capacidad de sensibilizarnos al extremo nos hace, por consecuencia mejores personas, no podemos ser indiferentes a la sensibilidad que nos produce una obra de arte, lo que sea: una sinfonía, un cuadro, una obra literaria, un ballet, una escultura, en fin, esto saca lo mejor de nosotros como seres humanos y difícilmente creo yo, siempre hay excepciones, claro, pero difícilmente podríamos actuar con verdaderos vándalos cuando hemos sido tocados por la magia y el encanto del arte. Por ejemplo, al manejar un auto, no podemos ser tan irresponsables de pasarnos un alto o aventarle el carro a un peatón si lo que vamos escuchando en el estéreo es una sinfonía de Bruckner, un cuarteto de cuerdas de Beethoven, una obertura de Rossini o un concierto de Brahms, imposible.
Pues que estos días de encierro, que posiblemente favorecieron la reflexión, así lo espero, nos haga entender en su justa medida, la importancia que representa el arte en la vida del ser humano, es parte de nuestra naturaleza, no hay que olvidarlo.