Covid en México: 10 días desde la primera tos hasta la muerte - LJA Aguascalientes
15/11/2024

  • Resistimos más que los italianos, pero menos que los chinos. Un análisis estadístico muestra que la letalidad del coronavirus es mayor en Nayarit (5 días) que en Zacatecas (15 días), mientras que hay casos que fallecen el día de los primeros síntomas. Un yucateco sobrevivió 46 días.

 

EMEEQUIS/ Saúl Hernández

 

Caso 1. A las 22:46 horas del 18 de marzo de 2020, la Secretaría de Salud daba la noticia de la primera víctima mortal del COVID-19 en México. En su cuenta de Twitter, la dependencia que encabeza Jorge Alcocer Varela indicó que el paciente, que padecía diabetes, había iniciado con síntomas nueve días antes de su muerte.

Caso 2. El neurocirujano Francisco Brito Barrera atendía a enfermos de coronavirus en el Hospital General Regional número 17 del IMSS, en Cancún. El médico de 58 años comenzó a presentar malestar y fue internado el miércoles 22 de abril. Con el paso de los días su estado de salud se deterioró y finalmente falleció cinco días después, el 27 de abril.

Caso 3. María Martha, de 61 años, comenzó a tener fiebre y tos el 17 de marzo, luego de aterrizar en la Ciudad de México procedente de Europa. La enfermedad empeoró rápidamente y murió seis días más tarde.

Las tres historias tienen algo en común: el lapso que transcurrió entre los primeros síntomas y la muerte de los pacientes fue menor a 10 días.

 

Los síntomas acelerados


Un análisis de la base de datos sobre los casos de COVID-19 en México, actualizada al 27 de abril, revela que los pacientes graves que mueren de esta enfermedad lo hacen aproximadamente 10 días después de presentar los primeros síntomas. Pero esto es un promedio: hay quien fallece mucho antes y quien lo hace después.

En la base existen nueve casos de pacientes graves que murieron el mismo día que iniciaron las molestias, a la par que registra a una persona que logró sobrevivir 46 días.

Los primeros casos corresponden a una mujer y ocho hombres con edades que van de los 46 a los 71 años. Los tres más jóvenes —de 46, 49 y 55 años respectivamente— eran hipertensos y además padecían obesidad o diabetes. Cuatro vivían en Ciudad de México, dos en el Estado de México, uno en Baja California, otro en Puebla y uno más en Nuevo León.

El caso contrario corresponde a un hombre de 63 años, residente del municipio de Valladolid, Yucatán. El paciente sintió las primeras molestias el 8 de marzo y falleció hasta el 23 de abril, tras haber sido intubado en un hospital de la Secretaría de Salud. La víctima no padecía comorbilidades previas.

 “Muy desafortunadamente esta enfermedad puede causar una enfermedad grave que cause la muerte”, explicó el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, durante su informe diario del pasado 3 de mayo.

En su conferencia de esa tarde, el funcionario detalló cómo es que el coronavirus puede complicarse de forma acelerada hasta causar la muerte por daño a los pulmones o por otras alteraciones orgánicas.

 “COVID es una enfermedad que puede complicarse. Cuando es una forma leve, es simplemente fiebre, dolor de cabeza, dolor de garganta, tos, son los síntomas más comunes, pero cuando presenta la forma grave es que empieza a complicarse con inflamación de los pulmones, es decir, una neumonía o neumonitis, como se le conoce a la afección que es por virus.

 “Esta neumonitis causa un daño mayormente inflamatorio de los pulmones, que resulta en una pérdida de la función de los pulmones. La función principal de los pulmones es incorporar oxígeno a la sangre y cuando esto no ocurre la sangre empieza a perder concentración de oxígeno… y entonces empieza a afectar distintos órganos.

 “Esta alteración de desaturación, como conocemos medicamente a la pérdida de oxigenación en la sangre, puede ser muy acelerada, de tal suerte que una persona puede ser vista en este momento como capaz de realizar todas sus actividades, puede caminar, puede platicar, puede moverse, no se siente mal. Y en pocas horas —pocas horas es dos, tres, cuatro, seis horas— puede estar en una situación extremadamente grave y necesitar intubación para tener soporte de respiración artificial, esto es lo que técnicamente se le llama ventilación mecánica invasiva, y esto puede conducir también a la pérdida de la vida”, abundó el subsecretario de Salud.

 

Resistimos más que los italianos, pero menos que los chinos

El promedio de 10 días que tarda un enfermo grave de COVID-19 en morir en México, contrasta con lo que pasa en otras latitudes del planeta donde se ha registrado este indicador.

En China, por ejemplo, los pacientes más graves tardaron en fallecer 18.5 días en promedio desde los primeros síntomas, mientras que los que se recuperaron esperaron 22 días para recibir su alta, revela un estudio publicado en la revista médica británica The Lancet.

La investigación fue realizada por un equipo de científicos chinos con base en el análisis de 191 pacientes ingresados en dos hospitales de la ciudad de Wuhan, lugar donde comenzó la pandemia.

En Estados Unidos, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), señalan que los pacientes con COVID grave son ingresados a unidades de cuidados intensivos entre 10 y 12 días después de los primeros síntomas. Una vez en esta área, entre 39% y 72% de los pacientes muere, dependiendo del estudio.

La velocidad con la que el virus mata al mexicano, en los casos graves, es menos vertiginosa a lo que sucede en Italia, uno de los países más golpeados por el coronavirus. En esta parte del mundo, el tiempo promedio desde que aparecen los síntomas hasta la muerte del paciente es de apenas ocho días, según un estudio hecho por el Instituto Superior de Salud Italiano.

 

En Nayarit, a los 5 días; en Zacatecas, a los 15

El análisis de la base de datos de la Secretaría de Salud revela que el tiempo en que el COVID-19 mata a una persona también varía entre estados.

En Nayarit, por ejemplo, los pacientes graves tardan en morir un promedio de 4.7 días desde que manifiestan los primeros síntomas. Le siguen Colima, con seis días; Durango, con 7.5; y Guerrero y Tamaulipas, con ocho.

En el otro extremo, un paciente grave en Zacatecas tarda en morir 15.3 días, diez más que en Nayarit. La siguiente entidad donde el enfermo demora más en fallecer es Querétaro, con una resistencia de 13.4 días. En tercer lugar sigue Ciudad de México, con 11.4 días; luego Coahuila, con 11.1 y después Sinaloa, con exactamente 11.

En el promedio nacional de diez días se encuentran Baja California, Hidalgo, Michoacán, Puebla y Tabasco.

Hasta el 27 de abril, los decesos de infantes se seguían contando con los dedos de una mano: dos niños de un año, una niña de dos y otra de cuatro. En todos los casos sus cuerpos no resistieron la enfermedad arriba de una semana.

El país también registra pocas muertes de jóvenes por coronavirus: 20 casos hasta la fecha del corte. De estas víctimas de entre 18 y 29 años, 15 cargaban a cuestas al menos una comorbilidad, principalmente obesidad y diabetes, tres sufrían hipertensión, otras tres padecían inmunosupresión y dos tenían falla renal crónica. Como resultado perdieron la batalla contra el COVID-19 en un promedio de 8.5 días.

La población de 60 años y más, que conforma la mayoría de las víctimas mortales, resistió la enfermedad poco más de diez días.

Y en cuando a sexo, los hombres con COVID grave han durado en promedio medio día más que las mujeres (10.3 días ellos y 9.7 ellas).

 

Más comorbilidades, mayor letalidad

La presencia de comorbilidades previas es otro factor que afecta el tiempo en que un paciente grave tarda en morir.

De acuerdo con las cifras, una persona con COVID grave, pero sin enfermedades previas, puede durar hasta once días con vida. El simple hecho de padecer una comorbilidad quita un día a la esperanza de vida; y si tiene de dos a cinco comorbilidades encima, pierde otro día más. A partir de seis comorbilidades su tiempo de resistencia se reduce a solo ocho días.

 “Las personas mayores de 60 años, las embarazadas y las personas que tienen ciertas enfermedades crónicas, en especial diabetes, hipertensión, obesidad, tabaquismo, enfermedad pulmonar o cardiaca crónicas, inmunosupresión —esto incluye cáncer, incluye tratamientos inmunosupresores, incluye estados avanzados de la condición de vivir con VIH— pueden causar más fácilmente que haya complicaciones.

 “Las personas que tienen estas características deben (estar) prevenidas para acudir a consulta médica en caso de que presenten los primeros signos de Covid: fiebre, tos, dolor de garganta”, explicó López-Gatell en su conferencia del pasado 3 de mayo.

 

@saulhht 

 


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