En ocasión de la CXLVII Aniversario de la Batalla del 5 de mayo, Juan Ángel Pérez Talamantes, Secretario General de Gobierno resaltó que frente a la emergencia sanitaria que ha impactado el quehacer de los aguascalentenses, la unidad ha sido la principal aliada, como lo fue en 1862 para el Ejército de Oriente liderado por el General Ignacio Zaragoza.
En un acto privado, Pérez Talamantes aseguró que para el Gobierno del Estado encabezado por Luis Armando Reynoso Femat, no existen retos insuperables con el esfuerzo conjunto de toda la población.
Por tal motivo, señaló que esta semana en que inicia la normalización de las actividades en todos los sectores, se recuperará el ritmo del Estado gracias al esfuerzo y solidaridad de los ciudadanos, quienes responsablemente se sumaron a los esfuerzos de todo un país por abatir los efectos y controlar la presencia del virus de la influenza A/ H1N1.
El Funcionario aseguró que al igual que en 1862 nos unió el espíritu de lucha y defensa de la Soberanía Nacional, ahora nos ha hermanado el trabajo conjunto por la salud, así como por el presente y futuro de México.
Recordó que a principios de 1861, tras la Guerra de Reforma, la economía nacional estaba destrozada y el gobierno no tenía recursos, por lo que el 17 de julio de ese año, Juárez suspendió los pagos de la deuda que el país tenía con Inglaterra, Francia y España. La reacción de éstos fue romper relaciones con México y mandar tropas a Veracruz para reclamar el cumplimiento de las obligaciones adquiridas.
Por tal motivo, el secretario de Relaciones Exteriores, Manuel Doblado, llegó a un acuerdo con España e Inglaterra y en febrero de 1862 retiraron sus tropas a cambio de nuevas promesas de pago. Sin embargo, Napoleón III decidió quedarse para establecer una monarquía que le asegurara a Francia materias primas para su industria, un mercado para sus productos y una base geográfica para contrarrestar la influencia de Estados Unidos en América Latina.
En abril de 1862 soldados franceses avanzaron hacia la Capital del país, llegando hasta Puebla, donde el ejército francés, considerado el mejor del mundo, fue derrotado por las tropas del ejército de Oriente, que estaba bajo las órdenes del general Ignacio Zaragoza.
La batalla se desarrolló el 5 de mayo de 1862, cuando el general francés Lorencez ordenó el asalto de los fuertes de Loreto y Guadalupe, que defendían Puebla.