He aquí un par de caballitos sumamente cívicos; sumamente civilizados, porque en vez de transitar a media calle, lo hacen por la banqueta… Lástima que no pude verlos del otro lado, para el fierro, o de plano saber que eran mostrencos, tal y como indicaba la libertad con la que se movían. Pareciera ser este el aislamiento perfecto para enfrentar el despiadado coronavirus: ninguna persona en la calle, y sólo estos dos animalitos, que se pasean con toda libertad por el pueblo. Nada de eso. Esta es una escena relativamente común en muchos poblados del estado, que en rigor son sólo dormitorios, y a veces ni eso. En efecto, pequeños pueblos y ranchos expulsan cotidianamente su población, que es absorbida por las ávidas fauces de las fábricas de Aguascalientes. La imagen muestra una calle de La Congoja, un rancho que se encuentra allá, en las alturas de San José de Gracia, justo en la entrada de la Sierra Fría. Felicitaciones, ampliaciones para esta columna, sugerencias y hasta quejas, diríjalas a [email protected].