- Pandemia muestra debilidades en derechos esenciales
- ¿Seremos los mismos después de confinamiento?
“La pandemia del Covid-19 vino a acelerar procesos que los investigadores en temas del medio ambiente ya veíamos venir, pero en 10 o 20 años más, por eso nos agarra totalmente desprevenidos”, manifestó la doctora Adriana Aguilar Rodríguez, investigadora del Centro Geo en una conversación virtual para LJA.MX.
De inicio, explicó que al hablar de derechos ambientales es necesario ubicarlos en tres temas importantes: el cuidado del medio ambiente, el desarrollo económico y cómo estos dos puntos se interconectan para generar un balance, una sustentabilidad basada en la equidad, entendiendo esta como un principio de justicia que denota contar con los derechos económicos, ambientales y sociales para el buen desarrollo de las personas y en comunidad. De esta manera el derecho a la salud implica además el derecho a un ambiente sano, a servicios médicos, infraestructura, medicamentos, a una buena alimentación y con todos los servicios disponibles como el derecho al agua, uno de los más importantes. Además de que los mencionados que están interconectados, está el derecho al trabajo, que se vincula con las garantías laborales y a una vida digna.
Para la estudiosa, el Covid-19 dejó manifiesto cómo los Estados dejaron de hacer cosas en pro de garantizar los derechos de la población y con ello la capacidad de lo que llamó “resiliencia ambiental”, es decir, la capacidad que tiene la sociedad, las comunidades o el individuo de responder a un shock externo de forma inmediata ante una eventualidad como la actual.
Si bien la política ambiental pretende generar esas formas de resiliencia o capacidad de respuesta, en el caso de la política y con ella los tomadores de decisiones, van mucho más atrás que los investigadores, lo que trae consecuencias distintas para un país desarrollado, medio o uno pobre como Ecuador; en este sentido, también serán distintas para los integrantes de cada clase social mexicana, donde las desigualdades son evidentes.
“Tenemos el problema de que no estamos siendo resilientes, es algo que no se instrumenta de la noche a la mañana, es un proceso de construcción, que involucra diferentes tipos de capital: el social, la capacidad de organización con los diferentes actores sociales, el capital humano para generar el conocimiento adecuado para responder ante una situación como esta, además del capital financiero y material…si me pides un diagnóstico te digo que es muy complicado”, externó.
Para la investigadora, el país no está respondiendo ante la pandemia de una forma adecuada debido a que persisten muchas debilidades, pues los gobiernos en general pospusieron la atención a los temas importantes como fortalecer los sistemas de salud y el educativo, al no ser un error exclusivo de México, “nos tuvo que llegar el Coronavirus para recordarnos dónde estamos poniendo el dinero… la pandemia deja de manifiesto la fragilidad del ser humano, al ser un problema que no tiene fronteras y que dejará fuertes lecciones a nivel personal, regional y planetario”.
La estudiosa en temáticas relacionadas con la política ambiental, regulación, gobernanza. teoría de redes sociales consideró que se están desmantelando los sistemas públicos hasta quedar en nada, pues se abre una “Caja de Pandora” que deja al descubierto todas las debilidades existentes, si bien a un inicio con relación a la sanidad, paulatinamente será en lo económico y el sector educativo, sin dejar de lado el medio ambiente, aunque para muchos la cuarentena por la pandemia signifique un respiro, este es solo momentáneo.
Observó cómo a la sociedad se le ha vulnerado de diversas formas, tal es así que el derecho al trabajo se ha flexibilizado en cuanto a las prestaciones laborales básicas, a tal grado que los trabajos existentes son cada vez de bajo nivel, generalmente en el área de servicios, que en muchas ocasiones no son permanentes. En términos de salud pública se castiga constantemente al sistema médico y por otro lado se ha ido privatizando el agua, así como otros recursos naturales, lo cual traerá también consecuencias importantes.
Desaparición del sistema neoliberal o vulneración a la democracia
–¿Desaparecerá el sistema neoliberal como algunos pronostican luego de que pase la pandemia?
–Yo lo veo como un peligro que habrá de exacerbarlo. Las ventajas del corto plazo sí se ven, pero son a corto plazo, pues en realidad no hay políticas encaminadas a proteger el medio ambiente. El Protocolo de Kioto ha tenido logros muy pequeñitos y los grandes jugadores como China y Estados Unidos siguen sin acordar nada, además de que hay muchos problemas entre todos los países. Pero volveremos a salir a las fábricas y al automóvil.
La parte preocupante, expuso, es la política, al encontrarnos es un estado de excepción en el que los gobiernos pueden tomar decisiones y suspender las garantías individuales al estar en un impasse jurídico, el cual se preste al oportunismo.
–¿Volveremos a ser los mismos después del confinamiento por la emergencia sanitaria?
–No sé si seremos más omisos luego del estado de excepción, pero sí tendremos más problemas para coordinarnos luego de estar desvinculados en gran medida, y ese es un problema serio, por eso las organizaciones civiles debemos de estar muy atentas, la ciudadanía en general, sobre la toma de decisiones y cómo se hacen las cosas, porque la democracia corre riesgo, estamos en una situación súper vulnerable. En Estados Unidos se golpea a la gente a través de mecanismos que ofrece el estado de excepción y recae en los migrantes.
Aguilar Rodríguez no dudo que en México se suspendan las elecciones programadas el próximo año, también como consecuencia de este estado de excepción, además de las repercusiones económicas que ya se resienten.
Si bien el escenario es desalentador respecto a que la sociedad regrese a las calles, luego del confinamiento, de una manera más vinculada y con una mayor capacidad de organización, la también socióloga no descartó que se dé también un mejor escenario, al recordar que experiencias como los temblores en la Ciudad de México demostraron que es más importante el capital social de la población que el liderazgo del Estado.
Mencionó, como muestra de las ventajas del capital social, la organización en Aguascalientes de las pequeñas y micro empresas que en términos de movilización y para continuar con su actividad económica realizan.
