Como es bien conocido por todos, el año pasado entró en vigencia el reglamento que prohíbe el uso de bolsas de plástico, recipientes de unicel y platos, vasos, cubiertos desechables; esto para darle un respiro al planeta debido a que, por doquier, estaba presente esta pandemia incontrolada de materiales basura que asfixiaban a nuestra Madre Tierra. Éstos podían ser encontrados en la cercanía, en la calle a unos pasos de la puerta de nuestras casas (debido a que no se recogen, la gente opta por patearlos y alejarlos de sus domicilios, antes que tomarse la molestia de juntarlos y depositarlos en un bote de basura con la justificación de “yo no lo tiré ¿por qué tengo que juntarlo?”), pero también en los sitios más inhóspitos de nuestro planeta (mares, desiertos, selvas, montañas, etc.), además estos plásticos fueron causantes de la muerte de muchos animales que perdieron su vida asfixiados al tragarlos, o al quedar atrapados en ellos, o por inanición al confundirlos con alimento. Seguramente, ya se habrá dado cuenta que, gracias a la entrada en vigor de dicho reglamento, «todos dejamos de usar esos materiales tan dañinos para el medio ambiente natural».
¡No es cierto! la entrada en vigor de un reglamento no acaba con esa pandemia contaminante, ya que las bolsas y envases de plástico, los uniceles y desechables siguen usándose sin control, claro que ahora llevan la leyenda «biodegradables», en el caso de las bolsas y «reciclables» en las botellas; por su parte, los contenedores, platos y vasos de unicel ahora son cafés, haciendo una connotación a ramas y maderas, supongo. Pero esto es solo mercadotecnia para que no deje los malos hábitos, sino que continúe con ellos, pero sin sentimiento de culpa, por el contrario, con el gran alivio de saber que ahora esos empaques, contenedores y bolsas son “biodegradables”, así que puede seguir comprándolos y pensar que ya está cuidando al planeta. En serio ¿cree que se puede fabricar plástico biodegradable? Tome en cuenta lo siguiente: “Los plásticos biodegradables al igual que los convencionales también necesitan de cientos de aditivos químicos […] estamos en las mismas que con los plásticos convencionales en cuanto a toxicidad se refiere: no sabemos qué sustancias tóxicas pueden pasar a la comida o a la bebida que ingerimos. Tampoco sabemos qué tóxicos van a quedar en el terreno, en el agua o en los seres vivos tras su ‘biodegradación’” (https://elplasticomata.com/el-espejismo-plasticos-ecologicos/). Así que lo mejor que podemos hacer para dejar de ser un virus asfixiante para los pulmones de nuestro planeta -por cierto, el único que conocemos que alberga vida, y no me refiero sólo a vida humana, sino Vida en general- sería renunciar a todos esos plásticos, envases y uniceles contaminantes.
Nuestra Madre Tierra también necesita de nuestra parte una cuarentena ecocéntrica, es decir, un tiempo para que reajuste sus ciclos vitales y medio se regenere de toda la explotación y contaminación a la que la sometemos diariamente y sin descanso, por lo menos desde hace dos siglos. Así es que podemos empatar una cuarentena ecocéntrica con la contingencia sanitaria antropocéntrica que vivimos en este momento, y precisamente en este mes de abril, ya que, le recuerdo estimado lector, el 22 se conmemora el día de la Tierra, así que aprovechemos este momento coyuntural para celebrar a nuestro planeta y agradecer todo lo que nos ofrece, ¿Cómo? dejando de generar basura y contaminación.
Como sabemos, el “quédate en casa”, que se vive prácticamente en todo el mundo, está ayudando a limpiar un poco algunas partes del hemisferio de manera involuntaria, pero podríamos aprovechar para comprometernos voluntariamente a que esta limpieza continúe indefinidamente. Que le parece, en primer lugar, dejar de usar bolsas y contenedores plásticos y de unicel por convicción y no por imposición de un reglamento, así que si va de compras lleve sus bolsas reutilizables (si no lleva, y toma bolsas transparentes de “plástico reciclable”, no abuse, no use éstas para poner un melón en una, un mamey en otra, un pepino en otra, úselas en productos que sea realmente necesario y de preferencia reúselas en sus siguientes compras); en segundo lugar, llevar una dieta menos carnívora y más balanceada, que se base principalmente en semillas (arroz, lentejas, garbanzos, frijoles, habas, alubias, etc.), frutas y verduras, pues la explotación ganadera, para satisfacer el creciente y excesivo consumo de productos de origen animal, es una de las principales fuentes de explotación y agotamiento de Bienes Naturales. Si a esto le agregamos, en tercer lugar, el limitar el uso de vehículos podemos reducir la quema de combustibles fósiles, con ello favorecer el mejoramiento y la calidad del aire, además contribuir a disminuir el calentamiento global.
En suma, si dejamos de lado nuestra corta visión antropocéntrica y ampliamos ésta a una ecocéntrica, podemos hacer este mes de abril del 2020 mucho por la salud de nuestra especie, pero también podemos pensar y actuar seriamente a favor del bienestar de todas las otras especies con las que compartimos este mundo y principalmente en el bien de nuestra Madre Tierra.