Moscú, Federación Rusa. 21 de marzo de 2020. Como un tigre siberiano que olfatea la extenuación en su presa, el presidente Vladimir Putin -al enterarse que ese día ha sido el más letal, pues 793 italianos han muerto a causa de la infección provocada por el Covid-19- toma la iniciativa y llama vía telefónica al primer ministro de Italia, Giuseppe Conte, para expresarle su apoyo. A petición de Conte, el líder ruso se compromete a enviar equipo, material y recursos humanos para combatir la pandemia.
Ese mismo día, pero en la soleada y tropical Cuba, un grupo de 52 médicos y enfermeras voluntarios se prepara para, a postulación de la región de Lombardía, partir a Italia. Luego, los galenos, muchos de ellos veteranos de la lucha contra el Ébola en África, gritan al unísono la frase que Ernesto Che Guevara inmortalizara: “¡Hasta la victoria siempre!”. Finalmente, varios de los clínicos sostienen un retrato del líder histórico de la Revolución, Fidel Castro Ruz.
Las escenas arriba descritas sirven como introducción al presente artículo, el cual tiene por objeto narrar y analizar por qué la aparición del Covid-19 ha devenido en una confrontación geopolítica, en la cual China y Rusia están tratando de llenar el vacío de poder dejado por los Estados Unidos y la Unión Europea.
En diciembre de 2019, apareció en la ciudad china de Wuhan la pandemia Covid-19, “una forma grave de neumonía” que “provoca una molestia respiratoria aguda”, causada por el virus SARS-CoV-2. A continuación, el gobierno chino implementó una estrategia basada en la negación, el encubrimiento y la franca mentira sobre la gravedad de la situación.
A finales de enero de 2020, el presidente de China, Xi Jinping, empleó la demonología para referirse al Covid-19: “La epidemia es un demonio y no podemos permitir que este demonio se esconda”. Entonces, el liderazgo chino, recordando quizá la máxima de Mao Tsé-Tung de que “el más rico manantial de fuerza para librar la guerra está en las masas populares”1, declaró una guerra popular contra el virus.
Mientras China libraba la batalla contra el Covid-19, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, movió fichas en el tablero de ajedrez mundial: el 12 de marzo los rusos enviaron kits para diagnosticar el Covid-19 a Corea del Norte. Tres días más tarde, el presidente de Serbia, Aleksandar Vucic, envió una carta al presidente de China, Xi Jinping. En la misiva, Vucic llamó a su contraparte china “querido amigo” y “hermano” y le solicitó enviar “de todo”, incluyendo “médicos, pues nuestros médicos están cansados”2.
El jueves 19 de marzo los mandatarios de China y Rusia, Vladimir Putin y Xi Jinping, entablaron, con el objetivo de lograr una mayor eficacia en la ayuda proporcionada y evitar la duplicidad de esfuerzos, una conversación telefónica El primer país del orbe que fue objeto de la cooperación sino-rusa fue -por cuestión estratégica generada por los hidrocarburos- Venezuela.
El viernes 20 de marzo, el presidente Nicolás Maduro Moros declaró por vía telefónica que “Rusia se pone al frente con el apoyo de equipos médicos, kits -entre otros insumos- El mundo entero respaldando a Venezuela en esta batalla que estamos llevando adelante”3. Asimismo, la prensa chavista reveló que Beijing y Caracas habían establecido un puente aéreo, cuyo objetivo es abastecer de insumos y utensilios ineludibles para combatir la pandemia.
Entonces, a la alianza sino-rusa se sumó el bastión del marxismo-leninismo en el Caribe: Cuba, cuyo sistema de salud es, gracias al entrenamiento recibido por la Rusia soviética, un ejemplo en el ámbito mundial. El sábado 21 de marzo los cubanos enviaron sendas misiones médicas a: Brasil, Granada, Jamaica, Nicaragua, Surinam y Venezuela. Sin embargo, lo que más llamó la atención de los observadores internacionales fue el despliegue médico cubano en Italia.
Italia, un país miembro de la Unión Europea y la octava economía mundial, era socorrida por un país que por más de 60 años ha sido sometido a un inmisericorde bloqueo económico por parte de los Estados Unidos. Ante la posible campaña de difamación proveniente de los anticastristas de Miami, los cubanos dijeron: “Nada ni nadie podrá ocultar las vidas salvadas” y “el coraje y la profesionalidad demostrada por los colaboradores que combatieron el Ébola”4.
Si la presencia cubana levantó las cejas, la demostración de poderío ruso en Italia dejó boquiabiertos a propios y extraños: en la noche del domingo 22 de marzo, los gigantescos aviones de transporte Il-76 posaron sus pesadas panzas sobre la pista de la base aérea de Pratica di Mare, ubicada a 30 kilómetros al suroeste de Roma.
De las cavernosas bodegas de las aeronaves rusas descendieron los camiones pesados KAMAZ, ganadores diecisiete veces del Rally Dakar, portando unidades de desinfección y dispositivos de prueba. Igualmente, médicos militares, especialistas con experiencia en la lucha contra el ántrax y la fiebre porcina, fueron recibidos por las autoridades castrenses italianas.
¿Por qué afirmar que la aparición del Covid-19 es también una lucha geopolítica? Para el diccionario Larousse, la geopolítica es “el estudio de las relaciones entre los elementos geográficos y la política de los estados”. Es decir, la geopolítica es “la ciencia profunda de la evolución mundial” porque es acerca de “ganar aliados e influenciar a los países”5.
Por ello, el ensanchamiento sino-ruso preocupa a los estadounidenses: el influyente portal de Foreign Affairs comentó: “Mientras Washington flaquea, Beijing se está moviendo rápida y hábilmente para tomar ventaja de la apertura creada por los errores estadounidenses, llenando el vacío para posicionarse como el líder global en la respuesta a la pandemia”6.
El escribano concluye: Xi Jinping y Vladimir Putin están llenando el vacío dejado por la falta de liderazgo y de solidaridad de Emmanuel Macron, Angela Merkel y Donald Trump, quienes brillan por su ausencia; el apoyo ruso a Italia, país miembro de la Organización del Tratado del Atlántico Norte y de la Unión Europea, mete una cuña en la cohesión occidental; y, finalmente, los chinos están imponiendo su narrativa de que ni los Estados Unidos ni el Covid-19 los pudieron doblegar.
Aide-Mémoire. – Con la implementación de los Planes DN-III-E y Marina, México está en pie de guerra contra el “enemigo invisible”: el Covid-19.
1.- Mao Tsé-Tung. Citas del Presidente Mao Tsé-Tung. Pekín. Ediciones en Lenguas Extranjeras, 1974, p. 95
2.-Serbia imposes State of Emergency, pleads for China´s help https://bit.ly/3biT36a
3.-Rusia enviará asistencia humanitaria a Venezuela para enfrentar Covid-19 https://bit.ly/2vQWBO6
4.-Brigada médica cubana parte a Jamaica para combatir el Covid-19 https://bit.ly/39nDYPD
5.-Khanna, Parag. The Second World: Empires and Influence in the New World Order. New York, Random House, 2008, p. xix y xxiv
6.-The Coronavirus could reshape Global Order https://fam.ag/3bowpt5