Hay una crisis sanitaria en el mundo, pero cada 100 años se presenta este fenómeno, como humanidad deberíamos ya estar acostumbrados, sin embargo, las redes sociales intensifican y alimentan el miedo del coronavirus y lo llevan a niveles increíbles de desinformación, así como de desconcierto.
Hagamos un paseo por la historia, la cual por coincidencia se repite en los años 20. Por allá del 1220 la invasión Mongola, claro no es conocida como una pandemia, pero fue tan destructiva que arrasó con las ciudades del Medio Oriente y Europa, se sabe que al menos entre el 20 y 40% de la población de las ciudades que fueron invadidas fallecieron por mano de los sanguinarios militares mongoles.
Más adelante, 1320 la peste negra. Se cree que se originó en Mongolia el mismo año de su aparición. Producía manchas negras y moradas (de ahí el nombre no científico) y las personas perecían en una semana a causa del colapso del sistema linfático.
En 1520 la viruela, el mal que desgraciadamente provocó la caída de Tenochtitlan. Murieron cerca de 3,5 millones de indígenas. Esta enfermedad la trajeron a América los españoles y como nuestros ancestros no la conocían sucumbieron ante el desconocimiento de cómo tratar a los contagiados.
Posteriormente, en el ahora llamado puerto de Provincetown colonos de Plymouth llegaron al puerto a bordo del Maryflower en Estados Unidos. La mayor parte de sus pasajeros y algunas personas en tierra murieron irremediablemente sin saber cuál era el mal que les había afectado. Fue una serie de muertes misteriosa que se propagó en la costa del América del Norte.
Ya en 1720, en el puerto de Marsella, Francia, un gran navío llamado Le Grand San Antonio llegó con un cargamento de seda el cual estaba contaminado con un bacilo llamado yersin. La peste se propagó rápidamente y la población de 90,000 habitantes sufrieron alrededor de 40,000 mil decesos.
El cólera fue la peste de 1820, comenzó en Indonesia, se propagó a China, Medio Oriente, el imperio ruso, provocando un gran número de muertes y, en la actualidad aún nos afecta este mal.
Cien años después, en 1929 apareció la gripe española mejor conocida como H1N1= influenza, la misma que hace unos años canceló, por primera vez, la Feria de San Marcos. Se calcula que en aquella ocasión 500 millones de personas contrajeron el virus y cerca de 100 millones fallecieron. Es considerada la más mortal de las pestes, aunque algunos años después la Segunda Guerra Mundial desaparecería alrededor de 50 millones de personas.
Finalmente, 2020 el coronavirus, el que por cierto exportó China y como leímos anteriormente existen algunas pestes que salieron curiosamente de ahí.
Sin embargo, el problema del coronavirus a diferencias de las otras pestes es la desinformación y el cómo corre por las redes sociales.
Sin conciencia de que la información sea verdadera o falsa se comparte y se cree todo lo que recibimos además de que la tensión y el estrés de la pandemia ocupa todo en nuestro sistema de comunicación personal y social.
Como indicó el presidente de Francia nútrase de información científica pues las cadenas y todo lo que revuela en las redes puede ser erróneo y provocar miedo y caos.
No estamos acostumbrados a investigar y somos muy crédulos por lo que estamos a merced de las compras de pánico y la intranquilidad.
El miedo también puede hacernos enfermar, bajan nuestras defensas y podríamos, sin tener contacto alguno con un infectado, manifestar síntomas sin que sean del virus que nos aqueja ahora. Además, como dicen por ahí, aunque te pongas, aunque te quites.
Pongamos atención pues no es el único virus que anda por ahí, ya ve que también resurgió el sarampión y contra eso aún no hay información preventiva pero bueno, ya con tanta higiene y encerrados supongo, también bajarán los contagios.
La difusión de información falsa provoca que las personas ansiosas enfermen por el estrés de estar en una cuarentena y con un montón de mentiras circulando. Lo mejor es pensar en que disfrutaremos de un tiempo en familia y que aprenderemos muchos a hacer trabajo a distancia. Finalmente, la tendencia va hacia allá en muchos rubros.
Para no ser víctima del caos y la desinformación dirijamos a fuentes científicas y oficiales, evitemos el compartir mensajes y postear sin leer completamente lo escrito o bien sin comprobar la veracidad de esto.
Mantener la calma y ser creativos es la clave para esta cuarentena pues es cierto que no son vacaciones y todos estaremos confinados en casa por lo que podría ser un poco caótico si no tenemos una estrategia.
Evite la psicosis de la pandemia, distráigase en redes con otra cosa y verifique la información.
Nos quejamos de que las redes sociales nos alejan de quienes están a nuestro lado, pues aquí tenemos la gran oportunidad de estar en familia, unidos y de buenas compartiendo y fortaleciendo lazos.
El mundo va tan deprisa, la sociedad del consumo nos ha enajenado tanto que tenemos la gran oportunidad de hacer un alto y observar nuestro entorno. Son los momentos en los que reconocemos que el dinero en ocasiones no es necesario pues basta tener paz y ser organizados para combatir esta crisis.
A la ecología le caerá genial estos días sin tanto vehículo.
Lo terrible y lo que de verdad tenemos que atender en casa es la recesión económica que vendrá, con virus o sin él, en mayo y junio. Nos pegará más duro pues el impacto del cierre de negocios será enorme.
No gaste de más, aliméntese muy bien, considere las teorías de la conspiración del coronavirus.
Manténgase con la idea de que usted y su familia son y permanecen sanos.
Laus Deo
@paulanajber