El Covid-19, mejor conocido por el respetable con el nombre de coronavirus, el real y el ficticio; más bien percibido, nos ha traído un sinfín de imágenes de lugares otrora bulliciosos, hoy abandonados; convertidos en ruinas, como si se tratara de evidencias de civilizaciones magníficas, hoy desaparecidas. La Plaza de San Pedro en Roma, la de San Marcos en Venecia y, para no quedarnos atrás de cara a tanta modernidad, va la Mayor de Aguascalientes, la misma que nombran de la Patria.
Y no. Lo que ve usted no es la maqueta perfecta de una estudiante de arquitectura, ni una fotografía trucada. Es nuestra plaza, sola con una soledad inaudita; atroz. La plaza sin niños ni palomas, sin payasos ni parejas ni boleros ni vendedores ambulantes. La plaza silenciosa, sin cantantes ni ruidosos transportes urbanos; silenciosa con un silencio que se escucha entre estas líneas.
Desde luego el Covid-19 no fue responsable de que un día la plaza nuestra se haya vaciado de vida, sino una plaga más letal todavía, cuyos efectos seguimos resintiendo, encabezada por Enrique Peña Nieto. ¿Lo conoce?
El 10 de octubre de 2014, fecha en que fue tomada la fotografía, se cumplió el centenario del inicio de trabajos de la Convención Militar Revolucionaria. El solemne acto conmemorativo, al que asistieron todos los gobernadores del país, se realizó en el Teatro Morelos, y fue encabezado por el señor mencionado.
Por eso cerraron la plaza, quizá para que la clase política del país no se rebajara a verse cara a cara con sus gobernados, o porque el miedo no anda en burro.
Felicitaciones, ampliaciones para esta columna, sugerencias y hasta quejas, diríjalas a [email protected].
Qué redacción tan horrible.