Ya son otros tiempos. Hace algunos ayeres, los días las condiciones de vida eran distintas en todos los aspectos, y ahora una serie de ideas se agolpan en mi cabeza sin claridad de pensamiento, para lo cual es preciso ordenarlas.
Justo mientras escribo estas líneas, observo con detenimiento que este jueves 20 de febrero, está proclamado por la Organización de las Naciones Unidas, como el día mundial de la justicia social. Sea lo que sea que ello signifique, mi primera reflexión del día es la falta que nos hace la justicia social en estos momentos, pero aquella justicia que nos iguala a todos en tanto que somos seres humanos. Claro, no se trata de ser iguales, sino de que se nos trate de manera igual, atendiendo en primer término a las diferencias que poseemos naturalmente unos y otros, unas y otras.
No existen soluciones mágicas ni inmediatas a los grandes problemas que nos aquejan, pero si existen soluciones, y esa es mi segunda reflexión. Como si fuera un personaje de caricatura, mi posición ante una clara injusticia es la de hacer caso al diablillo y al angelito que aparecen sobre mis hombros: por un lado estoy consciente de que llegar a este punto de dilución de los valores (porque seguiré sosteniendo que los valores no se han perdido, solo se han diluido en esta forma de vida actual) nos llevó décadas enteras, y que la solución, sea cual sea ésta, nos tomará probablemente la misma cantidad de años. Ahí aparece la otra voz, la que exige y dice “pero entre más nos tardemos en empezar, más nos vamos a tardar en encontrar la solución”.
Y qué difícil es encontrar la solución a un problema, cuando estamos inmersos en él. Basta con que el amigo se acerque a pedirnos un consejo para regalarle un ciento de ellos, hasta con dejos de condescendencia y superioridad moral: tuviste que acudir a mí para que te solucionara el problema. Cuando somos nosotros a quienes nos aqueja una dificultad, muchas veces nos sobrepasa y no hallamos la salida, aún y cuando sea una situación muy similar a la que alguna vez aconsejamos. Hoy, todos somos parte de este problema, y si seguimos en esta reflexión, será muy difícil que encontremos una solución.
¿De dónde deben provenir las soluciones a los problemas sociales que nos aquejan? ¿Del gobierno? ¿De un grupo mayoritario de la sociedad? ¿De una minoría? Volviendo al concepto de justicia social, entendamos que no es una justicia que provenga del estado por haberle sometido un asunto a su jurisdicción, sino una forma de actuar en la que todos somos merecedores de igual trato, tratando siempre de zanjar las diferencias, ya naturales, ya provocadas, que nos hacen una sociedad dispar.
En días como estos últimos es cuando me da por reflexionar sobre la forma en que los valores forman parte de nuestra vida cotidiana. Quizá nos sucede como con el mueble de la casa con la pata rota que, a fuerza de ignorarlo todos los días, llega un momento en que ya no nos percatamos de que está allí.
Y en este problema cabemos todos. La autoridad que no ha sabido poner en práctica una serie de programas abarcando a los distintos estratos de la sociedad y se ha enfocado en una base clientelar a la que, en lugar de propuestas, le llueven dádivas que mejoran su situación un par de días, pero que son muy redituables en época electoral. Los padres de familia que navegamos ahora con la consigna de que a nuestros hijos no les haga falta nada material, y que les depare un futuro más promisorio que el que tuvimos nosotros con nuestras carencias. Los profesionistas que ven por sus intereses personales y jamás ven por intereses colectivos. Los medios de comunicación que, con tal de vender, tergiversan la información a conveniencia.
Y así podríamos seguir culpando a los demás, para concluir en que estamos culpándonos todos. Y con razón.
¿Qué hay que hacer? No nos queda sino evolucionar. Visualizar el lugar al que aspiramos llegar y hacer todo lo posible por acercarse a él. No sé qué más. No se me ocurre nada. Lo único de lo que si estoy seguro es que este esfuerzo habrá de ser de todos los que estamos involucrados y utilizando soluciones que tal vez nunca antes se hayan probado. A problemática presente, soluciones de estos tiempos.
/LanderosIEE | @LanderosIEE