A mediados del año 1979, cuando el grueso de la población cincuentona mexicana actual aún tenía mucha inocencia, comenzó la serie de televisión de nombre “Burbujas” en la que unos personajes antropomórficos, una rana de nombre Patas verdes, una lagartija de nombre Mafalda, un ratón de nombre Mimoso y un abejorro de nombre Pistachón, acompañados del Profesor A.G. Memelovsky, sorteaban semanalmente una aventura viajando en el tiempo o en el espacio con la ayuda de los inventos del profesor. Estos eran un Tobogán del tiempo que los transportaba a épocas pasadas, un Exprimidor de libros que podía introducirlos en éste e interactuar con los personajes, una Regadera micromacromática que podía modificar su tamaño y hacerlos muy pequeños o incluso microscópicos, el Popotitos 22 que les permitía viajar al espacio sideral y La Pantalla que estaba conectada a algunos de los inventos indicados y que les ayudaba a comunicarse en con distinguidos personajes de la historia o la literatura. Estos vistosos personajes en cada episodio hacían todo lo posible por conseguir el bien de las personas y encauzar la historia cuando algo no iba bien. Pero ¿por qué algo que había ocurrido ya o que debería obedecer a un orden natural establecido se salía de su curso o de su sitio habitual? ¡Ah! Porque tenían un archienemigo llamado Ecoloco, quien buscaba con todos los medios a su alcance provocar desorden y caos, sea en tiempos remotos o en espacios cercanos. Lo que lo caracterizaba era su atuendo, como de hechicero (sombrero y capa morados), que vestía siempre desaliñado y sucio. Esta divertida serie infantil dejó de transmitirse en 1984.
Con el paso del tiempo, los que vimos esta serie, hemos ido olvidando qué distinguía a las criaturas antropomórficas, qué características y cualidades poseían, qué los hacía especiales más allá de su aspecto físico; pero seguramente no hemos olvidado las características emblemáticas del Ecoloco: le gustaba “la mugre”, era “infantil”, “flojo”, “egoísta” y “berrinchudo”.
Pues bien, es una lástima que estas cualidades sean en muchos sentidos las que marcaron el rumbo de esa generación, denominada también “generación X”. Se dice que ésta ha sido testigo de una importante transición histórica, pues vivió de manera directa cambios políticos y tecnológicos muy relevantes, pero lo que NO SE DICE es que ésta es en gran medida la responsable de los grandes problemas ecológicos que ahora padece el mundo entero y que debieron haber evitado para no parecerse al Ecoloco, pero no fue así. La generación eligió «la mugre», ya que comenzó a contaminar a gran escala el aire producto del crecimiento industrial y vehicular; el agua de lagunas, ríos y mares con el vertimiento irrestricto de sustancias; la tierra con la expansión de tierras agrícolas y la urbanización; generó enormes toneladas de basura todos los días con el aumento de los empaques de un solo uso y las bolsas de plástico, dejando atrás, por «flojera», la servilleta para las tortillas, la bolsa de red para el mandado, los envases retornables, remendar la ropa y el calzado, los reparar los electrodomésticos, etc. Poco a poco se fue convirtiendo en una sociedad «egoísta» que busca encerrarse en cotos privados donde se paga extra para vivir, supuestamente, lejos de todos los problemas sociales, pero esto es falso, allí también se genera basura, aire contaminado, desperdicio de agua potable por el afán de tener áreas verdes y hasta albercas; ha sido una sociedad “berrinchuda”, pues se niega a dejar el estilo de vida cómodo que creó, prefiere seguir viviendo una vida light generada por el consumismo y la ley del “úsese y tírese”, antes que poner de su parte para resolver los grandes problemas ambientales que nos aquejan, optan por decir: hay que lo hagan las nuevas generaciones.
Todos estos hechos me hacen creer que, aunque en la serie de Burbujas el Ecoloco siempre perdía la batalla, ésta la ganó en el mundo real, dicho programa televisivo no logró su objetivo, todos terminamos del lado del ecoloco y no del de Patas verdes, Mafafa, Pistachón, Mimoso y el profesor Memelovsky. Se perdió la inocencia y se engrandeció la malicia. Creo que a la generación X mexicana le queda mejor el sobrenombre de Generación Ecoloca, misma que sí, atestiguó muchos cambios políticos y tecnológicos, pero posiblemente también le toqué atestiguar el fin de la naturaleza.