Aunque la de este domingo fue una jornada electoral calificada por la mayoría de los actores políticos como “tranquila”, se presentaron varios incidentes que podrían echar por tierra esa afirmación.
El primero de ellos, el menos grave, se registró con un grupo de vecinos confiados de los fraccionamientos Norte y Las Arboledas, pues acudieron a votar desde temprano a las instalaciones del instituto de salud del estado (ISEA), donde cada en elección les había correspondido sufragar, viéndose sorprendidos y desconcertados al no encontrar ninguna.
Sin embargo, todos ellos reconocieron no haber consultado las listas donde el Instituto Federal Electoral (IFE), publicó la ubicación de las casillas del estado y no haberse fijado si alguna vez se colocó manta con la indicación de que ahí se fuera a instalar una. Más tarde, se conoció que esas casillas fueron instaladas unas cuadras más atrás.
Varios hechos sucedieron en varios lugares, alrededor de las 10 de la mañana: se hicieron públicas denuncias –todas sin apoyo de pruebas- sobre presunto compro de votos, a cambio de 200 pesos, por parte del Partido Revolucionario Institucional, en las colonias Gremial y STEMA.
También se conoció la detención de siete personas, por parte de la policía municipal. Cuatro de ellos, militantes y funcionarios priístas, y los otros tres panistas; inicialmente se reportó que el motivo fue una riña y más tarde se supo que los retenidos en el C-4 eran el diputado local tricolor Edgar Busson; el funcionario municipal y militante priísta, Óscar Manzano Cisneros, así como Julio César Lucio Macías y Daniel Galván Hernández; junto con ellos, se arrestó a dos presuntos “caza mapaches” simpatizantes del PAN, de nombres Daniel Aguilar Elías y Ulises Esparza Batela.
Aparentemente, la pelea se desencadenó cuando los miembros del PRI fueron descubiertos por sus opositores planeando desde una casa las estrategias para esta elección y estos notaron su presencia, a lo cual siguió una persecución que se fue hasta los golpes y que ocasionó la detención de los rijosos por “alterar el orden público”.
En otro sentido y, como era de esperarse, durante la cobertura de los votos de algunos candidatos, funcionarios de gobierno y otros actores políticos, a lo largo del día, “se le dio seguimiento” a las acusaciones sobre irregularidades en adquisiciones del municipio y la búsqueda de una “elección de estado” por parte del PAN y el gobierno estatal, expresadas por los dirigentes de los comités estatales y los principales actores políticos de las dos fuerzas políticas en choque.
Dándoles menor importancia, se hicieron acusaciones contra miembros de los Partidos Nueva Alianza (PANAL) y PRI, de quienes se dijo montaban guardias afuera de algunas casillas del barrio del Encino, intentando convencer a los electores de votar por sus institutos políticos. Tampoco se presentaron pruebas.
Otras críticas, que aunque iniciaron durante las campañas no tuvieron tanto eco, se hicieron en el sentido de que algunos partidos rebasaron los topes monetarios que, para cubrir los costos de las mismas, les fue señalado por el IFE; así como en cuanto al arribo de vehículos con placas de otros estados que transportaban a gente de apoyo, principalmente para el PRI y el PAN.
PANAL fue blanco de críticas una vez más cuando las autoridades municipales de Pabellón de Arteaga fueron acusadas de haber destinado recursos a actos proselitistas, específicamente durante la semana pasada, cuando presuntamente intentaron inducir al electorado mediante la entrega de despensas.
Otros sucesos fueron las detenciones de Armando Collazo y Víctor Calderón Infante, quienes presuntamente participaron en el altercado con el diputado Busson y fueron puestos a disposición de la policía estatal. La dirigencia estatal del PRI anunció la preparación de denuncias contra ellos.
Una controversia más, que prevaleció a lo largo de la jornada electoral, fue la que despertó la calidad del material electoral, siendo queja permanente en los votantes que la tinta con que se marcaba el pulgar de quien depositaba su boleta tachada en la urna no se notaba o se desvanecía fácilmente, lo mismo que la extrañeza que causó encontrar en las mamparas donde se cruzaba la opción elegida lápices en lugar de los acostumbrados crayones, dando el trabajo constante y adicional a los funcionarios de casilla de éstas sacándole punta, además de que implicó remarcar el cruce varias veces, a fin de que se notara el voto.