- Reos en fuga
- Deficiencias para imponer sanciones disciplinarias, ejercicio de funciones de autoridad por prisioneros, actividades ilícitas en las instalaciones, son algunas causas. Recientes escapes dan cuenta de eso.
EMEEQUIS/Patricia Tapia
A las 16:38 se activó el código rojo en el penal de Aguaruto en Culiacán, Sinaloa: 55 reos se amotinaron, sometieron a los guardias de seguridad y los despojaron de sus armas para emprender la huida. Esto ocurría mientras la entidad era un campo de guerra por la fallida detención de Ovidio Guzmán López, hijo del “Chapo”, quien duró retenido tres horas y media.
Vecinos del penal grabaron a un grupo de hombres corriendo por las calles aledañas, “se están escapando”, se escucha gritar a mujeres que presencian el acto, incluso algunos de ellos despojan de su camioneta a una persona que pasaba.
Se sabe que se logró la reaprehensión de seis de los prófugos, según lo declarado por Cristóbal Castañeda, secretario de Seguridad Pública de Sinaloa. La mayoría de los presos fueron procesados por el uso de armas exclusivas del Ejército y otro más por delitos contra la salud, homicidio y secuestro.
De acuerdo con el registro del Observatorio de Prisiones de 2010 a 2019 suman 121 incidentes de fuga en el país, en los que puede haber varios reos involucrados.
De 2010 a 2016 los eventos de fuga eran de dos dígitos. A partir de 2017 disminuyó a un dígito. Al final de la administración de Enrique Peña Nieto (2018) se reportaron seis eventos y en el primero de Andrés Manuel López Obrador) fueron ocho.
Fugas por estado
Por entidad, la que más registra incidentes de fuga es precisamente la tierra del “Chapo”, Sinaloa, con 21 eventos.
Según el Diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciaria 2019 realizado por la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), la calificación de las prisiones de nivel estatal de Sinaloa fue de 6.05, por debajo del promedio nacional que fue de 6.75.
De las 32 entidades, Sinaloa ocupa el lugar 28, una de las calificaciones más bajas. Entre los factores que la CNDH evalúa está el de condiciones de gobernabilidad, en el que se toma en cuenta la insuficiencia de personal de seguridad y custodia.
Deficiencias en el procedimiento para la imposición de las sanciones disciplinarias, ejercicio de funciones de autoridad por personas privadas de la libertad, condiciones de autogobierno/cogobierno y presencia de actividades ilícitas.
De los cuatro centros penitenciarios que califica, tres de ellos se encuentran en semáforo rojo respecto a las condiciones de gobernabilidad, entre ellos el de Aguaruto, que es el de mayor capacidad y que aloja a 2 mil 183 reos.
La segunda entidad con más eventos de fuga es Tamaulipas con 20 (también se caracteriza por una fuerte presencia del Cártel de Sinaloa). En 2017, a través de un túnel de cinco metros de profundidad y 40 de largo, 29 reos escaparon del penal de Ciudad Victoria. Se presume que estuvieron cavando por un año.
A estas entidades del norte se les suma Quintana Roo, con 14 incidentes; Hidalgo, con 13; Chihuahua y Tabasco, con seis cada una.
Las que nada y las que menos
Aguascalientes, Baja California, Colima, Estado de México, San Luis Potosí, Veracruz, Yucatán y Zacatecas, no registran incidentes de fuga, pero el Observatorio precisa que esto no quiere decir que no hayan ocurrido, puede ser que simplemente no se reportan.
Por ejemplo, en 2016, medios documentaron la fuga de reos tras una riña y motín en el penal de Barrientos; y en 2011, en Veracruz, escaparon 32 presos de tres cárceles diferentes.
Mientras que más de la mitad de las entidades del país reportaron entre 1 y 4 incidentes durante esos diez años, que son: Baja California Sur, Campeche, Chiapas, Coahuila, Ciudad de México, Durango, Guanajuato, Guerrero, Jalisco, Michoacán, Morelos, Nayarit, Nuevo León, Oaxaca, Puebla, Querétaro, Sonora y Tlaxcala.
El primero del año
En este año ya se registró la primer fuga en el reclusorio Sur de la Ciudad de México: se trató de tres presos ligados al Cártel de Sinaloa.
El miércoles 29 de enero, Víctor Manuel Félix Beltrán, presunto operador financiero de ese Cártel, junto con Luis Fernando Meza González y Yael Osuna Navarro, se presume fueron ayudados por personal del reclusorio para escapar. En unos videos se muestra que salieron vestidos de custodios y en un vehículo oficial de traslado.
Autoridades capitalinas confirmaron que los tres prófugos tenían orden de extradición a Estados Unidos por la introducción de drogas a su país.
La Secretaría de Seguridad de la Ciudad de México ante estos hechos pidió la renuncia del director del reclusorio, Omar Tonatiuh Zamora Mendoza y del jefe de custodios.
Asimismo, ocho custodios ya fueron detenidos por su posible participación y son investigados 22 funcionarios capitalinos, informó la secretaria de gobierno, Rosa Icela Rodríguez.
Los intentos
Además de los incidentes de fuga que sí se concretaron, de 2010 a 2019 hubo 62 intentos, la mitad de estos se concentraron en cuatro entidades. La lista la encabeza Nayarit, con 16, seguida por Sinaloa, con seis, Baja California y Michoacán, con cinco, respectivamente.
El diagnóstico de la CNDH apunta que la mayor ineficiencia que se encontró en los centros estatales penitenciarios es que 72.6% de estos no cuenta con el personal que se necesita para custodiar a los internos.
De acuerdo com las últimas estadísticas del INEGI sobre el sistema penitenciario de México, en promedio, los centros penitenciarios estatales han tenido de 2010 a 2016 una persona encargada de vigilar a 8.6 personas privadas de la libertad.
“Las personas dedicadas a actividades de custodia tienen un papel protagónico, pues su función está encaminada a preservar y salvaguardar el orden y disciplina entre la población reclusa, así como evitar motines y fugas”, dice el INEGI.
@patcervantes