Vaya manera de iniciar el año, todavía no terminábamos de darnos los abrazos y desearnos un Feliz Año 2020 cuando nos llega la triste noticia de la muerte de Neil Peart, para quien esto escribe, el mejor baterista de rock, no tengo duda. Él fue baterista del grupo canadiense Rush, un grupo que a mi juicio representa el equilibrio perfecto, tres grandes músicos en una fórmula que resulta ser un triángulo equilátero, el peso y la responsabilidad de la música se reparte equilibradamente entre los integrantes, Alex Lifeson en la guitarra y Geddy Lee en los teclados, bajo y voz, gran instrumentista pero sobre todo inmaculado bajista, como tecladista cumple con la responsabilidad pero definitivamente no lo podríamos ubicar entre los mejores del teclado, como cantante tiene un estilo muy personal y que le da identidad, pero tocando el bajo es de otro nivel, está más allá del bien y del mal.
Todavía no se cumplía la primera quincena del año cuando llegó la noticia, el baterista de Rush, Neil Peart acababa de morir, inmediatamente recordé la noticia que vi en el año 2017, Neil Peart se retiraba de la música y Rush decidía desintegrarse al perder a su baterista, y es que Rush es de esos grupos que si bien la perfección humanamente no existe, sí se acercan mucho a ella, es un grupo que funciona como un reloj suizo, sus engranajes perfectamente aceitados y su funcionamiento es impecable, pero si una de esas piezas falta en esta compleja pero bien equilibrada maquinaria entonces es imposible que los resultados sean los mismos. No sé si estés de acuerdo conmigo, pero en lo personal no me imagino a Rush faltándole uno de sus tres integrantes, no definitivamente no, es como The Cream, The Beatles, Led Zeppelin, la fórmula no es la misma cuando se prescinde de uno solo de los componentes, hay otros grupos de excelente nivel que si se cambia alguno de los integrantes las cosas pueden seguir funcionando, quizás no igual, pero funcionan, tal es el caso de Yes, de Chicago, de Deep Purple, Black Sabbath, pero esto no aplica con Rush, ellos habitan el Olimpo, en el Recinto de lo sagrado, parafraseando a Led Zeppelin, entonces, ante la salida de Peart, seguramente porque su salud no se lo permitía, era imposible continuar y dejar que la leyenda se encargara del resto.
El primer disco que escuché de Rush, lo recuerdo bien, fue Fly by night, la voz me pareció lo más identificable del grupo, me gustó aquel disco desde que vi la portada y la música terminó por convencerme, evidentemente esto estimuló mi curiosidad y busqué más discos de estos impresionantes canadienses. Me di cuenta que solo eran tres músicos y en serio, no lo podía creer, sonaban como un quinteto y solo tres músicos hacían surgir todos aquellos sonidos, magia absoluta. No tardé en convertirme en un convencido confeso de esta demoledora fórmula de tres músicos, sin duda se trata uno de los mejores tríos del rock, de los llamados power trio, ya sabes, The Cream, The Jimi Hendrix Experience, Emerson, Lake & Palmer, Le Orme, y otros más, bueno tú sabes, no es el objetivo de las presentes líneas hacer un listado de los mejores power trios, estos son solo algunos, de los que me acordé en este momento, seguramente porque son los que me gustan más y sin duda Rush es uno de esos grandes tríos en la siempre inconclusa historia del rock.
Es arriesgado decirlo, pero creo que mi disco favorito de su generosa producción musical es Moving Pictures, álbum pletórico de un excelso rock progresivo pero lo menciono sin ánimos de demeritar el valor de todas, absolutamente todas sus producciones, muchas de ellas están invadiendo los límites de la genialidad.
Hablando de temas musicales, bueno, son muchos, Limelight, Coser to the heart, La Villa Strangiato, Spirit of the radio, Maratón, Subdivisions, Red Barcheta, Tom Sawyer, Vital signs, pero cuando escuchamos YYZ entonces entendemos porque estos tres canadienses son tan grandes, inmensos. Mira, yo pienso, y si no estás de acuerdo me dices, pero desde mi punto de vista YYZ es una de las mejores canciones de rock jamás escritas, no tiene la atención mediática de otros temas musicales, de hecho Rush como banda de rock carece sensiblemente de los coqueteos de la mercadotecnia, lo que definitivamente habrá que celebrar, pero YYZ tiene todo lo necesario para ser reconocida como una de las mejores cosas que le han sucedido al rock, no tengo la menor duda, la potencia de Neil Peart en la batería es demoledora, no se necesita aporrear los tambores sin misericordia ni buscar hacer más ruido, se trata de tocar, no de golpear, se trata de derrochar sensibilidad y eso de ninguna manera es renunciar al poder, al contrario, es sublimarse hasta alturas inhóspitas. Al lado del bajista Geddy Lee, Neil Peart formó una de las mejore secciones rítmicas en el rock, de la estatura de, por ejemplo, Ian Paice y Roger Glover de Deep Purple, o Mike Fleetwood y John McVie de Fleetwood Mac, o de John Bonham con John Paul Jones en Led Zeppelin, es decir, estamos hablando de otro nivel, genialidad absoluta.
Antes de redactar las presentes líneas me enteré de la muerte de Carlos Alvarado, tecladista integrante de Chac Mool, uno de los pilares del rock progresivo mexicano, no ocuparemos de él en el próximo Banquete si Dios no dispone con contrario, ya ves, definitivamente, el rock está de luto.