Ya pasó la Navidad, pasado mañana nos reuniremos para esperar el Año Nuevo a las 12:00 y a los pocos días vendrá el día de Reyes. Estamos en el corazón de la temporada de fiestas. Desde el nacimiento que se reproduce como decoración navideña en los hogares cristianos del mundo, nos es narrada una conocida escena. El niño Jesús, profeta principal del Cristianismo y miembro de la Santísima trinidad que representa el Dios de dicha religión, ha nacido en un pesebre, rodeado de animales. La noche anterior, la había pasado su padre pidiendo posada para que su esposa embarazada pudiera dar a luz. Se acercan tres reyes magos a la familia, llevando regalos al mesiánico infante. Guiados por una estrella, un multiracial, mágico y noble grupo conformado por Melchor, Gaspar y Baltasar llegan a dar Oro, Mirra e Incienso como ofrendas.
Aprovechando la fecha, esta vez quiero a reflexionar sobre el nacimiento navideño, en un año que ha visto la política migratoria recrudecer en todo el mundo, en especial en el continente americano. El gobierno de Estados Unidos ha llevado a cabo una guerra sin cuartel contra la migración, realizando redadas migratorias, dificultando los trámites de visado y propagando retórica antiinmigrante. Mientras tanto, las políticas migratorias en México se han endurecido considerablemente luego de recibir la presión de nuestro vecino del norte en la forma de amenazas arancelarias.
En este contexto, vale la pena retomar lo señalado por el Papa Francisco durante la inauguración del nacimiento colocado en el Vaticano. En este evento, el pontífice habló de que Jesús fue un migrante. Efectivamente, de la narrativa de las canciones de las tradicionales posadas mexicanas, podemos deducir que María y José venían migrando cuando llegan a Belén buscando un lugar donde quedarse, hasta que alguien con un buen corazón (y un establo) les dio posada.
En términos estrictamente bíblicos, la migración forzada de la familia de Jesús vino después, cuando huyeron de Belén a Egipto perseguidos por el rey. Esto resuena agudamente con las historias de las personas que diariamente huyen de sus hogares escapando de la violencia, de las que habló el Papa en su mensaje navideño:
“Que el hijo de Dios que bajó del cielo a la tierra sea defensa y apoyo para cuantos a causa de la injusticia deben emigrar en busca de una vida segura. La injusticia los obliga a atravesar desiertos y mares, transformados en cementerios. la injusticia los fuerza a sufrir abusos indecibles, esclavitudes de todo tipo y torturas en campos de detenciones inhumanos la injusticia les niega lugares donde podrían tener la esperanza de una vida digna y les hace encontrar muros de indiferencia.” (Mensaje Navideño 2019 – Papa Francisco).
Afortunadamente para la redención de los pecados de la humanidad, no existían restricciones migratorias para que la familia de Jesús pudiera escapar de las política infanticida del Rey Herodes. En este espíritu, el “Belén”, fue representado en las latitudes amuralladas aludidas por el Papa en iglesias en Claremont, California y Tulsa,Oklahoma, con referencias a la política de separación familiar de Donald Trump. En Claremont, aparecen los miembros de la familia de Jesús en tres jaulas diferentes. En Tulsa, hay un cerco de alambre a su alrededor, en lugar de un establo.
En última instancia, lo central de estas interpretaciones es que invitan a tener una visión más sensible en cómo tratamos a quienes más necesidad tienen, sean estos pobres, migrantes, o ambas. En la política y en la cultura, hace falta poner en el centro la solidaridad con quienes vienen de lejos para buscar una mejor vida, en especial en este friazo decembrino. La solidaridad hacia los pobres, los migrantes y los refugiados, debe ser un valor humano que se mantenga vivo más allá del calendario de adviento.
¡Felices fiestas y feliz Año Nuevo!
Posdata:
Notable que esta historia no aparece en la Biblia. En Mateo 2, se dice que “Cuando Jesús nació en Belén de Judea en los días del Rey Herodes, vinieron del oriente a Jerusalén unos magos diciendo ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Por que su estrella hemos visto en el oriente y venimos a adorarle”. Nada se dice sobre reyes y los nombres “Melchor, Gaspar y Baltasar” no aparecen en el pasaje. Por la localización geográfica, es poco probable que hubiera un africano entre ellos, debieron ser más bien persas o chinos. Por otra parte, es interesante que sean magos. ¿Se trata de gente que hace trucos, o de hechiceros? Por ahora, nos quedamos con la duda.