Si nos tomamos un momento para reflexionar y observar detenidamente los diferentes tipos de bienes y productos de consumo que tenemos a nuestro alcance, podemos darnos cuenta de que el transporte de carga juega un papel fundamental en la satisfacción de nuestras necesidades, en el éxito de las empresas y en las economías urbanas y globales [1]. Para comprender su importancia sólo basta con recordar los efectos experimentados en Aguascalientes durante los periodos de escasez de combustibles.
En función del origen, tipo de mercancía y costo el transporte de mercancías puede ser marítimo, terrestre o aéreo. El transporte terrestre es la alternativa más utilizada para distancias cortas y puede realizarse por vía férrea o carretera, siendo el autotransporte el modo más utilizado para mover mercancías en el país. Esto se debe a su adaptación a cualquier tipo de carga, su velocidad de respuesta, accesibilidad, penetración y al Producto Interno Bruto (PIB) que genera [2]. En 2018 su aportación al PIB fue de 3.2%, dio empleo a un millón 134 mil personas en 2017 [3].
Es la distribución de mercancías al interior de las ciudades, tradicionalmente conocida como logística urbana, la que implica retos cada vez mayores. Esto se debe en gran medida a que no siempre se considera el impacto del crecimiento de la ciudad en su capacidad de para transportar bienes de manera eficiente, es decir, no se visibiliza que el transporte de carga competirá por el espacio en el viario urbano [1].
La logística urbana contempla la introducción de carga a la ciudad, es decir la introducción de productos a la zona urbana en grandes almacenes o Centros de Distribución; y la distribución urbana de mercancías (DUM) orientada al abastecimiento y entrega de bienes al punto de venta o consumo final a través de recorridos periódicos fijos o semifijos. Los camiones que tradicionalmente vemos haciendo DUM están asociados con el comercio al por menor; entrega de muebles, electrodomésticos, herramientas, entre otros; mensajería y paquetería, materiales de construcción, hoteles y restaurantes, recolección de basura y transporte industrial. Es un tema común tanto para las ciudades grandes como para las emergentes que tiene repercusiones directas en la calidad de vida de las personas y en el medio ambiente.
En Aguascalientes, la Ley de Movilidad [4] busca establecer un marco general en torno al tema reconociendo al transporte de carga por su tipo de financiamiento (público y privado), peso (ligero -de hasta 3.5 toneladas y pesado -de más de 3.5 toneladas) y tipo de servicio (materiales para construcción o materialista; de líquidos a granel; grúas de arrastre y carga especializada). Prevé y confiere el establecimiento y autorización de horarios y las vías de circulación de vehículos de carga en atención a dimensiones y peso; el establecimiento de zonas de carga y descarga a los municipios. Con respecto al servicio señala que las tarifas y formas de pago serán convenidas por los prestadores de servicios y los usuarios; el servicio podrá ser negado cuando la carga ponga en riesgo la seguridad pública o cuando el prestador de servicios desconozca su naturaleza. A fin de evitar la proyección de objetos, los vehículos destinados a este fin deberán contar, en la parte posterior con cubrellantas, antellantas o guardafangos. Los camiones de carga general, por su parte, deberán pesar hasta 40,000 kilos (con todo y carga); ser de máximo 8 metros; tener 12 metros o menos con remolque; tener una altura máxima de 4.05 metros y un ancho máximo de 2.60 metros.
Los procesos de carga y descarga deberán realizarse en los espacios destinados a ello tomando las medidas necesarias a efecto de no afectar la integridad física de las personas y los propios bienes. La prestación del servicio de carga podrá negarse cuando el vehículo no reúna las características necesarias para su transportación o cuando se trate de materiales, sustancias o productos cuya posesión o tráfico se encuentre prohibido o limitado por la ley. No deberá abastecerse combustible con carga a bordo, y la carga deberá ser cubierta con una lona cuando se puedan ocasionar desprendimientos de ella que causen molestias o lesiones a peatones y automovilistas.
Con respecto a la circulación, se indica que los vehículos de carga mercantil o públicos, clasificados como pesados, deberán transitar por el carril derecho, salvo en aquellas vías en las que exista un carril exclusivo para el transporte de pasajeros o cuando dicho carril tenga otro uso u obstáculo que lo impida. Los vehículos destinados al transporte de carga deben contar con una póliza de seguro; sujetarse a los horarios y rutas establecidos para tal fin en concordancia con la naturaleza de la carga, peso y dimensiones del vehículo, así como de la intensidad del tránsito y el interés público. Las maniobras de carga/descarga deberán realizarse sin entorpecer flujos peatonales o de automotores tanto en los predios que cuenten con espacio para ello como en espacios y horarios autorizados por la Secretaría de Seguridad Pública o la dependencia municipal, según sea el caso.
Los conductores que no cuenten con la autorización para transitar; o que transporten carga que: 1) sobresalga en la parte delantera o posterior (sin señalamiento) o que ponga en peligro a las personas o al bien transportado; 2) que estorbe la visibilidad del conductor o dificulte la estabilidad o conducción del vehículo; u 3) oculte luces del vehículo, espejos laterales, interiores o sus placas de circulación; se esparza o derrame en la vía pública; y esté mal asegurada. Asimismo se establece que los equipos manuales de reparto de carga y de venta ambulante de productos provistos de ruedas que no requieran más de una persona, podrán circular en la superficie de rodamiento, lo más cerca posible de la banqueta y en el mismo sentido que la circulación.
Aunque las generalidades de la logística urbana están previstas en la Ley, será necesario que entre otras cosas busquemos establecer una hoja de ruta para mejorar los procesos asociadas a ella, disminuir su impacto ambiental, y garantizar la seguridad de sus repartidores y usuarios. Es necesario también que se identifiquen las zonas en las que será necesario establecer horas y espacios de carga y descarga (e.g., central de abastos y centros comerciales); se promueva e incentive la renovación periódica de las flotas y el uso de vehículos eléctricos o tecnologías más amigables con el medio ambiente para este fin; se incentive y apoye la creación de infraestructura logística complementaria (e.g., centros de distribución y cross docking) que evite que camiones de grandes dimensiones circulen al interior de la ciudad y su zona metropolitana; se incentive la implementación de estrategias de transporte compartido y colaborativo de mercancías para disminuir el número de viajes en vacío y los costos asociados a la DUM (que llega a representar hasta el 40% del costo total del producto); y por supuesto, se establezcan los mecanismos y controles necesarios para garantizar el cumplimiento de las leyes, reglamentos y normas asociadas a esta actividad.
Referencias
[1] Regional Plan Association y Volvo Research & Educational Foundation. (2016). La importancia del transporte de carga: Estrategias para transportar bienes en áreas metropolitanas.
[2] Jiménez-Sánchez, J.E., Jiménez Castillo, J. (2016). Logística del autotransporte de carga: estrategias de gestión. Instituto Mexicano del Transporte. Sanfandila, Qro.
[3] Inegi (2019). Colección de estudios sectoriales y regionales: conociendo la industria de autotransporte de carga.
[4] Gobierno del Estado de Aguascalientes (2018). Ley de Movilidad del Estado de Aguascalientes. Disponible en https://bit.ly/36g3cxZ