Una velada con los maestros / De imágenes y textos - LJA Aguascalientes
03/01/2025

La noche del martes fui afortunado en compartir una velada literaria con grandes maestros y mentores, el pretexto fue la presentación del libro del Maestro Francisco Javier Othón titulado Río de sombras, una novela biográfica publicada por Editorial Palabras Palibros que narra, desde la visión de un adolescente lo sucedido en aquel 1968, y que sin duda orilla a la reflexión del suceso y su impacto en la sociedad mexicana a través del inconsciente colectivo que obliga a mantener viva aquella frase “2 de octubre no se olvida” y ese legado de lucha constante por un estado social equilibrado, equitativo aun no alcanzado. 

Según Carl Jung, el inconsciente colectivo es “una plataforma común, compuesta por arquetipos que modelan nuestra individualidad”, la existencia de imaginarios y símbolos contextuales de una sociedad que no se adquieren por procesos de enseñanza aprendizaje, sino por la experiencia del contexto social, el día a día que trasciende independientemente de nuestra historia individual. Entonces, el arquetipo de Jung está conformado por las fantasías y las representaciones oníricas que tienen vínculo con relatos extraordinarios, leyendas, mitos y que establecen las experiencias de los individuos.

Este movimiento social, el movimiento estudiantil de 1968 deja la posibilidad abierta para abordarlo desde diferentes aristas y la novela creo yo es una de las líneas más interesantes y ricas para el desarrollo y análisis del suceso. 

Esa noche del martes, mi hijo Juan Pablo y yo tuvimos la fortuna de compartir una charla amena dentro y fuera de protocolo con tres grandes pensadores de nuestro entorno, sin duda el Maestro Francisco Javier Othón autor del libro, el Maestro Américo Colón Villán quien hizo los honores para la presentación de la publicación y el Maestro Rafael Aranda entre el público asistente, como siempre atinado en sus comentarios. Exquisita presentación, una novela que puede llevarse a la pantalla de plata con un éxito garantizado; un público entregado a la charla, el Maestro Othón un docente que sabe cómo hacer pensar a sus estudiantes, cómo acercarlos y enamorarlos de la literatura, un dedicado a la transmisión del conocimiento y la cultura; el aula Laureate de la Universidad del Valle de México campus Aguascalientes rebosó de exalumnos de preparatoria ávidos de escuchar al docente que dejó huella en ellos, ahora estudiantes universitarios, egresados de licenciaturas varias, los amigos y admiradores como un servidor, colegas y familia, nos dimos cita para escuchar de voz del autor varias reflexiones sobre el origen y desarrollo de Río de sombras

Gratificante como enriquecedora la charla posterior al evento que junto con los Maestros Colón y Aranda abordó temas que aun cotidianos se convierten en interesantes y relevantes. 

En este tipo de eventos es cuando nos podemos dar cuenta que las nuevas generaciones van por buen camino, se necesitan personas dedicadas a la transferencia del conocimiento tan diligentes y preparadas como estos tres docentes; buscar la manera, la forma y el fondo para poder dejar un legado que permita de alguna manera despertar el interés por la búsqueda de una sociedad pensante. Otro factor relevante es la tecnología, su manejo, su uso, decía el maestro Othón, en un momento de su vida llegó a pensar que no había suficiente información disponible sobre el tema del movimiento estudiantil de 1968, seguramente en años posteriores a la tragedia fue difícil hacerse de datos, números, cifras, relatos, que dieran luz a la búsqueda de la verdad, ahora, 51 años después, con la información al alcance de un clic, la situación cambia, los datos fluyen, los reales y los falsos claro está, material gráfico, audiovisual, grabaciones de audio, ilustraciones y hasta objetos de la época que dejan patente el hecho, listo para ser analizado, interpretado y compartido con las nuevas generaciones. Recuerdo bien que alguna vez mi abuela me comentó que esa noche del dos de octubre de 1968 ella estaba asustada y angustiada pues uno de sus hijos trabajaba para la Cruz Verde, un servicio médico y de primeros auxilios de la Ciudad de México, ahora el Hospital General Balbuena, su trabajo fue levantar heridos y… muertos en Tlatelolco, mientras su otro hijo, el menor era estudiante en San Carlos de la carrera de diseño gráfico, él y sus compañeros hacían los carteles contra el gobierno opresor de Gustavo Díaz Ordaz; mientras uno dibujaba soldados en forma de gorilas caricaturizados, al mismísimo presidente en turno al más puro estilo gorila, el otro levantaba caídos, mi abuela sólo pedía que sus hijos no se fueran a encontrar dentro de ese entorno, porque eso quería decir que uno de ellos estaría mal herido o sin vida, pero afortunadamente no fue así.

Las veladas con Maestros de ese calibre siempre son enriquecedoras, son clases magistrales impartidas no por uno, por tres excelentes docentes, que sin duda han dejado huella en la vida de miles (sin exagerar) de mexicanos que ahora ven el panorama nacional y mundial de otro color, matizado con el conocimiento de una guía experimentada que hace más clara la comprensión de los sucesos.

Excelente libro, Maestro Francisco Javier Othón, excelente charla, Maestros Américo Colón y Maestro Rafael Aranda, estoy convencido que la oralidad como en aquellos tiempos es tan trascendental y vigente como la tecnología que ahora la soporta y la difunde, enhorabuena maestros y que el creador les preste más años de vida para continuar con la tarea que les fue encomendada. 

 


[email protected] | @ericazocar

 


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