La OSA en la noche de Santa Cecilia / Orquesta Sinfónica de Aguascalientes - LJA Aguascalientes
22/11/2024

Después de un par de años de su breve gestión como director interino de la Orquesta Sinfónica de Aguascalientes, el maestro Iván López Reynoso se presentó la noche del pasado viernes en el escenario del Teatro Aguascalientes para la celebración del cuarto concierto de la última temporada del año 2019, evidentemente todavía falta el Cascanueces, una tradición de no sé cuántos años con los que inicia la temporada navideña en lo que a música se refiere. La Sinfónica suele hacer una serie de concierto en este marco navideño y ya estaremos al pendiente de estas fechas.

Un trabajo excelente del maestro, me asombra, sobre todo, cómo en tan poco tiempo de trabajar directamente con la OSA, solo una temporada en su calidad de interino después de la salida del maestro Revueltas y la llegada del maestro José Areán, López Reynoso tomó las riendas de nuestra máxima entidad musical y su mano se notó de inmediato, y dejó ahí su manera de hacer y entender la música, los integrantes de la OSA no tardaron en interpretar la batuta del maestro Iván López Reynoso y definitivamente dejó ahí su rúbrica en su fugaz paso por Aguascalientes.

La noche del pasado viernes 22 de noviembre, día de Santa Cecilia, patrona de los músicos, -aprovecho para felicitar a todos los que trabajan en este maravilloso arte- disfrutamos de un maravilloso concierto, ya el programa era sumamente atractivo, pero la ejecución del mismo estuvo a la altura de las exigencias de las obras programadas. Solo dos obras de dos compositores diferentes, un ruso y un finlandés, países antagónicos, por cierto, en los tiempos de Sibelius pero sin duda reconciliados por la música, la música tiene esa particularidad, como todas las formas de arte, sin duda, de hermanar al género humano más allá de las diferencias de nacionalidades, de raza, de creencias religiosas o de cualquier otro factor, la música tiene ese impresionante e implacable poder transformador.

Iniciamos escuchando la Suite de El lago de los Cisnes basado en el ballet, quizás uno de los más conocidos en la siempre inconclusa historia de la música, del compositor ruso Piotr Ilich Tchaikovsky. Después del intermedio, un verdadero monumento del sinfonismo universal, la Sinfonía No. 1 de Jean Sibelius. Como ya lo hemos comentado, el trabajo de dirección le fue encomendado al maestro Iván López Reynoso.

De verdad un trabajo exquisito, la concepción de la música que tiene el maestro y la manera de interpretar, de externar esa concepción musical, convencer a los músicos, tarea nada sencilla, de que esa es la forma correcta, es lo que nos deja finalmente satisfechos, vamos, se necesita una batuta sin complejos, decidida a tomar riesgos y un dominio absoluto de la partitura. Me queda perfectamente claro que la Orquesta Sinfónica de Aguascalientes es una orquesta muy noble, la he visto salvarle la cabeza a más de un director y tratar con dignidad a la música, aun cuando hemos visto a directores, por fortuna siempre invitados, perdidos por completo y no obstante, la OSA saca adelante el compromiso y trata a la música con la dignidad que merece.

Por otro lado, cuando están dirigidos por un maestro que tiene ideas claras, que sabe a dónde quiere llegar, y más todavía , cuando orquesta y director ya se conocen y saben que juntos pueden hacer cosas geniales, es entonces cuando invariablemente surge la magia, como surgió puntualmente esta noche de Santa Cecilia.

El concierto en general mantuvo un primerísimo nivel en la calidad de ejecución, sin embargo, hubo momentos de ensueño, excelsos en donde la música inundó todo el recinto impregnándolo del delicioso aroma que surge del entendimiento pleno entre los intérpretes, comunicación absoluta, de esas veces que al director solo le basta el movimiento de sus ojos, un breve gesto de su boca, quizás mover ligeramente un hombro, mover los dedos de su mano izquierda de manera casi imperceptible para que los músicos entiendan lo que el maestro les está pidiendo, aquí en cuando notamos el duro trabajo en los ensayos, es ahí justamente en donde se aprecia el trabajo del director, entonces la noche del concierto no es más que la cereza del pastel, resulta sumamente disfrutable, no sólo para el público, lo que es por supuesto obvio, sino por los mismos músicos, podemos ver sus rostros, su expresión, se adivina la satisfacción de saber que se están haciendo las cosas bien. Uno de esos momentos de evidente excelsitud fue el segundo movimiento de la Sinfonía de Sibelius, una ejecución intensa, profunda, íntima, deliciosa en pocas palabras.

La última temporada de conciertos de la OSA del año 2019 termina la próxima semana con tres funciones del ballet El cascanueces de Tchaikovsky, las fechas son el jueves 29 y viernes 30 a las 20:00 horas y una tercera función el domingo a las 12.30 horas, en todos los casos bajo la dirección del maestro José Areán, titular de la Orquesta Sinfónica de Aguascalientes y con alumnos de la Escuela de Danza Georges Berard. Por ahí nos veremos entonces si Dios no dispone lo contrario en la casa de la Sinfónica, el Teatro Aguascalientes.



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