Dos violines, una viola y un cello en las manos prodigiosas de los músicos integrantes de Borealis String Quartet parecían contar historias ancestrales de los propios instrumentos, como en el filme El violín rojo, donde él es un personaje más que cautiva a quien lo toca, así parecían los músicos en esta noche como poseídos por la música y el vaivén de las notas.
Los integrantes del cuarteto participaron no sólo en su presentación del concierto sino también estuvieron en contacto durante toda la semana con los estudiantes que asistieron a las diferentes clases maestras de este quinto Festival de música de cámara organizado por el instituto cultural de Aguascalientes.
Patricia Shih, Yuel Yawney, Nikita Pogrebnoy y Shih- Lin Chen se hablaban sin palabras, las expresiones de su rostro parecían las mismas cuerdas de sus respectivos instrumentos y sus cuerpos sobre los asientos iban y venían como si dentro, en el escenario hubiera detrás de ellos unos hilos gigantescos que los movieran, pero en realidad sólo la música.
Es el quinto concierto de la semana de festival que concluirá este próximo domingo con la entrega del premio Manuel M. Ponce que al igual que las presentaciones musicales será en el teatro Morelos.
En el programa del cuarteto estaba incluida una pieza de Beethoven, de Kelly-Marie Murphy y de E. Grieg; la primera pieza con la que iniciaron era una evocación al fuego en una analogía con la vida, así como el fuego crece, se extingue, baila al ritmo del aire, en ocasiones parece que va a morir y después renace con una fuerza que pareciera impensable, así las personas viven.
Entre los asistentes al concierto había un buen número de los jóvenes estudiantes del festival que son no sólo de Aguascalientes, sino de diferentes estados de la república e incluso en este año recibieron un grupo del extranjero, así como público en general que silenciosos disfrutaron de cada una de las piezas musicales y del deleite de ver a los ejecutantes apasionados en el escenario.
Hubo varios momentos en que entre una y otra pieza musical se alcanzaban a escuchar suspiros o leves golpes de los zapatos de los integrantes del cuarteto en el piso y era efectivamente porque la entrega y la fusión con lo que estaban interpretando.
Los integrantes de Borealis strin Quartet recibió un patrocinio de la fundación cultural Chimei de Taiwán que les permite usar instrumentos históricos, de entre los años 1600 y 1700 y son también residente d ela universidad de la Columbia Británica donde cada uno de ellos ofrece clases maestras y enseñan música de cámara en una universidad de Vancouver.