De la Universidad Panamericana (UP) Campus Bonaterra emana, una vez más, un proyecto pensado para apoyar el desarrollo de habilidades en los niños de entre dos y cinco años de edad.
En esta ocasión, se trata del proyecto para maestría en ciencias que ha comenzado a desarrollar Luis Gustavo Quezada Patiño, asesorado por el doctor Carlos Delgado y basado en tecnología de realidad aumentada que busca acercar a los infantes y a las instituciones educativas una herramienta de aprendizaje a un costo accesible; es un juego de memoria que permite a los usuarios combinar la realidad, lo tangible, con el uso de la computadora.
Basado en la teoría de aprendizaje significativo, que plantea la
posibilidad de relacionar conocimientos adquiridos previamente con los
nuevos, Luis propone el uso de tarjetas de memorama comunes que, al ser
detectadas por una cámara para computadora de determinada resolución
hagan aparecer en la pantalla personajes y objetos en tercera
dimensión.
La intención, dice, es que con el juego se pueda identificar o
diseñar una estrategia óptima de aprendizaje para el niño, de modo que
desarrolle su inteligencia.
Aunque Luis apenas está iniciando el proyecto, con el diseño de los
patrones que se convertirán en figuras animadas, ya tiene claro que la
herramienta podrá aplicarse ya sea como un simple juego de memoria o
bien en apoyo al desarrollo de habilidades matemáticas o de otro tipo,
mediante la relación de objetos (la tarjeta del número uno, con un
dibujo de una persona; la letra A con la imagen de una abeja, etc.) e
incluso como una especie de calculadora, incluyendo tarjetas con los
signos de suma, resta y multiplicación.
Por otro lado, indica que “no estamos descubriendo el hilo negro”,
sino utilizándolo para acercar a los habitantes de nuestro país
tecnología que sólo existe en naciones de primer mundo; explica que con
una inversión mayor y tecnología más sofisticada, la realidad aumentada
serviría en el estudio de la medicina, permitiendo visualizar imágenes
en tercera dimensión de partes anatómicas, músculos, huesos, etc., con
la posibilidad de observar sus movimientos y todos sus aspectos.
Asimismo, ejemplifica, podría servir para industrias como Petróleos
Mexicanos (Pemex), ya que permitiría colocar los ductos con mayor
precisión; incluso, hay países donde esta tecnología es usada como una
especie de radiografía: usando sensores en el cuerpo humano, puede
observar el cuerpo desde adentro, de una forma no invasiva, con lo que
ayuda a precisar un diagnóstico.
Quezada Patiño explica que lo que hace accesible a su proyecto es el
uso de “herramientas de código libre”, que consiste en tecnología
desarrollada por otras personas, incluso comercial, que puede ser
utilizada a conveniencia de quien la adquiere.
Por esta misma razón, dice, la inversión que se ha hecho ha sido
prácticamente de tiempo y cuando quede el prototipo quede terminado
–podría ser a finales del año-, piensa entregarlo a las instituciones
por una cuota de recuperación simbólica, para no perder el objetivo de
ayudar.