A propósito del 444 aniversario de la emisión del documento que le dio existencia legal a la Suave Matria, ¿cuál sería la imagen de la urbe que más le gustaría en este momento? Las opciones son infinitas; tantas como personas vivimos en todos los rumbos de la ciudad, tantas como las circunstancias de cada día, de la mañana a la noche, de enero a diciembre, los trabajos que frecuentamos, las escuelas, los templos, los centros de diversión, las calles y plazas, los mercados; la ciudad pobre, sucia, violenta, la silenciosa, la tranquila, la monumental, la pagada de sí misma, la ciudad antigua, esa en la que conviven edificios señoriales con multitud de alambres de todo tipo.
En fin. Como digo, las opciones son infinitas. Por mi parte en esta ocasión me quedo con esta imagen de plácida tranquilidad, un grupo de hombres sin prisas, que sacan a la calle en el Jardín del Encino una mesa y sillas para jugar una partida de dominó, en una noche fresca, acogedora.
¿Qué más se puede pedir? (Felicitaciones, ampliaciones para esta columna, sugerencias y hasta quejas, diríjalas a [email protected]).