- Tanto el IMSS como el Issea no cuentan con tratamientos para demencias; el Issste tiene un recurso escaso
- El costo de un tratamiento puede ir, en la primera etapa, de dos mil a cinco mil pesos; en la segunda o tercera, hasta 25 mil pesos
La doctora Carolina Bernal López, vicepresidente de la Fundación Familiares de Alzheimer Aguascalientes, explica que la aceptación que hay sobre las enfermedades catalogadas como demencias es baja, no sólo por el dolor sicológico que esto representa, sino porque no existe conocimiento sobre cómo averiguar si alguien tiene un deterioro cognitivo que le permita desarrollar una enfermedad más grave.
Los síntomas más fáciles de detectar son los siguientes: alteraciones de la memoria a corto plazo (la de largo plazo puede prevalecer, pero se olvidan acciones como tomar el medicamento, si ya se comió, etc.), cambios en el lenguaje que afectan en actos que hacían cotidianamente (dificultades para expresar una idea o interpretarla), cambios de conducta o personalidad (reacciones y emociones intensos), cambios en el juicio o en el comportamiento social (anomalías que no se hacían, ejemplo, quitarse la ropa en reuniones), desorientación en tiempo y lugar (perder sentido de ubicación), olvido de actividades regulares en la vida diaria (ejemplo, cepillarse los dientes sin la pasta), por mencionar las más fáciles de identificar. Todos estos síntomas, se deben a las afectaciones que el paciente tiene en las funciones ejecutivas del área frontal del cerebro.
Carolina Bernal López expone “cada alteración que manifieste el paciente, está reflejando una falla en el funcionamiento de las neuronas” y eso tiene consecuencia en que se comienzan a presentar fallas en el hipocampo, así como en las áreas frontales y temporales del cerebro, lo cual conduce a las demencias. Asegura que ha tratado casos en donde les da el diagnóstico a los familiares sobre un padecimiento degenerativo en el cerebro y éstos muestran negación, pues esa clase de enfermedades no tienen retorno, sino que seguirán progresando. Por esa razón se sabe que existe falta de conciencia y conocimiento en el tema de las demencias, lo cual genera retraso en los tratamientos.
Al respecto de quienes ya tienen detectado el deterioro cognitivo como señal de demencia, se enfrentan con dificultades graves, explica la vicepresidente. Una de ellas es el carecimiento de los medicamentos en los servicios de salud sociales (IMSS, Issea), y el deficiente servicio del Issste, que al ser el único que provee sólo algunos, carece de volúmenes sustanciosos para satisfacer las necesidades de la sociedad; “tratamiento farmacológico muchas veces no lo reciben”, asegura la doctora.
Costear un tratamiento privado para alzheimer, o demencia en general, tiene un precio entre dos mil o cuatro mil pesos mensuales, sólo en medicamento. A eso se le tiene que agregar consultas o estímulos particulares como terapias físicas. Lo anterior sólo en la primera etapa, la segunda y tercera etapa puede ascender a la cantidad de 25 mil pesos, según da su testimonio Margarita Vidals, familiar y cuidadora de un paciente con Alzheimer.
La realidad es que un número considerable de familias no lo pueden pagar. Carolina Bernal López señala que sí se necesita una unidad especializada para ese sector, pues México demuestra un retraso en dichos tratamientos, así como en la investigación. Las alteraciones en el cerebro pueden iniciar desde 30 años antes del inicio de los síntomas, es decir, si un paciente que empezó a los 60 años con esas deficiencias, en realidad su cerebro se comenzó a dañar a los 30 años. Lamentablemente en México los servicios de salud no cubren esas necesidades con el argumento de que son incosteables y esto representa un descuido en el sector geriátrico y neurológico.