Estimado lector, después de mucho tiempo la entidad que se encuentra en el centro del país, esa que dice ser la mitad de la república amorosa que gobierna el paciente de hipertensión, el lugar donde por el momento pernocto; después de mucho tiempo, Aguascalientes es noticia en el ámbito internacional por la tromba que nos cayó sin piedad ni clemencia. Eso de ser mediáticamente atractivos sólo el gober le compite a los fenómenos climatológicos, ya ve que anda en top 10 de los mandatarios de la nación, es como el gerente del mes del país; bueno, pues la tromba del sábado 13 de julio nos demostró que esta ciudad como cada año no está preparada para enfrentar este tipo de fenómenos. Anécdotas, seguro ya escucho muchas, vivencias chuscas y drásticas, momentos de angustia e imágenes que salieron de la entidad y llegaron más allá de Tenochtitlan. ¿Qué deja a la reflexión?, que por más que estamos haciendo esfuerzos por revertir el daño a la naturaleza, al parecer es demasiado tarde, no sólo vemos fenómenos de este tipo en una zona del país semidesértica como Aguascalientes, casos inusuales por todos lados, por todo el mundo. Una de las imágenes más impactantes de las que circularon en las redes sociales y en los medios de información tradicionales fue la del Auditorio Morelos, durante un encuentro internacional de Voleibol, la tromba ocasionó que una de las paredes del recinto cediera provocando la entrada del agua con mucha fuerza obviamente inundando parte del lugar. En este caso la pregunta obligada es ¿quién remodeló el inmueble?, que por cierto pertenece a la Universidad Autónoma de Aguascalientes, qué materiales utilizaron, quién se ahorro unos pesos y no hizo bien su trabajo; o en otro escenario, quién autorizó instalar un espectacular a lado de un restaurante-bar, dentro de las instalaciones del estacionamiento del mismo, yo entiendo que por ese tipo de estructuras que se utilizan como medio publicitario, al dueño del predio le pagan una renta jugosa, sin embargo, se debería garantizar que la instalación se hiciera bien, con cimentación para soportar estructuras de la altura y peso como lo que vimos caer. En fin, insisto, el tema rebasó la frontera pero quedó ahí, el fenómeno natural que puso en caos a la ciudad capital de una de las entidades más pequeñas del país; pero y las fallas en las construcción de varios inmuebles afectados, los problemas de drenaje y alcantarillado, cada año nos azota una tromba similar, hasta parece que alguien aprieta un botón para que por estas fechas avenida López Mateos regrese a ser el río que fue, es como el sargazo, ya sabe que nuestro paciente de hipertensión dice que es Felipe desde su isla maldita quien está produciendo y mandando miles y miles de toneladas hacia la Rivera Maya, acá debe ser don Carlos y Lorenita quienes tienen un globo aerostático con equipo sofisticado para provocar tormentas en la entidad.
La reflexión local de este asunto, quitando lo espectacular de la noticia, es que, al parecer no hemos aprendido del pasado, de la experiencia que nos ha dejado el que las lluvias hagan flotar contenedores de basura, se lleven vehículos pesados, recuerda aquella imagen del autobús urbano que detuvo a la camioneta para que no se la llevara la corriente, no pasó el sábado pasado, fue hace un año y las alcantarillas y nuestro sistema de drenaje sigue igual, algo anda mal, ¿no cree?
En fin, no pensemos que el problema es por mal manejo de recursos, por desidia, por ignorancia, por corrupción, mejor quedémonos con la idea de que los mexicanos tenemos mala memoria, se nos olvida con sorprendente rapidez lo que aprendemos a base de trancazos, o mejor dicho, a base de inundaciones.
La política es como una novela, como un programa de espectáculos, los chismes de las estrellas y mire que no lo digo de manera despectiva, a la mayoría los habitantes de esta hermosa pero dolida nación les encanta saber de la vida privada de las estrellas, por eso las revistas para el corazón venden bien, es la apuesta por distraernos de la triste realidad, eso y los memes son nuestras válvulas de escape; fije su atención a los temas que están en la agenda nacional; Aguascalientes, claro está, por aquello de la tromba -sensacionalista pero real- el caso Baja California, el Congreso local y su gobernador electo, la moraleja del caso y de la nota, sí el pudo cambiar la Constitución por qué no podría nuestro paciente de hipertensión hacerlo; es como Pedro y el Lobo o tal vez otras narrativas televisivas que mantienen al espectador entretenido. ¿O qué me dice del caso de la renuncia de Carlos Manuel Urzúa Macías?, pero sin duda la nota que está en ocho columnas, en los canales de televisión, en las redes sociales y hasta en los periódicos sensacionalistas, es el video de “Javidu” el 15 de abril de 2017 en Laguna de Atitlán, Guatemala, donde de manera “sorpresiva” informa que tuvo un acuerdo con las autoridades federales de ese momento para entregarse a cambio de la tranquilidad de su familia, posteriormente en una entrevista radiofónica que le concedió a Ciro Gómez Leyva desde el penal donde está hospedado el amigo “Javidu”, suelta nombres a diestra y siniestra de los funcionarios involucrados en esos acuerdos hechos bajo la mesa.
Nuestra política es como un programa de espectáculos, el evento sensacionalista ahí está, aunque no se corrobore su autenticidad, lo importante es despertar el morbo, generar la expectativa, desatar el comentario y el análisis de “opinión”; pareciera que nuestra opinión pública de conforma con el primer impacto y lo demás viene sobrando, de hecho como le decía, los mexicanos tenemos mala memoria, se nos olvida con sorprendente rapidez lo que aprendemos a base de trancazos, nunca hemos tenido buenos gobiernos, pero sí excelentes programas de chismes y entretenimiento que nos alejan de nuestra realidad.
[email protected] | @ericazocar