Zócalo de la Ciudad de México. 1 de julio de 2019. Rodeado del pueblo “bueno y sabio”, el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, celebra el primer aniversario de su avasallante triunfo electoral. El hombre de cabello plateado informa a sus acólitos que, en materia de asuntos internacionales, los principales logros de su administración son: la aprobación del T-MEC y la “relación amistosa y de respeto con el pueblo y el gobierno de los Estados Unidos”.
Horas antes, en la Oficina Oval, el jefe del Ejecutivo estadounidense, Donald Trump, afirma, en un espaldarazo a López Obrador: “Quiero agradecer a México porque México está haciendo ahora mucho bien. Tiene casi 20 mil soldados entre las dos fronteras”. El crótalo neoyorquino voltea hacia la prensa y concluye: “Porque los mexicanos han hecho un trabajo fantástico”.
Las escenas arriba descritas sirven como prólogo al presente artículo, el cual pretende analizar los temas que, en materia de asuntos internacionales, han ocupado la agenda del gobierno de Andrés Manuel López Obrador: Venezuela, España y la Unión Americana.
1.- Venezuela: desde su toma de protesta, López Obrador hizo manifiesto que, en cuestiones de política exterior, basaría su actuación en lo que establece el artículo 89, fracción X de nuestra Carta Magna: la autodeterminación de los pueblos; la no intervención; la solución pacífica de controversias; la proscripción de la amenaza o el uso de la fuerza en las relaciones internacionales; la igualdad jurídica de los Estados; la cooperación internacional para el desarrollo; el respeto, la protección y promoción de los derechos humanos y la lucha por la paz y la seguridad internacionales.
La observancia de los principios en materia de política exterior que implanta nuestra Carta Magna fue puesta a prueba cuando, el 23 de enero próximo pasado, el líder de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, se autoproclamó como presidente encargado de Venezuela. Esta acción desató una efervescencia dentro y fuera del país caribeño. Guaidó fue reconocido inmediatamente por los Estados Unidos y sus adláteres en el llamado Grupo de Lima. Por su parte, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, recibió el apoyo de: China, Cuba, Irán, Rusia y Turquía.
México y Uruguay trataron de mantener la ecuanimidad: no reconocieron a Guaidó, pero alentaron el diálogo político entre las fuerzas antagonistas en Venezuela. Asimismo, el diputado Franco Manuel Casella Lovaton, seguidor de Juan Guaidó y Leopoldo López, recibió asilo en la embajada mexicana en Caracas.
Sin embargo, Guaidó intentó, mediante un golpe de estado, deponer el 30 de abril a Maduro. El intento golpista fracasó debido a la incompetencia de los opositores venezolanos y de sus asesores estadounidenses y de la contraofensiva de los consejeros cubanos y rusos. De esta manera, Guaidó fue eliminado como una opción creíble al régimen chavista.
2.- España: López Obrador envío una carta al rey de España, Felipe VI, solicitándole “una revisión histórica, sobre todo, que se reconozcan los agravios que se cometieron y sufrieron los pueblos originarios” durante la Conquista. La epístola en cuestión desató una mini-tormenta diplomática, debido a que reabrió viejas heridas y demostró, una vez más, que la relación entre ambos países es característicamente bipolar porque oscila entre el ánodo del resentimiento histórico y el cátodo de la corriente hispanista, tan manifiesta en los conservadores mexicanos.
3.- Los Estados Unidos: la relación con el poderoso vecino del Norte tuvo dos vertientes: el comercio internacional y la inmigración. En el primer tema, y luego de la victoria electoral de AMLO, Jesús Seade se integró al equipo negociador del entonces TLCAN. Seade inyectó una visión nacionalista, pues tuvo dos logros: modificar el capítulo energético y, por consiguiente, preservar la soberanía nacional en la cuestión del petróleo; y cancelar la cláusula sunset –o de “extinción”, la que asentía que la Unión Americana podría salir del pacto.
El T-MEC, sustituto del TLCAN, fue aprobado, el 19 de junio del año en curso, por el Senado de la República. Esto, en palabras de Seade, manda señales de que “nuestra economía es abierta, de mercado…con reglas claras, atractiva para la inversión, estable y competitiva”1.
El magnate inmobiliario, sin embargo, aprovechó la política de “puertas abiertas” implementada por Enrique Peña Nieto y continuada por López Obrador para lograr uno de sus más caros objetivos políticos: disminuir la migración ilegal hacia la Unión Americana.
El 29 de mayo, Trump anunció la imposición de un arancel del 5 por ciento a todos los productos que México exporta a los Estados Unidos. Gracias a que varios de sus asesores le hicieron ver la conveniencia de lograr un acuerdo migratorio con México, Trump anunció que esperaría hasta el lunes 10 de junio antes de imponer los gravámenes.
Tras anunciar que no era “ni cobarde ni timorato”, López Obrador envió al canciller Marcelo Ebrard, al frente de un grupo negociador, para evitar “una posible crisis económica y política”2 con la Unión Americana. Tras tres días de arduas negociaciones, en los cuales Ebrard conversó vía telefónica con el mismísimo Trump, se acordó que México desplegaría a la Guardia Nacional en la frontera sur para detener el flujo migratorio proveniente de Centroamérica, cuyo destino final es la nación de las barras y las estrellas. Asimismo, la efectividad de la medida sería evaluada por los estadounidenses.
El escribano concluye: la relación bilateral México-Estados Unidos será, mientras Donald Trump ocupe la Casa Blanca, una montaña rusa de emociones; López Obrador posiblemente será el presidente mexicano que menos viaje al extranjero, pues el tabasqueño considera que “la mejor política exterior es la interior”; el “carnal” Marcelo Ebrard se ha convertido en funcionario eficiente, pues en la negociación del acuerdo migratorio y con la adopción en la Declaración Final del G-20, en Osaka, de la propuesta de “las acciones compartidas para atender las causas raíz”3 de la migración ha dado resultados. Esto lo perfila para ser protagonista en el hoy lejano año 2024.
Aide-Mémoire. El cruce de Donald Trump a territorio norcoreano muestra que el crótalo neoyorquino sigue siendo el mejor publirrelacionista que hay en el orbe.
1.- pic.twitter.com/GH4yJLsFKm
2.- Informe de actividades del presidente de México desde el Zócalo de la Ciudad de México: https://bit.ly/2XfZTXw
3.- G-20 Osaka Leaders’ Declaration: https://bit.ly/2Xcmq2H
