El país requiere un pacto integral, profundo, de largo alcance que consolide a México como una democracia política y socialmente eficaz.
Pacto por México
En un Estado democrático, la pluralidad de ideas es lo que la enriquece y le da sentido. Si un partido tiene la mayoría absoluta y se pretende gobernar ignorando al resto, es posible que en un principio resulte, pero se corre el riesgo de convertirse en una dictadura de partido que empobrecerá la visión de gobierno y cuyos resultados tarde o temprano serán la violencia y el descontento.
En el caso de México, afortunadamente, ningún partido tiene esa mayoría, por tanto, si quieren avanzar, tienen que buscar acuerdos. Ya no se puede permitir que el país se estanque porque sus legisladores anteponen sus intereses personales o de partido sobre el bien común. En una sociedad democrática los acuerdos y consensos son muy importantes, porque significa que están dispuestos a escuchar y reflexionar lo que tiene que decir el otro y reconocer que tal vez pueda tener razón en algunos puntos y también porque proporcionan gobernabilidad. Tal como está la situación política de México, si los partidos no se ponen de acuerdo, será poco lo que se logrará y nos consta.
Los pactos son estrategias que desarrollan los países democráticos en los que se establece las bases sobre las que posteriormente habrá que profundizar y posiblemente modificar y mejorar, por tanto no pueden tener rigidez en su contenido, ni convertirse en letra muerta con buenas intenciones. Debe ser un documento dinámico pero en el que los signatarios no eludan, ni olviden la responsabilidad que adquieren al firmarlo.
En ese entendido y dado que sin el apoyo del Congreso, pocas de las propuestas que emitió en su discurso de toma de posesión, podrían tener salida, el Presidente de la República, licenciado Enrique Peña Nieto, convoca a los líderes de los tres partidos políticos más representativos (PRI, PAN y PRD) a firmar el llamado “Pacto por México”, con la idea de poder dar curso a las iniciativas y reformas del gobierno federal.
El Pacto por México está compuesto de tres ejes rectores y cinco acuerdos. En el acuerdo 1.3 sobre Sociedad de Derechos y Libertades titulado: “Educación de Calidad con Equidad”, se propone una reforma legal y administrativa con tres objetivos: “Primero, aumentar la calidad de la educación básica que se refleje en mejores resultados en las evaluaciones internacionales como PISA. Segundo, aumentar la matrícula y mejorar la calidad en los sistemas de educación media superior y superior. Y tercero, que el Estado mexicano recupere la rectoría del sistema educativo nacional, manteniendo el principio de laicidad. Después se establecen una serie de acciones: • Sistema de Información y Gestión Educativa. • Consolidar el Sistema Nacional de Evaluación Educativa. • Autonomía de gestión de las escuelas. • Escuelas de Tiempo Completo. • Computadoras portátiles con conectividad. • Crear el Servicio Profesional Docente. • Fortalecer la educación inicial de los maestros. • Incrementar cobertura en educación media superior y superior. • Programa Nacional de Becas.
De los tres grandes objetivos que se plantean en el acuerdo sobre educación, sin duda el más significativo es el de recuperar la rectoría del sistema educativo nacional, que es lo que normalmente ocurre con la educación en cualquier otro país. El Estado debe dictar las políticas educativas y el sindicato tiene el papel de salvaguardar los derechos laborales de sus agremiados. No es posible que sigan existiendo dos cabezas en la SEP, una con poder y la otra como figura únicamente. Creo que es una cuestión de orden.
A pesar de las suspicacias que puedan provocar estas propuestas, lo cierto es que son necesarias y tantos los organismos internacionales, como organizaciones civiles, educadores y padres de familia claman por un cambio profundo en nuestro sistema educativo. Ya no puede sostenerse esta situación que perjudica de una manera tan directa a la formación de los niños y jóvenes de México, ni tampoco es posible seguir manteniendo la impunidad de malos maestros que no cumplen con sus obligaciones o denigran su profesión, mientras que los buenos maestros sufren las consecuencias, formando parte, sin merecerlo, de ese desprestigio.
En la educación descansa el desarrollo de nuestro país, así que posponer una reforma profunda es tanto como seguir permitiendo los bajos resultados de nuestros niños y jóvenes y por tanto permanecer en el subdesarrollo cultural, tecnológico, económico y social.
La firma de este pacto es un gran logro porque implica voluntad política, aunque no exista la garantía de que se mantenga o se cumpla. Sin embargo espero, por el bien de México, que sí lo cumplan y que no dejen esta actitud de colaboración, sin que por ello desaparezca ni el espíritu crítico ni el disenso que debe existir entre partidos de diferentes ideologías. Es sano que exista análisis y discusión en cada uno de los puntos del Pacto por México, pero no por ello acaben burocratizándolo para finalmente olvidarlo sin cumplirlo.
Tiene que darse esa transición hacia una verdadera democracia y muchos de los puntos del pacto son la clave para ello; así que los legisladores tienen que actuar con mucha responsabilidad y salir de sus cotos partidistas. Por lo pronto, es un buen síntoma que se haya puesto a la educación como una de las tres primeras reformas que serán enviadas al Congreso.
Twitter: @petrallamas
La educación es importante y hay que ofrecer apoyos como lo son las becas a los estudiantes, como lo hace Pachuca, ahí se brindan buenos apoyos vean: http://www.becasmediasuperior.sep.gob.mx