El maestro Domenico Nordio ya había tocado anteriormente en Aguascalientes, pero para ser sincero no recuerdo exactamente si fue en un concierto con la Orquesta Sinfónica de Aguascalientes o lo hizo presentándose en el Festival de Música de Cámara, actualmente llamado Encuentro Internacional de Música de Cámara, que por cierto, inicia su décima quinta edición ya el próximo domingo 7 de julio, justamente al terminar la temporada de la Sinfónica, y eso, en gran medida, es lo que da sentido al verano en Aguascalientes, pero ya nos ocuparemos de ese tema en su oportunidad.
El hecho es que el maestro Nordio ya es conocido entre el público melómano de nuestra ciudad, y ahora se presentó la noche del pasado viernes 28 de junio en el sexto concierto de la segunda temporada de la Orquesta Sinfónica de Aguascalientes, se le encomendó interpretar el Concierto para violín y orquesta No. 5 en la mayor, K.219 de Wolfgang Amadeus Mozart.
La ejecución del maestro Nordio de esta partitura fue irreprochable, yo diría, casi inmaculada, a pesar de haber perdido el arco de sus manos justo antes de abordar uno de los pasajes protagonistas del concierto mozartiano, la cadenza del primer movimiento, no obstante, resolvió el compromiso con lujo de habilidad técnica y, ya sabes, eso que no se aprende en el conservatorio, una sensibilidad que se desbordaba en cada nota, sensibilidad a flor de piel, pero no sólo en la exigente cadenza, sino a lo largo de todo el concierto, de hecho sucedió algo, no sé si inédito, en realidad no creo que sea un evento inédito, pero al menos muy poco frecuente, los aplausos y las demostraciones de entusiasmo por parte del público y de los mismos integrantes de la orquesta fueron tan evidentes, que el maestro Nordio tuvo que regalarnos un encore, pero no fue solo uno, como las muestras de aprecio por su ejecución al violín continuaban, interpretó dos piezas más, esto es lo que me pareció inédito o por lo menos muy poco frecuente, no recuerdo en este momento si en alguna ocasión uno de los solistas convocados a tocar con la Sinfónica nos haya ofrecido tres encores, no lo sé, pero fue fantástico.
Este sexto concierto estuvo estructurado por un repertorio estrictamente mozartiano, iniciando con la obertura de la ópera Cosi fan tutte, después el Concierto para violín No.5 en la mayor, K.219 y después del intermedio la Sinfonía No.35 en re mayor K. 385 que conocemos con el nombre de Sinfonía Haffner, el director fue nuestro titular, el maestro José Areán.
Como sucedió con el quinto concierto de temporada, el repertorio programado no exigía la presencia de toda la orquesta, recordemos que en el clasicismo vienés, dentro del que por supuesto ubicamos a Mozart, las orquestas no eran como las conocemos actualmente, eran más reducidas y fueron creciendo conforme a las exigencias de los compositores en el romanticismo, unos años más adelante, por lo que en esta ocasión tampoco fue necesario disponer de los casi 80 elementos que conforman nuestra orquesta sinfónica, formación que por supuesto, le permite abordar prácticamente cualquier repertorio, es decir, el número de elementos que la conforman, pero también la solvencia para abordar la obra más demandante la hace una orquesta dispuesta a todas la exigencias, incluso las más radicales y caprichosas.
El maestro Areán, puntual como siempre en su trabajo y con un dominio total de las partituras, lo que por supuesto, convence, primero a los músicos y después a nosotros como espectadores, de cómo debe ser tal o cual obra, pues bien, con esa solvencia nos ofreció versiones impecables del repertorio que tenía en su atril. En el caso del concierto para violín, y teniendo un solista de este nivel, pues no podría ser el resultado diferente brindándole al maestro Nordio toda la seguridad en la sólida base de la orquesta para que él pudiera ocuparse estrictamente de su violín. Gran trabajo sin duda del maestro Areán, no nos sorprende, esa es una constante en cada una de sus presentaciones.
La segunda temporada del año 2019 de la Orquesta Sinfónica de Aguascalientes está a punto determinar, el próximo viernes es el cierre de temporada con un concierto que se va a celebrar en una sede alterna que la Sinfónica suele frecuentar, me refiero al Palacio de Gobierno, seguramente, como ha sido cada vez que se presentan en este recinto, el concierto tendrá lugar en el segundo patio. El programa está formado por la obertura La finta Giardinera, K. 196 de Mozart, continuamos con la Sinfonía No.85 en si bemol mayor La reina Hob. 85 del llamado padre de la sinfonía, Franz Jospeh Haydn, para terminar después del intermedio con la Variaciones y fuga sobre un tema de Mozart, Op.132 del compositor alemán Max Reger, para este séptimo concierto y cierre de temporada contaremos con la participación del maestro José Luis Castillo como director huésped, que lo recuerdo bien hace ya muchos años dirigiendo con nuestra sinfónica el Réquiem Alemán de Johannes Brahms, esto será el próximo viernes 5 de julio a las 20:00 horas en Palacio de Gobierno y el domingo 7 de julio a las 12:30 del mediodía inicia, como ya lo hemos comentado líneas arriba, la décimo quinta edición del Encuentro Internacional de Música de Cámara teniendo como sede el Teatro Morelos, por ahí nos veremos si Dios no dispone lo contrario.