- El 86 por ciento de las personas que son excluidas del mercado laboral precisamente son mujeres
- El 50 por ciento de ellas viven tal condición por no tener suficiente apoyo para el cuidado de sus hijos y la mayoría ejercen actividades no remuneradas
Ser mujer representa un reto de mayores dimensiones si se pretende crecer y desarrollarse económica y socialmente; el 86 por ciento de las personas que son excluidas del mercado laboral precisamente son mujeres y el 50 por ciento de ellas viven tal condición por no tener suficiente apoyo para el cuidado de sus hijos, revela el Informe Movilidad Social en México 2019.
En particular, la exclusión del mercado laboral se manifiesta cuando las personas ven limitadas sus posibilidades de trabajar por razones que están fuera de su control y al respecto, se estima que sólo el 41 por ciento de las mujeres que se encuentran en edad productiva participan en el mercado laboral con remuneración, pues en su mayoría se dedican al cuidado de terceros o a labores no remuneradas por asuntos relacionados con la desigualdad de género.
“La percepción de exclusión laboral de las mujeres es mayor mientras menor escolaridad tengan, así como entre quienes provienen de orígenes en los estratos más bajos de la distribución de riqueza. Además, el incremento es sensible cuando hay niños de 0 a 5 y de 6 a 12 años en el hogar. La razón principal por la que las personas no buscan trabajo, en el 40% de los casos, es que no tienen quién cuide a sus hijos pequeños, a personas adultas mayores o enfermos dentro de sus hogares”. Y como un círculo vicioso, estos mismos factores incrementan la probabilidad de percibirse discriminada por falta de dinero.
El Informe de referencia mostró que las ventajas o logros que adquieren las mujeres a lo largo de su vida son más limitados que los de los hombres con condiciones de origen equivalentes, en especial, cuando inician en posiciones menos favorables.
En el aspecto educativo, por ejemplo, los hombres experimentan probabilidades de acceso a la educación media superior y superior, 22% y 36%, mayores que las mujeres, respectivamente.
Se reveló también que cuatro de cada cinco jóvenes que no estudian ni trabajan son mujeres, pues los hombres adultos señalan preferencias por la inversión en la educación de los hijos varones.
“En contraste, las preferencias entre las mujeres varían según el nivel de riqueza: quienes se encuentran en los hogares más pobres no muestran diferencias en la propensión por la inversión entre sus hijas e hijos, mientras que las mujeres en el estrato más alto señalan mayor preferencia por la educación de las hijas”, versa el documento analizado por La Jornada Aguascalientes.