No recuerdo exactamente cuándo fue la primera ocasión que escuché a la Banda Chicago, pero sí estoy seguro que no fue con su primer disco, que por otro lado considero el mejor, aunque claro, resulta muy complicado señalar uno, sin duda tiene mucho qué ver con los gustos y preferencias personales, lo que definitivamente no resulta arriesgado es señalar que los mejores discos son los realizados en vida del guitarrista Terry Kath, él estuvo con la Banda Chicago hasta el álbum Chicago XI de 1977, Terry Kath falleció en 1978 y creo que a partir de ese momento las cosas empezaron a cambiar hasta el extremo llevado por Peter Cetera de sacrificar la más pura y noble esencia musical de sus orígenes por una cómoda postura comercial.
Pues bien, el álbum debut de la Banda Chicago está por cumplir 50 años de su lanzamiento, la fecha exacta de su publicación es el 28 de abril de 1969 y es un excelente equilibrio entre el jazz y el rock. Sin duda se trata también de la mejor alineación de Chicago con Danny Seraphine en la batería, Peter Cetera en el bajo, Terry Kath en la guitarra, Robert Lamm en los teclados y los metales con Lee Loughnane trompeta, Walter Parazaider saxofón y flauta y James Pankow en el trombón, esta misma alineación se mantuvo vigente durante los primeros años de la agrupación, de 1967 a 1974, la alineación se mantiene igual pero con la suma del percusionista Laudir de Oliveira quien permanece en Chicago hasta 1978, y lógicamente durante todos esos años conservan esa esencia muy cercana al jazz que reside principalmente en la imponente sección de metales.
El primer disco de la Banda Chicago es homónimo considerando que en este momento el nombre de la agrupación era Chicago Transit Authority, y apareció como álbum doble y contiene algunas de las mejores composiciones en la larga, muy larga historia de lo que más tarde se llamaría simplemente Chicago, temas musicales que son verdaderos clásicos en el repertorio de la agrupación como “Does anybody really know what time it is?”, “Beginnings”, “Questions 67 & 68”, el Poema 58 también es una gran composición de este mismo disco, otro de los clásicos sin duda es “I’m a man”, este tema original de Steve Winwood, pero ninguna como aquel tema musical compuesto por el gran Terry Kath llamado “Free from guitar”, un impresionante solo de guitarra, digamos que un solo nada convencional, no se trata solo de una ejecución en la guitarra llena de virtuosismo buscando el reconocimiento fácil, es un tema musical cuyo lenguaje no es exactamente complaciente ni persigue la aceptación, en los casi siete minutos que dura esta obra musical Terry Kath se pierde en los dulces encantos de la improvisación y logra un tema extraordinario, sí, en efecto, lleno de virtuosismo pero con un lenguaje complicado, insisto, nada convencional, más cercano quizás a la música contemporánea, es un solo muy expresivo, muy honesto y muy virtuoso, la música por la música sin otra pretensión, de hecho no dudo al afirmar que Terry Kath es uno de mis cinco guitarristas favoritos.
Este disco “Chicago Transit Authority” de 1969 es el inicio de una impresionante carrera musical de uno de los grupos más fértiles en la historia del rock, no sé cuántos discos han grabado hasta este momento, finalmente siguen vigentes, pero este, el primero, sin duda, es una de las piedras angulares en la historia del género y definió con puntualidad cuál sería el rumbo a seguir de la Banda Chicago, por ejemplo, el uso de los metales no es solo un ingrediente extra, ni siquiera un recurso ornamental, sino que hay que entender el saxofón, la trompeta y el trombón como un recurso profundamente jazzístico que da al perfil musical de la Banda Chicago un aspecto diferente, eso los hace únicos e irrepetibles, incluso muy diferentes a, por ejemplo, Blood, sweat & tears, otra banda de características similares pero con sonidos diferentes, encuentro ese delicioso sonido producto de la negritud en Sangre, sudor y lágrimas, mientras que en la Banda Chicago es un sonido más blanco, quizás menos swing, pero encontramos en cambio un jazz más experimental, más atrevido, mucho menos convencional y por supuesto, menos complaciente con la mercadotecnia.
Este disco debe estar considerado entre los mejores discos en la historia del rock, sin la menor duda, es una obra maestra, una joyita y es uno de esos discos míticos que hace 50 años empezaron a escribir la historia de algunas de las más grandes entidades musicales en el rock, por ejemplo, King Crimson, Led Zeppelin además de Chicago iniciaron su carrera, digamos profesional, en 1969, claro todos tiene sus antecedentes por lo menos un par de años antes, en el caso de Chicago, desde 1967 inician los esfuerzos por hacer algo importante en la música, el gran momento viene en abril de 1969 con el lanzamiento de este disco, lo consideramos homónimo porque ese era el nombre del grupo en sus inicios, Chicago Transit Authority, a partir del segundo disco fue simplemente la Banda Chicago y ya en manos de Peter Cetera se simplificaría a un solo nombre Chicago que fue justamente cuando el grupo, ya sin la perspectiva roquera de Terry Kath, la propuesta musical se reduce a un puñado de dulces tonaditas de amor sin mayor pretensión que las ventas millonarias, pero hace cincuenta años las cosas eran diferentes, todo era por amor a la música, las ventas era solo una consecuencia lógica.