No me quejo por ser uno de los burócratas privilegiados que no recibieron invitación para acompañar del brazo a mi Gobernador Carlos Lozano de la Torre hasta el Teatro de la Ciudad. Ni porque mis aplausos se hayan guardado dentro del puño de la inconformidad. No me arrepiento por haber perdido la oportunidad de codearme con Pedro, mi Presidente Nacional del PRI, y miembros distinguido del próximo gabinete presidencial (eso espero), o con mi amigo el valiente gobernador Vallejo; ni con los más representativos líderes de la alta sociedad civil que insisten en formar organismos no gubernamentales para saborear un pedazo del presupuesto anual; ni lamento mi lejanía de la Élite Empresarial y de los intelectuales de la Sociedad del Conocimiento.
Por lo contrario, me siento afortunado ante la adversidad política pues tuve la suerte de convivir feliz con un grupo de ciudadanos de la tercera edad que fueron convocados, con pasaje y botana incluida, y así pude colarme y escuchar el 2º Informe del Gobierno del Estado cómodamente sentado sobre una silla colocada en el centro del hermoso y olvidado Museo Descubre, edificio que dejó de funcionar como apoyo a la ciencia y al conocimiento, para ser transformado en un Domo-Comedor, donde los colados, desempleados y viejitos, amablemente conducidos en camiones de ruta y especiales, nos dimos a la tarea de devorar la fría botana integrada por un emparedado, una soda y tres cacahuates.
¡Lo digo en serio: no me quejo! El evento fue organizado para que los alegres asistentes conviviéramos muy quietos, y fijáramos nuestras miradas en las enormes pantallas de video que agigantaban el rostro del gobernante mientras intentamos descifrar su mensaje y recalcular los miles de millones de pesos invertidos en el desarrollo de nuestra patria chica, al mismo tiempo que mis vecinos, entre sí mismos, se preguntaban si ya habían sido beneficiados con uno de los miles de empleos promovidos en dos años de gobierno y creados por la iniciativa privada, especialmente la japonesa, en Aguascalientes. Al parecer, nadie había sido tan afortunado.
“¡Carlos se esfuerza demasiado!” –Decían algunos con cariño-. ¿Cuántos empleos se crearon? ¿Cuántas becas, uniformes y despensas? ¿Y como pa´ cuándo nos dará chamba la Nissan? ¿Acaso pa´ cuando agarren a los del Tomógrafo?
Al regreso del viaje, quedaron sin respuesta las preguntas entre los cuarenta colados, desempleados y viejitos que viajamos desde la colonia Del Trabajo para ser testigos del segundo evento estatal de Rendición de Cuentas: nadie respondió nada. Luego caímos en la cuenta de que algo no andaba bien. “¡Es el alzhaimer!” -gritó uno de los ancianos-. Por supuesto que lo era. Y mientras la risa de unos ocultaba la desesperanza de los otros, yo compartí la risa, pues aún no pierdo esperanza. La gente confía en su Gobernador, pero percibe que no basta con tener buenas intenciones. Así, con ardor en los castos oídos, los viajantes superan los sangrientos comentarios de los impíos, incrédulos y pecadores. La corrupción –decían-, jamás será erradicada del gobierno.
El Gobernador Lozano podría combatir la corrupción durante su administración pública, y bastaría con que la Ley de Responsabilidades de los Servidores Públicos, y la norma Penal, se aplicara con todo rigor. Parece evidente que el gobernador se topa con la impunidad judicial y el cinismo administrativo que hasta se inventa facturas de compra fantasma para robar lo mismo Tomógrafos que Terrenos, todo con la complacencia de los auditores, ministerios públicos y jueces, que les brindan libertad para escupir al cielo y dejar ver que no es un arte robarle al pueblo.
Un poco antes de llegar a sus refugios, los viejitos, colados y desempleados de la Colonia del Trabajo, rogaban a Dios por una efectiva rendición de cuentas. ¡Que los funcionarios federales, estatales y municipales, no ocupen cargos cuando han sido inhabilitados para la función pública! Y rezaban para que la justicia prevalezca; que los abusivos empleados del gobierno que defraudaron con la compra del Tomógrafo, los Terrenos del Pueblo, y otras curiosidades, cumplan su condena en la Cárcel, y la sociedad los repudie en cualquier lugar en dónde se encuentren.
Yo, como siempre, busqué en mis archivos y rescaté algunos datos relevantes del último informe de resultados de la Auditoría Superior de la Federación (ASF), denominado Se Agudiza la Percepción de la Corrupción, que dice: “De acuerdo con el Índice de Percepción de la Corrupción (IPC) elaborado por Transparencia Internacional, México fue calificado como más corrupto en 2011, al pasar su ranking de 3.6 puntos en 2008 a 3.0 puntos en 2011 (en una escala de 0 a 10, donde “0” es altamente corrupto y “10” es altamente transparente). De esta forma, el país se situó en el lugar número 100 de los 183 países incluidos dentro del Ranking de países según su índice de percepción de corrupción. La calificación de México en el IPC citado (3.0), coloca al país en un nivel de percepción de la corrupción similar al que ocupan países como Lesoto, Malawi, Moldavia, Marruecos y Ruanda. De 32 países que conforman la región de América, México se ubica en el lugar número 20, peor que Cuba (12), Colombia (14), El Salvador (14) y Brasil (13). Asimismo, Canadá ocupa el primer lugar en percepción de manejo honesto de recursos públicos, seguido por Barbados y Bahamas, respectivamente, y Estados Unidos es el quinto lugar del continente.
Otra conclusión de la ASF, denominada Acciones Insuficientes para abatir la Corrupción, se resume así: “La Secretaría de la Función Pública, explica en la Cuenta Pública 2010, que realizó 18 operativos de verificación de funciones en 14 instituciones federales ubicadas en Aguascalientes, Campeche, Distrito Federal, Estado de México, Puebla y Tabasco, y originó 21 detenciones en flagrancia de servidores públicos federales involucrados en delitos de cohecho, extorsión, uso indebido de funciones y abuso de autoridad. Asimismo, se impusieron 8 mil 081 sanciones administrativas a 6 mil 852 servidores públicos de los cuales 3 mil 246 fueron amonestaciones, 2 mil 613 suspensiones, 1 mil 097 inhabilitaciones, 739 sanciones económicas por 8 mil 68.0 millones de pesos y 386 destituciones. Para el tamaño del problema de la corrupción en el manejo de recursos públicos en el país, tales acciones de la SFP no parecen incidir mayormente en su disminución”.
Finalmente la ASF, expone los Requerimientos para mejorar la rendición de cuentas en el país: “es una condición de un sistema democrático de gobierno, que los ciudadanos conozcan el origen, destino y ejercicio de los recursos de naturaleza pública, lo que es posible sólo con relaciones de rendición de cuentas eficaces, que aumenten las posibilidades de que las políticas intergubernamentales cumplan sus propósitos”.
Señor Gobernador, es necesario un esquema de responsabilidades que objetive el daño e identifique al funcionario responsable, pero sobre todo, que esta conducta no quede impune. Se requiere de un régimen de rendición de cuentas efectivo en cada ámbito de gobierno, sistemas competenciales con responsabilidades bien definidas, y capacidad institucional donde el gobierno cumpla sus obligaciones y los ciudadanos puedan exigir una rendición de cuentas, que realmente vigilen y controlen.
El tema de combate a la corrupción, a pesar de estar en la agenda pública, no había sido considerado como una prioridad nacional. Quizás podemos hoy darle una bienvenida la Comisión Anticorrupción anunciada por el Presidente Electo Enrique Peña Nieto. Una nueva esperanza combatir la impunidad que tanto daño hace a México.