La Consultoría Estratégica de Gallup realizó tres preguntas para evaluar el nivel de generosidad de algunos países y recogió las respuestas positivas en una lista llamada “Índice de participación cívica”. El informe se basó en más de 153 mil entrevistas con adultos en 146 países en el transcurso de 2018, y según los resultados globales, más de cuatro de cada diez personas en todo el mundo dijeron que habían ayudado a un extraño o alguien que estaba en necesidad (43%), mientras que otros dijeron que habían donado dinero (27%) y una cantidad mucho menor dijo haber ofrecido su tiempo como voluntario (18%) en el mes anterior.
En general, el mundo está en un porcentaje de 30 sobre 100 puntos posibles en materia de generosidad.
Proyectado para toda la población adulta del mundo, esto significa que miles de millones de personas están ayudando a otros: tanto como mil 400 millones suelen donar dinero a alguna fundación benéfica, casi mil millones se ofrecen voluntariamente a una organización y dos mil 200 millones declaran haber ayudado a un extraño en necesidad durante el último mes.
Es notable que, a pesar de que se pensaría que los países que entran en los primeros puestos son los más ricos, Kenia y otros más demuestran que no hay necesidad de mucho potencial económico para ayudar.
En países como Birmania, con fuertes tradiciones budistas, el hincapié que se hace en templos, respecto a la donación y el voluntariado, se suele reflejar entre las mayorías, que normalmente responden positivamente a cada una de las tres preguntas.
Singapur tiene un puntaje de 54. El 39% de los encuestados en este país afirmaron haber hecho voluntariado en el último mes, siendo uno de los que más realiza estas actividades.
Reino Unido, con 55 puntos. Este país europeo es el quinto en la lista de los que más se disponen a donar dinero con un 68% de respuestas positivas a la pregunta de si lo habían hecho.
Irlanda, 56 puntos. El 64% de los encuestados dijo que ha donado dinero a la caridad y el 40% afirma haber pasado tiempo de voluntario en una organización.
Estados Unidos, con 58 puntos. El 39% de los encuestados afirmaron que habían sido voluntarios en el último mes y el 72% afirmó que había ayudado a un extraño.
Nueva Zelanda también obtiene 58 puntos. El 68% de los encuestados respondió que sí a haber donado recursos y el 40% dijo haber hecho voluntariado. Pero Australia, en otra época prisión del Reino Unido, lidera Oceanía con 59 puntos. Según Gallup, el 71% de las personas respondió que sí había donado dinero y el 40% afirmó que había sido voluntario en una organización.
Indonesia es la punta del top con 59 puntos. El 78% de los encuestados donó dinero y el 53% fue voluntario. A pesar de no ser un país rico en el mundo, es el más generoso según Gallup.
En oposición a los países con tanta generosidad entre sus miembros, se tienen datos de otros como Turquía, Croacia, China y Grecia, cuyos puntajes van de 17 a 20% de encuestados que afirman ayudar de alguna de las tres formas planteadas.
En México sólo el 24% afirma llevar a cabo acciones de altruismo, según se pregunta; además de seguir una tendencia a la baja, con relación a ejercicios anteriores. México obtiene el lugar 114 entre 139 países. Su vecino Guatemala manifestó un porcentaje superior con el 34%, obteniendo con ello el lugar 65.
Venezuela y Paraguay son países suramericanos donde los niveles de altruismo eran bajos, con el 23 y el 21%, pero ambos aumentaron a 26 y 34%, respectivamente; en tanto, Ecuador y Colombia que presentaban un 36 y 34%, el par disminuyó a 24 y 29%.
Top ten de los países con mayor Índice de Generosidad
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El principal hallazgo obtenido del informe de la casa de investigaciones Gallup, es que, al analizar los países más generosos del mundo, reveló que no se tiene que ser rico para ser generoso.
La agenda 2030 estipulada por 193 países en septiembre del 2015, es una agenda para el mundo que queremos, ahora y en el futuro. Magdy Martínez-Solimán afirma que “es una agenda reformista, transformadora, de cambio, para la población, nuestro planeta, nuestra prosperidad compartida y para la paz”. Es una agenda que imagina cómo los inmensos recursos de la tierra y de nuestra inteligencia pueden satisfacer las necesidades de las generaciones presentes y futuras.
En términos de generosidad, se requiere abandonar la codicia y el cortoplacismo para abrazar una perspectiva más generosa y solidaria. Desde este momento ya estamos hablando de una agenda para nuestros niños y niñas y para los que vendrán.
Los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030 reflejan una especial preocupación por los más vulnerables de nuestras sociedades. Es imperativo “no dejar a nadie atrás” y en principio “llegar primero a los más rezagados” recordando la obligación de tener especialmente en cuenta a aquellos que carecen en la práctica de derechos.