- La apasionante vida de un personaje crucial en la historia de México
- No sólo se codeó con lo más alto de la sociedad novohispana y disfrutó de enormes riquezas, sino que estuvo dispuesta a perderlas en aras de ideales que traspasaron las rígidas normas de la sociedad de entonces
La principal referencia que se ha tenido de María Ignacia Rodríguez de Velasco de Osorio Barba y Bello Pereyra, más conocida como la Güera Rodríguez, era su prodigiosa belleza que cautivaba las esferas de las clases altas y palaciegas de la Nueva España y que le permitió jugar un rol importante en la guerra de Independencia de México.
Sin embargo, en La Conspiradora, publicada bajo el sello editorial Planeta, el autor Guillermo Barba, devela los mitos y leyendas de este personaje fuera de serie, que no sólo se codeó con lo más alto de la sociedad novohispana y disfrutó de enormes riquezas, sino que estuvo dispuesta a perderlas en aras de ideales que traspasaron las rígidas normas de la sociedad de entonces: “Somos una especie de monstruos bicéfalos -exclamó la Güera entre sollozos-. Te escondes para no arder en la hoguera, y yo escondo mis pensamientos libertarios para proteger a mis hijos”.
Y es que la hermosa criolla aprendió a moverse en aguas pantanosas que lo mismo la llevaban con la realeza española, que con los insurgentes; con la sociedad de rígida conducta moral, que con quienes disimulaban su homosexualidad o sus amores prohibidos, como los que vivían sacerdotes con mujeres de la alta sociedad, todo como un juego de espejos que ocultaba la conspiración que logró la independencia de Nueva España: “No le preocupaba ser infiel a su violento marido; desde su relación con Simón Bolívar había aprendido que su cuerpo y su mente debían ser libres, y sólo ella era la dueña y la responsable de sus actos. Pero si bien la razón la impulsaba a actuar a voluntad, el alma, que pertenecía a Dios, se lo impedía”.
Así lo sentía la Güera Rodríguez, quien pese a sus consideraciones morales, acumuló maridos y amantes, que le permitieron fungir como un enlace fundamental para los insurgentes, y gozar de la cercanía de figuras como Hidalgo, Morelos, Iturbide, Allende y otros próceres que, más allá de su imagen, eran hombres fieles a su momento histórico.
Guillermo Barba (Ciudad de México, 1951): Tras realizar estudios multidisciplinarios en Diseño Industrial, Comunicación, Filosofía y Letras, trabajó en publicidad hasta el año 2002. Desde entonces, se dedica a la dirección cinematográfica y la escritura. Su pasión por la Güera Rodríguez nació en las aulas, cuando el distinguido historiador don Martín Quirarte lo introdujo a la fascinante vida del personaje. La Conspiradora es fruto de largos años de investigación y escritura, teniendo siempre como guía las palabras del maestro: «Para comprender la historia es imprescindible descubrir lo que se oculta entre líneas». Otros libros publicados: Juan sin sueño (2002), así como coautor de los guiones y director de Amar no es querer (2011) y Casi una gran estafa (2017).